-Qué bonita casa tienes Ethan... -Se puede escuchar decir a una chica en la sala de estar.
-No ocupas decirlo ¡Eso ya lo sé! -Responde Ethan engreídamente. Me parece escucharlos reír a carcajadas, es bastante extraño que les cause gracia un comentario tan presumido.
-Ethan... ¿Podrías mostrarnos tu habitación? -Comenta otra chica en un intento por sonar seductora- Tengo bastante sueño.
«Soy hombre muerto -Pienso mientras mi corazón pareciera estar a punto de explotar y salir de mi cuerpo. Me acomodo lo mejor que puedo bajo la cama intentando ocultarme lo mejor posible»
Se escucha el sonido de la puerta abriéndose y desde debajo de la cama logro ver los inconfundibles tenis rojos de Ethan aproximándose al cuarto. También hay otros tenis, que supongo son de las chicas.
-Oh Ethan... Tus brazos lucen muy fuertes -Susurra una chica al mismo tiempo que otra suelta un suspiro. Intento taparme la boca para evitar reírme de lo ridículamente amorosa se veía aquella escena.
-Ricardo no está aquí Ethan. -Anuncia una de las tres chicas, su piel es pálida y su voz es dulce- ¿Qué tal si...?
Antes de poder terminar Ethan se acerca abruptamente a la chica y le roba un beso, lo cual es bastante desagradable. Las otras dos chicas no tardan en unirse y pronto todas están besando a Ethan de una manera repugnante.
-No le digas nada de esto a Ricardo ¿De acuerdo? -Pregunto Ethan al tiempo que la chica pálida asiente y las demás se limpian la boca- No quiero ganarme una mayor fama de robarme a las novias de mis amigos.
En este instante me siento destrozado, no tengo nada más para decir. Pronto empiezan a darme náuseas y ganas de vomitar la hamburguesa que había comido hace un momento. Escucho la puerta principal abrirse y luego los otros dos chicos entran a la habitación.
-La pizza está aquí ¿De qué me perdí amor? -Pregunta Ricardo inocentemente.
-De nada, Ethan me estaba contando acerca de ti ¿Verdad Ethan? -Responde la chica de piel pálida mientras le guiña el ojo a Ethan y este asiente. Entonces recuerdo cuando solía sucederme lo mismo que a Ricardo.
Durante alrededor de una hora todos ellos estuvieron comiendo pizza y charlando acerca de una variedad de temas distintos, cada uno relacionado a personas de la secundaria que no logro identificar. Ya casi son las cuatro, yo sigo escondido bajo la cama de Ethan.
-Mi turno de hablar -Anuncia una de las chicas, la más pequeña y robusta- Estaba en geografía el día de hoy y de pronto Natalia se paró de su butaca molesta con nosotras, ni si quiera le dijimos nada a la cara ¡¿Qué pasa con ella?!
-Espera... ¿Estuviste cerca de ella? ¡Capaz y te pega lo...! -Exclama la chica pálida a forma de burla y todos los demás comienzan a reírse al unísono.
¿De dónde conocen a Natalia? Que yo recuerde ella no se mete en problemas con nadie y mucho menos con estos tipos. «Maldita sea» Es mi culpa, hablan así de ella por haberme defendido hoy en la mañana, cuando teníamos modulo libre.
-Ah... Hibiki es una molestia, el solo verlo me da ganas de golpearlo -Comenta Ethan- Nunca confió en mí el muy desgraciado y eso que yo lo veía como mi mejor amigo, me pregunto ¿cómo es que hay personas tan malvadas?
«Controlate -Me repito una y otra vez a mí mismo, sin embargo es en vano. Pareciera que estoy en una especie de transe impulsado por la rabia y la tristeza reprimida»
Al recuperar consciencia de lo que estaba haciendo ya es demasiado tarde. Mi puño se encuentra hundido en el estómago de Ethan, su cara emite miedo y asombro pero puedo identificar un sentimiento mayor... culpa.
Posteriormente siento los brazos de alguien más sosteniéndome fuertemente por atrás y luego se acerca un chico más a golpearme una y otra vez en el estómago. No logro ver a Ethan por ninguna parte, pero si puedo escuchar a la chica pálida gritando muy asustada.
Cierro los ojos e intento anular el dolor. Antes de darme cuenta he caído contra el suelo desmayado.
-Despierta de una vez Hibiki, pronto llegara mi madre -Susurra Ethan con un drástico cambio en su voz, ahora se escucha un poco más tranquilo.
-Ethan... -Apenas puedo abrir los ojos y todo se ve bastante borroso, me siento bastante confundido- ¿Qué sucedió?
-Hibiki ¡El ninja! -Exclama emocionado Ethan- Eso sucedió. -Habla con una voz que hace bastante no escuchaba en él, ambos soltamos una pequeña sonrisa y esta vez no es una de las sonrisas falsas.
-Espera, ¿te golpeé? -Pregunto a la vez que mis ojos se abren completamente, él asiente aun con la sonrisa en el rostro. Tiene el ojo izquierdo hinchado y un morete en la mejilla derecha- Pero yo te golpeé en el estómago ahora que recuerdo. ¿Por qué tienes la cara en tan mal estado?
Entonces él comienza a contarme toda la historia. Resulta que cuando Ricardo me sostenía los brazos y Gerardo (el otro chico) me golpeaba repetidamente, Ethan se interpuso en la pelea y me defendió pero yo caí desmayado de igual forma. Los chicos se enojaron con Ethan por defenderme y lo golpearon a él también, después de eso todos se fueron.
-Gracias por eso -Me limito a decir, ya que a pesar de esto creo que sigo dolido por lo de los mensajes.
-Me has armado un gran lío Hibiki... -Dice Ethan- Pero ¿a quién no le gusta poder tener una razón para llorar frente a los demás sin sentirse débil? -Esboza una sonrisa humilde en su rostro- En todo caso gracias a ti. Ahora dejemos de hablar y juguemos a algo.
Después de esa pequeña charla nos mantuvimos jugando un juego de combate en su consola de videojuegos hasta que llego su madre, ella nos interrumpió y nos dio algo de cenar pero sin embargo ni Ethan ni yo hablamos ni una sola palabra. Cuando su madre nos preguntó por qué teníamos tantos moretes le explicamos que habíamos estado jugando a las escondidas con los vecinos y que ambos nos caímos.
Cuando llegó mi madre me llevó a casa en silencio. Me pregunto si seguirá molesta por la discusión que tuvimos en la tarde. Al llegar me acosté en la cama de un salto y dormí tan profundo como no lo había hecho en años.
ESTÁS LEYENDO
Amber (Primer borrador)
Teen FictionTodos tenemos días malos, esos en los que todo lo que hacemos nos sale mal y siempre estamos de mal humor. Sin embargo el sol sale incluso en los peores días y puedo decir que mi sol es chica y se llama Amber. Pronto descubrí que Amber era especial...