◾ Jeff 1/4◾

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Pobre niño
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El pequeño Jeff de 8 años, caminando cuidadosamente por los pasillos de la escuela mientras era la hora del almuerzo.

Caminaba despacio mirando a todos lados algo asustado, cuidándose de no encontrarse con alguno de sus bullies escondiendo su almuerzo entre su cuerpo.
Tenía mucha hambre así que haría lo que fuera por comer un poco en paz.

Había unos cuantos niños más por los pasillos conviviendo tranquilamente.
En cambio Jeff, estaba preocupado y alerta todo el tiempo.

Se metió al baño y se sentó en una esquina del lugar, para por fin tener algo de paz. Y comer algo al menos.

Sonrió victorioso y satisfecho por no haberse topado a esos chicos problemáticos para él durante su camino.

Lo atormentaban desde hace tiempo, se podría decir que al menos lo soportaba un poco más.
Antes de que le diera una mordida a su sabroso sandwich, la puerta del baño se abrió repentinamente asustandolo.

- ¿Oh?, ¡Miren a quien tenemos aquí!... ¡Jeffrey con nuestro almuerzo! - Dijo el "líder" del pequeño grupo de tres apenas vió a Jeff en la esquina del baño.

El pequeño Jeff ya estaba cansado de esto, así que, se armó de valor y contraatacó.

- ¡N-no!, ¡No se los daré ésta vez! - Respondió Jeff guardando nuevamente aquel sandwich.

- ¡¿Te rehusas?! - respondió el mismo chico.

Jeff solo se hizo bolita en el suelo esperando golpes.

Uno de los niños lo jaló de los brazos alejándolo de su lugar y lo tiró al suelo haciendo que suelte lo que tiene en manos.

El chico que habló primero tomó la comida y se la guardó en la mochila.

- Gracias... Pero esto no es todo - Avisó el niño - Con todo - dijo y los tres niños empezaron a patear a Jeff.

El castaño claro, solo se hizo bolita soportando el dolor, sosteniendo su cabeza, sintiendo como las patadas chocaban con su delicada piel lastimandolo.

- ¡Esto te pasa por no obedecer! - Dijo el niño.

Para este punto Jeff ya estaba a punto de llorar, temblando solo se quedó en su misma posición esperando a que todo se acabe.

De pronto, sonó la campanilla que indicaba que volvieran a clases, los niños se detuvieron y se fueron de ahí sin decir nada más.

Jeff aún se quedó unos segundos ahí, respirando torpemente y temblando.
Con los ojos cristalizados se levantó a difícilmente y se lavó la cara. Acomodó su ropa y se fue a clases de nuevo.

Otro día más... solo... soportando.

Cuando el dia terminó y era hora de volver a clases, Jeff siempre se escondía entre los arbustos del patio delantero de la escuela para esperar a que esos niños molestos se vayan.

Cuando pensó que finalmente se habían ido, salió de su escondite, viendo que aún nadie llegaba por él.

Así que esperó...

Y esperó...

Y esperó...

La escuela estaba sola. Era el único ahí.

No le sorprendía que llegarán tarde por él. Aveces pasaba eso.

La relación de Jeff con sus padres no es muy buena. A decir verdad, bastante cruel para él. Sus padres no lo quieren, dicen que no es bueno en nada, necesita interactuar más, que no sea tímido... Algunas veces, cuando estaban molestos por sus calificaciones, le llegaron a decir que era el peor hijo.

Él solo... escuchaba sumiso lo que le decían. Los maestros tampoco eran de ayuda. Simplemente no era de sus preferidos por las malas notas.

Cuando finalmente llegaron por él vio como su madre llegaba en auto.
Jeff se subió silencioso mirando hacia la ventana.

- Lo siento hijo, se me hizo muy tarde - Comentó la madre mirando al frente.

- Como siempre... - Susurró el niño entre dientes.

- ¿Cómo? - Preguntó la madre.

- Nada... T-tengo hambre - Dijo Jeff desanimado.

- Te eché comida en la mañana, si comes mucho engordarás - Decía la mamá del pequeño aun concentrada en el camino.

El castaño claro no dijo nada... Solo se quedó mirando a la ventana esperando a llegar a casa.

Minutos más tarde, llegaron por fin a casa, Jeff después de cenar (que fue una cena como todas... Sus padres criticandole "sin querer" por diferentes cosas) se fue a su habitación y se encerró ahí.

Se lanzó contra la cama y observó el bello cielo negro con resplandecientes estrellas que lo adornaban hermosamente junto con el bonito brillo blanco de la luna cortada a la mitad haciendo una media luna.

Se quedó ahí encerrándose en su propia mente y olvidarse de todo por al menos un momento. Tener paz y tranquilidad.

Jeff era hijo único, podría decirse que lo detestaba un poco. Se sentía muy solo, nadie estaba ahí para ayudarlo, hablar con él... Nadie con quien divertirse los fines de semana y hacer travesuras inocentes que todos los niños harían para divertirse.

Adoraba la noche, la luna era su única acompañante desde que tiene memoria.

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No quiero ser tu hermano «Jeff The Killer x Homicidal Liu»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora