No quiero ser tu hermano «Jeff The Killer x Homicidal Liu»

🔻Pelea🔺

No quiso saber nada más de ahí, sabía que era lo que tramaban ellos dos con claridad, y ahora que Liu tiene novia nueva, solamente, se alejó para estar solo.

Cómo siempre.

Mientras caminaba para alejarse de ese lugar, su mente empezó a llevarse de ideas, pensó que era patético tan si quiera ponerse celoso por qué Liu tiene novia, ya no quería estar enamorado de él.

Sus pasos lentos comenzaron a acelerar, más y más hasta correr, no sabía en qué dirección iba. Solo corrió a algún lugar lejos de todo.
No le importó perderse en ese mar de bosque, y su mente aún es un caos, todo lo que hizo en el pasado lo estaba abrumando, junto con el sentimiento hacia Liu siendo destrozado. Sentía que iba a explotar en cualquier momento.

No midió el tiempo en el que pasaba dentro de su mente lamentándose por todo. Pasó horas ahí afuera. Más bien, todo el resto del día.
Cuando pensó que se había perdido, no le importó, y solamente caminó.

Cuando estaba casi obscureciendo, se recargó en el tronco de un árbol y se quedó ahí sintiéndose horrible y solo.
No sabía que hacer, no quería volver allá. Lo único que si sabe es que quiere alcoholizarse para al menos no sentirse peor.

A punto de oscurecer, se fue de aquel lugar en busca de su alcohol.
Le costó un poco llegar a la ciudad, (por qué se perdió) pero ahí estaba, robó un botella de una pequeña casa, mató al hombre que estaba ahí sin piedad y sin ninguna emoción dentro de él durante el asesinato.

Finalmente, caminó aquella noche entre los callejones oscuros con su botella de vodka en mano.

Aquel frasco no tenía mucho contenido, así que Jeff solo se embriagó a medias. Pasó horas caminando con la mirada baja y sintiéndose... No tan peor como antes.

Se sentó al fondo de un callejón sin salida, no le importó la suciedad que podía haber ahí. En ese momento solo quería más alcohol.

3:00 AM. Decidió volver a la mansión de slenderman para llevarse sus cosas y largarse lejos de ahí.

Las calles de esa ciudad se veían completamente solas, la soledad en aquel lugar invadía en ambiente. Entró de nuevo al bosque, y al cabo de unos largos minutos llegó a la mansión.

Desde lejos se veía muy oscura solamente siendo iluminada por la tenue luz blanca de la luna.
Al acercarse más, pudo ver a alguien afuera del lugar.

No pensó que fuera slenderman, esa silueta es más baja que él.
Pensó que tal vez sería uno de los proxies del hombre delgado, así que solo se fue preparando para pelear si lo necesitaba.

Se acercó lo suficiente para poder ver quién era.
Ahí estaba Liu, parado esperándolo.
Este último al ver a su hermano, se acercó rápido a él.

– ¡¿Dónde mierda estabas grandísimo idiota?! – Regañó Liu a Jeff tambaleándose un poco.

– N-no te importa – Contestó indiferente.

– ¡Claro que me importa inútil! – se quejó el de las cicatrices tomando el brazo de Jeff.

– ¡¿Ah si?!, ¡¿Te importa?! – Respondió enfadado el menor.

– ¡Si!, ¡Te he estado buscando toda la maldita tarde, como para que aparezcas a esta hora como si nada! – Volvió a regañarlo.

– ¡¿A caso te importó yo?!, ¡No!, ¡Se que me buscas solo para venganza junto con tu noviecita Jane! – Gritó molesto y con la voz quebradiza.

– ¿Que?... ¿Cómo-... – Liu se detuvo al ser interrumpido por Jeff.

– ¡Si, se lo que traman!, ¡Escuché de lo que hablaron esta tarde! –

– Jeff... Esto no es lo que crees... Jeff créeme – Pidió Liu tomando a su hermano por los hombros.

– ¡S-sueltame! – el azabache quitó las manos de Liu de sus hombros bruscamente – ¡¿Crees que te iba a creer?! ¡Después de que me trajiste hasta acá para conveniencia tuya!, ¡Querer pasar tiempo conmigo, mis huëvos! – se quejó el menor a punto de explotar.

– Ya tranquilo, te explicaré todo – Dijo Liu tratando de calmarlo.

– ¡No necesito explicaciones!, ¡Me largo de aquí! – contestó el menor tratando de irse de ahí.

– ¡Solo espera a que te explique todo!, ¡No te dejaré ir después de apenas recuperarte! ¡No volveré a perderte! – Liu jaló nuevamente a Jeff junto a él.

– ¡Cómo si te importara una mierda! –

– ¡Claro que me importas imbécil!, ¡¿No has notado todo lo que he hecho por ti antes de todo esto?! – Dijo Liu un poco frustrado por la actitud de Jeff.

– ¡¿De que me sirve lo de antes?!... ¡Es ahora! – Contestó el menor.

– ¡Si tan solo te detuvieras un poco a escuchar mi explicación! – se quejó el de cicatrices.

– ¡C-cállate!, ¡Te odio como hermano! – Habló Jeff apretando los puños, a punto de escaparse sus sentimientos.
Está al borde, ya no puede contenerlos más.

– ¡¿Ahora resulta que me odias?! ¡Genial!, ¡Así me agradeces por estarte cuidando! ¡¿Ah?! –

– ¡N-no!, ¡Yo no quiero ser tu hermano! – al de cabello negro se le empezaron a cristalizar los ojos.

– ¡Si, ya lo entendí!, ¡Me odias!... Bien, cuídate solo – Liu se molestó ahora totalmente por la actitud de Jeff.

Liu sin más, se dio la vuelta dispuesto a irse de ahí.

Jeff veía como se alejaba, tomó aire y habló.

– ¡Me gustas! – confesó Jeff con la cabeza baja escondiendo un sonrojo en sus mejillas.

Liu detuvo su camino en seco al escuchar esas dos palabras.
Se dio la vuelta nuevamente para ver a Jeff.

– ¡Te odio como hermano!... Por que... Me gustas – Decia la voz quebrada de Jeff.

El castaño, extrañado se volvió a acercar al menor.

– Jeff... No juegues con esto... –

– Hablo en serio... Y-yo... No puedo más... Años de contener esto... M-mis sentimientos, la culpa por haber matado a nuestra familia... Haberte destrozado la vida y sueños... Hacerle daño a la única persona que me aprecia... – el menor hablaba como podía mientras se hacía un nudo en su garganta y con lágrimas saliendo de sus lindos ojos azules.

– Jeff... –

– Todo esto me aburma... Estar solo la mayoría del tiempo, yo... Solo... Es un desastre – Jeff se secaba las lágrimas con ambas manos.

Liu bajó la mirada. Lentamente se acercó a Jeff y lo abrazó cálidamente.
Rodeó su cuerpo con sus brazos para hacerlo sentir protegido, dejando que llore en su pecho.

Jeff se aferró al mayor llorando como su fuese un niño. El castaño solo le acarició el cabello recordando cuando a Jeff de pequeño le daban miedo los truenos de las tormentas.

Cuando lo abrazaba y acariciaba su cabello. Él simplemente se calmaba y olvidaba su miedo.

– Todo está bien... Tranquilo Jeff –

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