CAPITULO XVIII

314 40 3
                                    

– Tú serás el único que recibirá una golpiza, maldito extra de mierda – amenazo con furia Bakugo mientras comenzaba a impulsarse con sus explosiones hacia el peliverde – te enseñare quien es el cobarde aquí, SHINE – grito iracundo cuando estuvo lo suficientemente cerca para golpearlo con una de sus explosiones.

– No dijiste algo parecido hace un rato – le recordó con sorna mientras ágilmente evitaba sus ataques.

– Vamos acaso no me llamaste cobarde y ahora eres tú quien escapa de mi – le encaro con molestia en su voz – enfréntame maldita rata inútil y te enseñare quien es superior – continúo lanzándose con el brazo derecho extendido hacia el peliverde.

– ¿Superior, tu? – dijo con sarcasmo mientras daba un paso a la derecha cuando Bakugo se acercó lo suficiente, girando sobre su pie derecho con su mano izquierda agarro firmemente la mano derecha de su oponente y con su mano derecha lo sujeto del pecho de la camiseta – y eso quien lo decidió – dijo mientras lo azotaba fuertemente contra el suelo de la calle logrando que este se rompa por debajo del cenizo – alguien superior solo puede sentir pena por un animal rabioso y eso es lo que me das, pena – le dijo mientras hábilmente desenganchaba y retiraba el brazalete con forma de granada de la mano derecha de Bakugo y la arrojaba hacia la fachada de un edificio cercano donde Ashido, Asui, Sero, Tokoyami y Ojiro se ocultaban – creen que no los había visto – dijo mientras esta explotaba.

Tokoyami y Asui sacaron a sus compañeros lo más rápido que pudieron del interior del lugar, pero ambos quedaron atrapados bajo algunos escombros, cuando Ashido se encontraba fue golpeada por un pedazo de escombro volador en su pierna por lo que no podía moverse por su cuenta por lo que rápidamente Sero y Ojiro se acercaron para sacarla del lugar para nuevamente se refugiaron tras un auto volcado que había cerca.

En un último e inútil intento de atacar al peliverde desde el suelo Bakugo levanto ambos brazos, le apunto con su brazal de granada en su brazo izquierdo mientras que con su mano derecha se preparaba para quitar el seguro de esta y liberar toda su potencia de fuego acumulada sobre la espalda de Izuku, pero este con un pequeño movimiento de su mano hizo que ambos brazos de Bakugo regresaran violentamente al suelo acompañados de un fuerte sonido proveniente de uno de sus hombros además de que en el proceso aplasto el brazal sobre sí mismo para después dar un gran salto impulsado por la fuerza se alejó del lugar mientras a su espalda se producía una explosión dejando a Bakugo fuera de combate.


– Mientras allá una mínima posibilidad de ganar, mientras exista la más pequeña esperanza para la victoria jamás nos rendiremos, eso es lo que hacemos los héroes – respondió con orgullo aumentando su confianza y seguridad para estar parado frente a Izuku.

– Esperanza ¿eh? – se dijo a si mismo – bien, luchemos veamos quien tiene la mayor esperanza de ganar, aunque dudo mucho que tú y el chico de las cintas en sus brazos puedan ganarme – dijo con una sonrisa burlona en el rosto, cosa que sorprendió a Ojiro pues no se esperaba que hubiese dado cuenta de que Sero se ocultaba esperando para inmovilizarlo con su cinta.

En eso momento un cristalino sonido se escuchó acercándose desde la izquierda del peliverde y cuando giro su cabeza vio un gran muro de hielo aproximarse rápidamente hacia él, inmediatamente se giró en dirección del muro extendió ambas manos abiertas hacia el muro en el mismo momento este lo cubría por completo formando una gran esfera de hielo congelando incluso los edificios a su alrededor, en eso el chico de cabellos bicolor cae de pie frente a Ojiro quien por pura suerte logro esquivar el ataque de su compañero.

– Mm – suspiro – no fue para tanto – dijo dándole la espalda al hielo confiando en su victoria encontrándose frente a él tanto a Ojiro como a Sero quien se había acercado después de que todo estuviese congelado.

Izuku, el gran almirante imperialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora