Capítulo 43 "Tan preciosa, tan alucinante, tan..."

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POV Seth

--Sabes?-alcé un poco la cabeza para mirarla- me gustaría dormir fuera esta noche...hace muchísimos tiempo que no duermo con algún animal, nos quedamos?

Asentí, me volví a tumbar a su lado, esta vez de lado, con mis 4 patas estiradas y tocándola.

--Es alucinante, como los animales vosotros sois capaces de entenderme, hasta pareciese que realmente me escucháis o sabéis hablar mi idioma.

Yo la miré y estornudé, ella rió.
Ese sonido... lo amaría por y para siempre.

Ella se acercó a mí, se coló entre mis patas delanteras, su cabeza debajo de laa mía, uno de sus brazos debajo de mi cuello y el otro justo encima de mi corazón.

Su mano derecha, la que estaba encima de mi pecho agarró mi pelaje sin hacerme daño.

Ella levantó la cabeza y me dió un beso en la punta de la nariz, eso junto a que se acurrucára contra mí diciéndome "buenas noches" me mató, no se si mi corazón se paró o se aceleró a más no poder.

Entonces baje mi cabeza hasta rodear la suya, sin ahogarla, para protegerla de cualquier cosa y doblé mis patas para crear una especie de abrazo lobuno.

Realmente amaba a esta chica.

~~

Cuando me desperté ella seguía abrazada a mí, con algunas ramitas en el pelo pero seguía agarrando mi pelaje como si fuera lo único que la mantuviera viva.

Ya era de día, supongo que sobre las 8am por la posición del son y...

Ella se está despertando.

Se remueve entre mis patas quedando boca arriba y estira sus brazos hacia su cabeza mientras arquea su espalda y doble un poco sus piernas.

Ella, tan preciosa, tan alucinante, tan sexy... mierda, menos mal que no soy humano porque si no... pobre de mí.

Ella abrió los ojos y me miró, rió y se levantó. Me levante también y me puse frente a ella.

--Buenos días pequeño-dijo poniéndose de puntillas para darme un beso en el morro.

Yo saqué mi legua y empecé a darle lametazos, ella calló al suelo conmigo encima, ella riendo y yo besándola a la manera lobuna.

Después del maratón de lametones y risas me levanté y agaché mi cabeza y mi cuerpo para que pudiera subirse a mi lomo y como ella no era lo que viene siendo muy alta, se parecía más a un gnomito de jardín tuve que acostarme en el suelo para que ella pudiera subirse a mi lomo.

Cuando se acomodó bien me levanté cuidadosamente y empecé a caminar hacía la casa Uley, menuda bronca me va ha echar Sam...

El dulce secreto UleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora