🔻Solos🔺

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Ya habían pasado dos semanas desde que Jeff y Liu se volvieron a encontrar, ahora ambos se irían a la cabaña que Liu consiguió.

- ¡Hasta nunca idiotas! - Se "despidió" Jeff con un tono burlesco.

- ¡Ya lárgate mapache! - Gritó Masky con odio.

Luego de ésto Liu y Jeff salieron de la mansión para tomar el camino hacia su destino.

El recorrido fue bastante aburrido para Jeff, era solo caminar, pero también algo incómodo porque ninguno de los dos pronunciaba ni una sola palabra, solo caminaban en silencio.

Unos minutos más tarde ya estaban cada vez más cerca de su destino.

De la nada Liu aprovecha que Jeff estaba distraído y toma su mano para caminar así con él, a lo que este se extraña por esto, pquitando su mano del agarre de Liu de un jalón.

– ¿Hey, por qué hiciste eso? – Cuestionó Jeff confundido.

– ... Vamos, ¿No puedo tomar tu mano al caminar contigo? – Respondió Liu con otra pregunta.

Luego de ésto volvió a tratar de tomar la mano de Jeff, pero sin tener éxito en esto.

– N-no hagas eso – Pidió Jeff con cierta pena en su rostro y tono de voz.

– Hmm, ¿Ahora no quieres?... Antes adorabas que nos tomáramos de las manos – Comentó el de cabello castaño claro.

– ¡Eso era cuando teníamos 10 años! –  Contradijo Jeff sonrojandose.

– Tomabas mi mano cuando caminábamos juntos para ir a la escuela – Siguió Liu sonriendo.

Esto causó que las mejillas de Jeff se tomaran de un tono rojizo, él odiaba que lo hicieran sonrojarse. Estuvo muy cerca de golpear a Liu en la cara con tal de que de calle... Pero se aguantó el orgullo y giró su cabeza al lado opuesto que Liu.

Momentos más tarde, por fin habían llegado a la casa donde se quedarían.
Una lugar con mala pinta por fuera, probablemente por dentro también.

Liu soltó a Jeff de la mano y se dirigió a la entrada del lugar, cuando abrió la puerta esta crujió. Pudieron ver un lugar oscuro con muebles viejos, polvo y telarañas por las esquinas.

Ambos entraron al lugar como si nada. El de cabello negro caminó directo cruzando un pasillo, para luego encontrarse con tres puertas.

Abrió la primera, se trataba de un pequeño lugar donde había una escoba, un trapeador, una cubeta, una esponja sucia, y un trapo. Cerró la puerta para luego dirigirse a la segunda.

Al abrirla se encontró con un baño, había una tina en la regadera, un escusado junto a un lavabo con un espejo circular con grietas.

Finalmente se fue a la tercera puerta, aquí estaba la habitación, con una cama algo grande, y una mesita de noche a cada lado de esta, un armario, un tocador con un espejo roto, y al fondo de la habitación había una ventana con unas cortinas horrendas (según Jeff) a los lados.

Luego de esto, el menor se acuesta en la cama mirando al techo con los brazos estirados a los lados.
Pronto, Liu entra a la habitación y se acerca a Jeff, después, se coloca encima del chico sosteniendo las muñecas de este para que no se moviera, causando una sensación de sorpresa y confusión en el muchacho.

– ¿Q-qué?, Hombre, sueltame – Decía Jeff forcejeando con un tono de voz algo enfadado y desesperado a la vez.

– Dejamos algo pendiente... ¿Recuerdas? – Mencionó Liu acercando su rostro al de abajo.

Jeff tragó saliva y sus mejillas comenzaron a sonrojarse.
Odiaba que lo hiciera a propósito, ambos sabían perfectamente que Jeff detestaba que lo hicieran sonrojar a propósito.

Pero a Liu le gustaba, le parecía lindo cuando las mejillas con piel clara del chico tomaban un tono rosado que se extendía hasta la punta de sus orejas.
El de las cicatrices sonrió al chico que estaba acostado sin decir nada, mirándolo directamente a los ojos.

– Dije que pares... – pidió Jeff nuevamente, a lo que Liu no hizo caso – ¡Basta imbécil, esto es asqueroso! – Se quejó avergonzado tratando de esconder su sonrojo volteando a otro lado.

– ¿Ahora te parezco asqueroso?, chico,   hace unos días me dijiste que te gusto – Reclamó Liu.

– ¡N-no me refiero a eso!...Es... Ash, ¡Deja de hacer que me sonroje! – Pidió Jeff con sus mejillas sonrosadas.

– Oww~ pero si te ves muy lindo así – Contestó el de cicatrices y sonrió.

Jeff se enfadó y empujó con fuerza a Liu con las piernas ayudándose con los brazos.

El chico con cabello lacio castaño soltó una risa burlesca al ver a Jeff salir de la habitación.

Ambos dejaron todo eso de lado, y comenzaron a concentrarse en la casa, empezaron a limpiarla para que sea más cómodo estar ahí.
Finalmente, cuando acabaron después de 2 horas, ya que Liu era algo especial con la limpieza, pusieron velas por varios lugares de la casa para iluminarla, él sol estaba ocultándose. Encendieron las velas así dando luz para los lugares en los que estarían.

Los dos muchachos, cuando ya no había ni un rastro de luz solar, solo una tenue luz de vela, se encontraban acostados en la única cama que hay en el lugar, hablando.

– Jeff... ¿Sabes que tú también me gustas... No? – Cuestionó Liu mirando hacia al techo fijamente.

– Uh... S-si – Contestó Jeff extrañado.

– Ocurrió desde el día que te vi... Cuando llegué a tu casa, te veías tan confundido, esos ojos... Lindos y brillantes me miraban fijamente analizando la situación jaja~... Lo que sentí en ese momento, lo fui conociendo más cuando teníamos 14 años, ahí supe que eras tú el único que tendría mi corazón... Por eso te cuidé tanto, aún que me odiabas, yo siempre estaba preocupado por ti – Confesó Liu de la nada, haciendo que Jeff se pusiera nervioso.

– Uh... L-lo siento mucho – Se disculpó el azabache.

– ¿Por qué? – cuestionó Liu de vuelta.

– T-tu... ¿Aún me quieres... – Preguntó Jeff con la voz temblorosa, hizo una pausa y siguió – ...Después de arruinar tu vida?... M-maté a mamá y a papá... Y casi también a ti – Dijo ahora comenzando a llorar, se escuchaba muy arrepentido.

– ¿Uh?... Oh, está bien, está bien – trató de calmar a Jeff abrazándolo aún estando a costados los dos, hundió la cabeza del chico para que llorara en su pecho – Tranquilo... Ahora todo está bien... Aún te quiero – Consoló Liu acariciando el cabello del chico.

Jeff continúo con el llanto, de un momento a otro se sentía realmente horrible.

– hey... Mírame – Decía Liu tratando de levantar el rostro de Jeff, pero este se negaba – Vamos... Quiero verte –

Liu logró levantar el rostro del chico, ambos se miraron a los ojos mutuamente, el de cicatrices observó como los ojos de Jeff estaban ligeramente rojos por el llanto, estos mismos estaban cristalizados, también tenía sus negras pestañas mojadas por las lágrimas.

– No llores, todo está bien ahora... Jeff, aún te quiero – Confesó el mayor acariciando la mejilla del chico, secando las lágrimas que escurrieron de esta.

El menor no sabía que decir, estaba algo ansioso miró hacia abajo unos segundos y se lamió los labios, luego volvió a mirar a Liu a los ojos.
Se quedaron de esta manera unos segundos, los dos comenzaron a acercar sus rostros al del otro lentamente. Cada vez quedaba menos espacio entre sus labios, cerraron sus ojos para finalmente poder sentir el tacto de ambos formando un dulce beso.

Liu tomó la iniciativa comenzando a moverse haciendo que el beso tuviera un poco de más acción. El azabache era un poco torpe en esto, jamás había besado a alguien, pero le alegraba que el primero fuera Liu.

Poco a poco el mayor iba guiando a Jeff, ahora ambos disfrutaban aquel beso que se volvía más intenso con lentitud mientras más pasaba el tiempo.

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No quiero ser tu hermano «Jeff The Killer x Homicidal Liu»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora