«Soy un simple pensar de tu mente, llamame Kurai -Susurra alguna voz familiar en mi mente y pronto la asocio con el chico de cabello y piel blanca. Sé que se trata de él por la manera en que su pupila se dilata»
Todo se torna de un color negro y en frente solo esta él.
-Admira mi próxima mayor creación, este mundo... mi nuevo cielo al que al fin he logrado entrar y aprenderé a dominar-Exclama Kurai a la vez que se aproxima a mí con una mirada valiente a la que le tengo miedo- Chico estúpido ¡Soy tú nuevo dueño!
Su voz me recuerda a alguna persona familiar que no logro identificar pero que deja una pequeña sensación de amargo odio en todo mí ser. Alrededor hay muchas criaturas cuya boca permanece en silencio y cuya mirada profunda esta clavada en nosotros.
Kurai suelta una sonrisa pequeña que me hace dudar de todo lo que soy capaz de hacer, es como si el solo hecho de verlo me produjera un mal concepto de mí. Cada vez que veo sus ojos grises veo un odio enorme dirigido a mí.
-Amber -Susurro inconscientemente, desconozco porque lo hice pero lo hice.
Él chico que mantiene mi cuerpo inmóvil se sobresalta por el nombre que susurré y la sonrisa se borra de su rostro inmediatamente. De pronto veo como de entre la profunda oscuridad que nos rodea emerge una chica.
El cuerpo de esa chica es color gris y su cabello es color gris, todo lo que ella tiene y posee está cubierto de gris. A excepción de dos grandes perlas que brillan en su rostro, son del color ámbar y al verlos las criaturas cierran sus ojos.
-Es... ¡La intrusa! ¡La forastera! ¡La ajena a esta mente! -Exclama una de las criaturas a pesar de que su boca este sellada con un hilo rojo. Kurai me suelta y se aproxima a Amber con a paso rápido.
-Tu no perteneces aquí -Exclama Kurai con una voz enojada y desesperada- Largo de aquí, deja que su mente trabaje por si sola. No deberías estar en este lugar, ahora no tengo más que encargarme de ti.
Los labios de Amber responden con algún susurro pequeño mientras esboza una sonrisa sincera en su rostro. No logro escuchar lo que dijo ya que están bastante lejos de mí. En un parpadeo todo regresa a ser igual que antes, oscuro y frío.
Me mantengo pensando en todo lo que solía pensar pero que ahora no es más que nada. Frente a mí no está aquella chica de gris que parezco recordar ni tampoco esta Kurai.
Frente a mí ya no está aquella mancha gris. Me mantengo pensando en el color gris, pero no logro pensar en nada más. Observo tranquilamente el espacio oscuro y cierro lentamente los ojos mientras lloro por la mancha gris ¿no es raro llorar por una mancha?
Abro los ojos y veo a un chico de cabello blanco y piel pálida sentado en los maceteros frente al aula de ciencias. Le restó importancia y continúo caminando por los pasillos de la secundaria sin rumbo en solitario.
Mientras camino en silencio observo a todo aquel que pasa por un lado de mí. En eso me encuentro con Natalia, quien está caminando de igual manera que yo. Sola y silenciosa. Me aproximo a ella con una sonrisa espontanea.
-Hola Natalia -Exclamo muy alegre. Ella voltea a verme a los ojos y su expresión no corresponde a la mía, pero no me importa ya que por alguna razón siento una gran alegría recorrer mi cuerpo- ¿se ha acabado el receso?
-Sí, nos toca clase de artes -Susurra Natalia un tanto cansada y luego se va caminando por su propia cuenta. Me siento consternado por ello pero intento que no me haga perder la alegría que siento.
Camino en silencio pero sin prestarle atención a nada hasta llegar al aula de artes, la profesora está sentada con una sonrisa bien marcada en su rostro. Todos los demás chicos ya están en sus asientos así que avanzo y tomo asiento rápidamente.
-Buenos días jóvenes, es mi deber como asesora presentarles a su nueva compañera de grupo -Anuncia la profesora a la vez que le pide a una chica que pase al frente junto a ella, cuando la chica está a su lado la profesora prosigue- No lo pude hacer antes porque solo tengo dos clases a la semana con ustedes. Pero me imagino que ya la conocen ¿Cuál es tu nombre?
-Mi nombre es Amber -Dice la chica con un gesto amable, sus ojos son preciosos y parecen como hechos a partir del ámbar.
-Bonito nombre, y dime Amber ¿Ya has hecho amigos aquí? -Pregunta la profesora.
-No, aun soy nueva aquí. Aunque ya recuerdo dos nombres, Ryan y Natalia.
-Me parece muy buen progreso, señorita Neira ¿Me puede ayudar a integrar a Amber? -Natalia solo asiente y la profesora sonríe satisfactoriamente. Luego la chica se sienta y continuamos con las clases normales.
Cuando pienso en Amber recuerdo el color gris y me dan ganas de llorar ¿no es raro llorar por alguien que acabas de conocer?
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Amber (Primer borrador)
Novela JuvenilTodos tenemos días malos, esos en los que todo lo que hacemos nos sale mal y siempre estamos de mal humor. Sin embargo el sol sale incluso en los peores días y puedo decir que mi sol es chica y se llama Amber. Pronto descubrí que Amber era especial...