15. ¿Quieres visitarlo? [Natalia]

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Apenas llego a la secundaria me percato de que todos se encuentran en sus respectivas aulas, al parecer he llegado muy tarde de nuevo. Me parece extraño que no haya nadie en la puerta principal, aunque eso es algo bueno para mí.

Me acerco al aula del taller de computación que es donde me toca clase. Solo espero que la profesora no este de mal humor o algo parecido, a veces se enoja muy feo. Toco la puerta suavemente dos veces y la profesora abre.

-Se me hizo tarde ¿Puedo pasar? -Pregunto un poco avergonzada. La profesora me ve de reojo haciendo una mueca con la boca.

-No -Responde cortantemente la profesora. Luego me cierra la puerta en la cara.

No puedo evitar sentir una sensación de vergüenza recorriendo todo mi cuerpo, es como si alguien fuera a llegar y reírse de mí. No entiendo porque los profesores hacen ese tipo de cosas, solo estresan aún más a los estudiantes.

-Lo siento muchacha, pero la profesora Cecilia está aplicando un examen y no te dejara entrar. Así que te quedaras dos módulos afuera -Comenta la prefecta sentada a un lado del aula mientras se frota las manos como si se hubiese aplicado alguna crema- Solo porque se nota que no eres mala chica no te pondré un reporte, pero no interrumpas otras clases, ve a comer o yo que sé.

-Gracias -Respondí amablemente y luego me fui de ahí.

Camino por un pasillo y me siento en los comedores escolares. Pienso en lo aburrido que será pasar una hora y media sentada sin nada que hacer, me pregunto cómo le hacen las prefectas para matar el tiempo si están todo el día sentadas.

-Natalia -Susurra una voz vagamente familiar. Volteo y veo al mismo chico de la otra vez, el que me pidió matrimonio. Esbozo una sonrisa- Hoy es mi primer día aquí y no sabía cuál era el horario de entrada así que llegue tarde y la profesora de español no me dejo entrar a su clase, así que me quedare aquí el primer módulo.

-A mí me sucedió algo parecido -Al hablar con él es como si lo conociera de hace buen tiempo, es como si me recordara a alguien a quien realmente aprecio- Que bien que no me quedare sola tanto tiempo.

-Sí -Asiente el chico sonriendo- Respecto a lo de la otra vez, realmente lo siento por haber sido tan apresurado y proponerte matrimonio. Ahora me doy cuenta de que aquí los jóvenes suelen estudiar antes de casarse.

-Espera... ¿¡Qué!? -Digo riéndome, es tan raro este chico pero me hace sentir bien- Por cierto, ¿cuál es tu nombre?

-Mi nombre es Kurai. Acabo de llegar a este lugar, creo que lo llaman ciudad.

-Eres tan extraño -Comento mientras acaricio su cabello blanco cenizo. Esta peinado hacia arriba y es muy suave- ¿cómo supiste mi nombre? Y ¿de dónde vienes?

-Supe tu nombre porque yo ya te conocía desde hace suficiente tiempo, digamos unos tres días antes de pedirte matrimonio... pero tú no me conocías a mí. -Susurra el chico y yo solo veo sus pupilas grises- Provengo de un lugar fantástico, no puedo decirte su nombre porque ahora mismo ese lugar está en una guerra pero puedo decirte que tú lo conoces.

-No recuerdo ningún lugar así, pero creo que si me pareces familiar. -Digo y luego nos quedamos en silencio. Nuestras miradas se mantienen fijas la una en la otra.

-Ahora dime Natalia, ¿quieres visitarlo? -Susurra Kurai esbozando una sonrisa.

-Pero ¿a dónde?

-A ese lugar maravilloso donde Chikyu espera por ti. -Habla con un tono de voz distinto al anterior. El nombre del felino me paraliza del miedo ¿cómo es posible que...?- ¿Qué yo conozca el nombre de Chikyu? ¡Sencillo! Yo conozco todo sobre ti, mi amada. Ahora dime ¿quieres ir ahí nuevamente?

-No lo sé... ¿quién rayos eres? -Pregunto muy alterada y nerviosa. Tengo miedo de que Kurai pueda hacer algo que me dañe, es tan confuso todo.

-No soy más que un pensamiento aún, pero como toda pequeña idea pronto creceré... y para ello ocupo que seas mi esposa... -Me mantengo en silencio, el miedo inunda mi cuerpo y mi mente- Una vez más te preguntare Natalia, ¿quieres ir a ese lugar?

Creo que asiento. En un parpadear todo mi alrededor cambia y ahora me encuentro a mitad de un bosque con árboles enormes y aves cantando por ahí, frente a mi está el tronco donde recuerdo que viven Chikyu, Fir y Ali.

Me siento en el pasto y respiro hondo. Algunas de las secciones del pasto se ven oscuras como si hubieran estado en contacto con el fuego y entonces recuerdo los labios de Hibiki besándome en medio de aquel desastre.

-No fue un sueño -Susurro satisfactoriamente para mí misma.

Del tronco de árbol emerge un felino con cola de iguana, ojos de botones y boca humana... es Ali. Sonrío al verlo pero él no se percata de mi presencia hasta después de unos segundos, entonces sus ojos se vuelven tan grandes como platos.

-Eres... ¡La humana! ¡La humana! -Exclama Ali saltando de alegría mientras corre en círculos alrededor del tronco. De pronto emerge Fir y tiene la misma reacción. Pasan los segundos, que luego se vuelven minutos y Chikyu no aparece. Lo cual me empieza a inquietar.

-Oigan, ¿y Chikyu? -Pregunto inocentemente. Ali y Fir dejan de correr y su expresión se torna en una mirada triste, como si hubiera sucedido algo malo. De nuevo me siento nerviosa y estresada, me empiezo a marear.

Amber (Primer borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora