Capítulo 44 "Música y galletas"

737 40 2
                                    

POV Seth.

Habían pasado un par de semanas desde que me llevé a Lily al bosque, ella aún no sabía nada, Sam me había cantado las 40, Paul me había perdonado no sin antes dejarme un ojo morado.

Volviendo a Lily, ahora ella nos hace el desayuno todos los días, dios...cocina increíble, hay veces que nos vamos a patrullar todo el día y ella nos hace unos aperitivos porque piensa que vamos a acampar.

Hoy es viernes y mañana hay una fiesta, la hemos montado nosotros para nosotros.

Es para celebrar... para... no sé, nos apetece fiesta sin justificación.

Sam nos ha dado permiso con la condición de que la fiesta no sea en su casa, así que la vamos ha hacer en casa de Paul, que es bastante grande y vive solo.

Hoy volviendo de patrullar nos hemos puesto a hablar de la fiesta.

--Que os vais a poner mañana?-Embry

--No lo sé, lo primero que pille, vamos ha estar los de siempre-Jake

--Los de siempre más Lily-Jared

--Lily está reservada chavales, cerrada con candado- dice Quil mirandome y sonriendo.

--No os paseis, no es para tanto, ni siquiera nos hemos...-Jake me corta antes de que termine de hablar.

--No os habeis besado? Oh, vamos Seth, te besó siendo lobo, me vas ha decir que no te va ha besar siendo humano?

--Yo solo digo que...

--Creo que deberías lanzarte, ve a por todas chaval, total, no tienes nada que perder-anima Quil

--No, que va, para nada, solo perdería la cabeza si Sam se entera que me revuelco con su hija-digo irónicamente.

--Bueno, si ella lo quiere no tendrías ningún problema, mira como me protegió, sin siquiera conocerme casi, de que Sam me matara, y eso que no le gusto, imaginate a tí-Paul habla.

--No se si me quiere...

--Hay, por favor Seth-se quejan todos.

Nos reímos y cuando llegamos a la casa olemos un delicioso aroma. Es de noche y hemos llegado justo a tiempo para cenar, o eso parece.

Cuando entramos a la casa vemos como Lily está caminando, o más bien bailando, de un lado para otro mientras cocina con los cascos puestos, tarareando y cantando trocitos de la canción que está escuchando.

Nos quedamos mirandola en silencio, esperando a que se dé cuenta de nuestra presencia y mientras ella saca una bandeja lleva de galletas del horno dando una vuelta al mismo tiempo que la deja en la encimera nos ve.

El dulce secreto UleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora