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Olivia despertó dos semanas después, con una paz inhumana en su cuerpo y sintiendo como si hubiese dormido durante toda su vida.
Se enderezó en la cama y un pinchazo en su brazo la alarmó, pero solo era la aguja del suero. La arrancó de su brazo y bajó de la cama, percibiendo un escalofrío recorrer su cuerpo al contactar sus pies descalzos con el frío suelo. Intentó hacer memoria y un hueco en su pecho se hizo presente cuando recordó el dolor que había sentido ese día y todas las cosas horribles que escuchó en su cabeza.
Las voces, esa era la razón por la que se sentía tan tranquila... no estaban.
Intentó escuchar algo, un solo susurro o cualquier cosa parecida, pero no había nada, solo la propia voz de su cabeza. Sonrió emocionada y, sin detenerse a ponerse una sudadera o unos zapatos, salió corriendo hacia el comedor.
─¡Tony! ¡Tony!─gritaba mientras corría por los pasillos.
Afortunadamente, estaba en el área de las habitaciones, así que nadie la escuchaba más que la señora de la limpieza, quien sonrió aliviada al verla despierta.
Al entrar al comedor se encontró a Tony y a Pepper desayunando tranquilamente junto a Rhodey. No se detuvo a saludar, solamente corrió hacia su hermano y comenzó a sacudirlo por los hombros, cuál niña chiquita emocionada por la navidad.
─¡Tony, se fueron!
─¿Mis mañana en paz? Si, se fue.
─No, idiota, ¡las voces! Ya no están─tanto Tony como Pepper abrieron los ojos sorprendidos.
─¿De qué hablas, loca? ¿Las voces de tu cabeza?─Olivia asintió, viéndolo con una sonrisa─. ¿Ya no están?─Olivia negó, mordiéndose el labio y reprimiendo un grito de emoción.
─Livie, eso es maravilloso─expresó Rhodey, quien había visto a Olivia desde pequeña sufrir por ese problema.
Pepper le dio un golpe a Tony con el codo para que dijera algo, pues se había quedado paralizado por la impresión.
─Eso es... wow, entonces ¿funcionó?
─¡Si!─exclamó, y sin poder contener la emoción, las lágrimas comenzaron a bajar por sus mejillas─. Mierda, soy patética─dijo limpiando sus ojos con la manga de su blusa─. En estos momentos quiero besar a Ethan.
─No besarás a nadie─negó Tony, poniéndose de pie y apuntándola con su dedo─. Tenemos que ir al laboratorio, ¡JARVIS!
─¿Si, señor?
─Despierta a Bruce, tenemos cosas que hacer.
Olivia tomó la taza de café de Tony y se la tomó de golpe para después seguirlo de regreso al laboratorio. Luego de horas llegaron a la conclusión de que el suero tuvo un efecto calmante en su cerebro, bloqueando los sonidos que ella no quería escuchar y haciendo que se enfocara solo en su voz.
