Capitulo 7. Recuerdos del pasado

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Narra Amalia.

El camino hacia el viejo Palacio, se está tornando eterno, solo de pensar que Anaís pueda haber sufrido de alguna manera, me enferma.

No vamos solos, también nos acompaña una delegación del Consejo y por si acaso hay preparado un pequeño ejército. Solo espero que nos entregué a mi hija por las buenas.

Cómo sospechaba todo el recinto está lleno de guardias, no entiendo muy bien por qué van armados si se ve a la legua que todos son vampiros.

Aunque me da en la nariz que la munición que usan es de plata, es más rápido y efectivo disparar.

Si algo sale mal, se romperá un tratado que lleva vigente por siglos. Cruzaremos los dedos, ojalá y sus padres o quien sea que dirigía este lugar y a estos seres. Entren en razón.

A la puerta sale a recibirnos un hombre, sino me equivoco debe de ser el mayordomo. Su ropa, parece sacada del siglo dieciocho, su aspecto no da miedo, más bien infunde lástima, es un hombre bastante mayor, su cara está llena de arrugas, sus ojos están adornados por unas profundas ojeras, tengo serías dudas, sobre su naturaleza. Su olor no es como el de los demás vampiros, no huele a sangre ni a putrefacción.

Nos indica pasar al salón, nos sentamos en unos sillones muy ostentosos.

Escucho el sonido de unos pasos, que pronto se convierten en un galope. Mis ojos se llenan de lágrimas, no puedo creer lo que veo.

- Mami, mami...

Anais llega corriendo hacia mi, la abrazo tan fuerte que tengo miedo a dañarla, pero es que la he echado tanto, tanto de menos. Tenía tanto miedo aquí le hubiera pasado algo.

Limpio mis lágrimas y centro mi mirada en la pareja que hay detrás de la niña.

De verdad parece que estamos en otro siglo, la señora es bellísima lleva una ropa antigua y el señor es alto y corpulento.

Mis padres se levantan, escucho como se saludan, parece que se conocen por la manera en la que hablan.

Se sientan a nuestro lado y está v z se dirigen a mi.

- Amalia, estamos encantados de conocerte, aunque no sea el momento o la mejor manera para hacerlo. Siento todo los problemas que nuestro hijo te haya podido causar.
Te devolvemos a Anaís, el contrato que habéis presentado es válido. Pero te vamos a pedir un favor...

Hace una pausa el señor para después continuar.

- Te pedimos fervientemente que nos dejes ver Anaís y formar parte de su vida. A veces los abuelos pagamos por los errores de los padres...

- Está bien, no tengo inconveniente en que podáis ver a la niña, e incluso a que pase algunos días con vosotros siempre que ella lo desee.

Abandonamos la casa de los abuelos de mi hija, ella parece haber estado muy feliz estos días.  Eso me alegra mucho y me hace sentir más tranquila.

- Mami, mami porque no ha venido papá a despedirme. Dice Anaís curiosa.

- Debe de tener mucho trabajo, y verás como pronto te llama. Digo intentando tragarme mi orgullo y mí mala baba.

La abuela nos acompaña ha nuestro nuevo hogar, ha prometido quedarse unos días con nosotros, cosa que agradezco enormemente. Siempre que está conmigo me hace sentir segura.

Apenas he hablado en todo el día con Lesedi, siento como si lo hubiera dejado un poco de lado. Pero él no me ha exigido nada y ha sabido mantenerse en un discreto segundo lugar.

Es hora de dormir, la abuela se ha empeñado en dormir junto a la niña. No he tenido ninguna opción la abuela es la que ordena y manda. Tampoco es que me importará demasiado solo las quiero ver felices.

**

Hoy es el primer día de colegio de mi peque, está nerviosa pero no mucho más que yo! Se que va a estar bien, y no podría estar mejor cuidada.

Mi suegra, que raro suena decir esas palabras... Ella es maestra en el colegio, nunca quiso dejar de serlo, siempre argumento que podía ejercer su profesión y ser la Luna de la Manada.

Sin darme cuenta ha pasado un mes y medio desde que llegamos aquí. Creo que es hora de que yo también busque un trabajo. No quiero ser una mantenida. Lo difícil será encontrar un trabajo adecuado a mi formación.

Soy criminóloga, si supongo que es algo que no os esperabais. No sé supongo que desde niña es algo que me apasiona.

Cuando era pequeña recuerdo como una gran explosión en la manada. La fábrica de reciclaje sufrió un accidente que era difícil de explicar.

Mamá se negaba a que yo  investigara, argumentaba que era demasiado pequeña para ver ciertas cosas.

Quizás tenía razón, aún así yo no cese en mi empeño de demostrar que de accidente tenía poco. La explosión había sido provocada. Alguien quería deshacerse de aquellas tres personas. Durante meses recopile pruebas hice investigación de campo...

Lleve todas las pruebas y mis conclusiones a la policía de la Manada. Nadie me tomo en serio era un caso cerrado y yo una niña pequeña.

Solo hubo una persona que me escucho y me ayudó a demostrar la verdad. Mi abuelita.

Desde ese día, ese día que hice justicia.. encontrando al verdadero culpable de unos asesinatos, porque ahora podía llamarnos así ya no era nada un accidente.

Resultó que el panadero del pueblo, estaba celoso del dueño de la fábrica él siempre había estado enamorado de su reciente esposa, aunque no era su mate el la había idealizado. No soporto la idea de verlos felices e ideo un plan para deshacerse de ellos, con la mala suerte que también mato al guarda de seguridad.

Flash black

- Anais es hora de dormir?

- Vale pero antes dime cuál es tu trabajo?

- Un criminólogo es un profesional científico que recopila, estudia, analiza, documenta y demuestra la línea de tiempo y forma de los actos en el antes, durante y después de un crimen con la finalidad de descubrir y exponer las intenciones según la "Logica" del Criminal y la Víctima basándose en el crimen ya ocurrido.

- Mami, mami no entiendo nada. Dijo llevándose las manos a la cabeza.

- bueno mi amor, digamos que yo encuentro a la gente mala, por las cosas que hacen. Ahora mejor?

- Bueno ya le preguntaré a la abuelita Amalia, ella seguro que me lo explica mejor.

Que desastre de madre soy. Ni siquiera sé explicar en qué consiste mi trabajo, bueno no lo se explicar a una niña de tres años.

Fin del Flash black

Acabo de mandar unos currículums a la ciudad más cercana de la Manada, espero tener suerte y sobre todo que Lesedi no se moleste por mi trabajo.

Lesedi & Amalia. Luchando contra el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora