»Tengo una cita, Luci. Estoy bastante emocionada por verlo. Llevamos meses intentando organizar algo por primera vez, más que nada porque él no vive en el pueblo y es un martirio tener que insistir tanto solo para que venga hasta aquí. La idea es participar de un evento raro que organiza el alcalde, uno que se supone será divertido. Al menos eso dicen. Decoraron toda la plaza central con corazones rojos y mesas con velas, esas cosas, y se supone que estarán sirviendo comida todo el día. Le avisé a Seth que nos encontremos ahí al mediodía, y ya estoy llegando tarde, como siempre. Ser puntual no es lo mío.
»Bueno, estoy caminando, acabo de salir de casa. Por eso escuchas ruidos raros de fondo, pero no quería dejar esto tan a la mitad. Grabaré dentro de unos minutos, quiero que escuches la voz de Seth, sé que te encantará. Es hermosísima. Y aunque lo nuestro no funcione, tendré un recuerdo de ella para lo que me queda de vida. ¿Será este un día de ganar o de perder? Lo averiguaremos.
»Lo averigué: fue de perder. El imbécil de Seth ni siquiera vino. Me dejó sola con un mensaje de mierda avisándome que al final no podrá venir. Es la cuarta vez que me cancela a último momento. Las otras tres fueron cuando yo estaba ya llegando a la ciudad en la que vive luego de dos horas de viaje en bus, y como se supone que la cuarta es la vencida, quise asegurar y le dije que era su turno de venir después de lo que me hizo. ¿Le di demasiadas oportunidades o qué? ¿Será eso?
»Oh, Neith está por aquí. Intentaré llamarla.
»—¿Cómo mierda dijiste? Freyre, ¿puedes dejar de reírte por tan solo un momento? ¿Eres satánica ahora? ¿De verdad vas a hablar con Lucifer?
—¡Lo estoy haciendo!
—Mira, ojalá yo fuese Lucifer. La vida sería más fácil así.
—No, tonta, este es Luci.
—¿Un... consolador? Esperaba más del Dios del inframundo.
—¡No es un consolador!
—Tiene forma de uno.
—¿Y tú cómo sabes qué forma tienen?
—Chica, hay que saber divertirse.
—Es mi grabadora. La llamé Lucifer para hacer el mismo chiste que acabo de hacerte. Eres la primera que se ríe un poco, de hecho.
—Algo me dice que también seré la última.
—Bien que caíste.
—Estoy en un momento débil de mi existencia.
—Ya veo. ¿Era necesario que usen esos disfraces?
—Hoy todos somos Cupido por el módico precio de un sueldo mínimo, cosa que vale la pena. Tampoco hay tanto por hacer, así que... ¿esperas a alguien?
—No, no creo.
—¿No "crees"?
—Me cancelaron.
—Ouch. ¿Cómo lo hicieron?
—Con un mensaje que empieza así: perdón por tener que hacer esto justo en el día de los enamorados, pero...
—Terrible.
—Lo sé.
—Bueno, entre tú y yo no sé quién está peor. A ti te rechazan y a mí ni siquiera me buscan. Si te sirve de consuelo, diría que mi situación es más triste.
—A ti te pagan por estar sola hoy.
—Es verdad. No estoy tan mal como tú. Solo quería intentar animarte un poco.
—¿Quieres sentarte?
—¿Eh?
—Que si quieres sentarte, así ya no puedes decir que no te buscan.
—¿Me estás invitando a una cita?
—Claro. Tú estás sola. Yo también lo estoy... ¿por qué no?
—Lo haré solo con una condición.
—La que quieras, Neith.
—Apaga esa cosa. Hablemos sin el Diablo escuchando todo, por favor.
—A tus órdenes.
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Calma para el caos
Short StoryTodo el mundo adora a Freyre Haddish, ¿cómo no hacerlo? Si no solo es atractiva, inteligente y carismática; también es divertida, interesante, empática y sabe cómo hacerte sentir que eres única en el universo. Nada en ella es falso, nada en ella est...