¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
─Este hombre rechazó el premio Nobel a la paz─comenzó Fury, en sus manos sostenía una foto de Alexander Pierce. Nadie hablaba, solo veían al hombre en silencio─. Dijo que la paz no era un logro, sino una responsabilidad─tiró la foto a la mesa con frustración─. ¿Ven? Cosas como esas me generan problemas de confianza.
Olivia tomó la foto y la observó con curiosidad. Se preguntó si Pierce podría dormir bien en las noches, teniendo en cuenta todo el dolor que había causado gracias a su estúpido sentimiento de superioridad.
─Hay que detener el lanzamiento─planteó Romanoff, sacando a la pelinegra de su fantasía de matar a Pierce mientras dormía.
─No creo que el Consejo conteste mis llamadas─dijo con burla mientras abría un maletín con una especie de tarjetas dentro.
Olivia sonrió con complicidad, pues suponía que Fury los había robado.
─¿Qué es eso?─preguntó Sam.
─Cuando los helicarriers alcancen los 900 metros, triangularán con los satélites del proyecto─explicó, mostrándoles en la computadora todo de forma más gráfica─. Y serán armas.
En la pantalla se mostraba cómo operarían los helicarriers para eliminar a cualquier cosa o persona que se interpusiera en su camino.
─Intercepten esos helicarriers y reemplacen sus objetivos con los nuestros insertados en estos servidores.
─No puede ser solo uno ─explicó María─. Debemos interceptar a los tres, porque si una de esas naves sigue funcionando, muchas personas morirán.
─Debemos suponer que los que están a bordo son todos de HYDRA, deben pasarlos, insertar los servidores, y tal vez, solo tal vez, podamos salvar lo que queda.
─¡De ninguna manera!─Olivia dio un salto del susto ante la repentina interrupción del Capitán─. No solo desmantelaremos los helicarriers, desmantelaremos S.H.I.E.L.D.
─S.H.I.E.L.D. no tiene nada...
─Tú me asignaste esta misión─interrumpió Steve al exdirector─. Así termina. S.H.I.E.L.D. no es confiable, tú mismo lo dijiste, HYDRA creció bajo tus narices y nadie se dio cuenta.
HYDRA, HYDRA, HYDRA, HYDRA.
La repetición de esa palabra había generado un mal sabor en la boca de Olivia. Odiaba pensar que había perdido a toda su familia gracias a ellos.
─¿Por qué crees que estamos en esta cueva?─reprochó Nick con un grito, acercándose a Steve─. Yo me di cuenta.
─¿Cuántos tuvieron que pagar antes?
─Yo no sabía nada sobre Barnes.
─Si lo hubieses sabido, ¿me lo hubieras dicho?─inquirió aún sabiendo la respuesta─. S.H.I.E.L.D., HYDRA, todo desaparecerá.
