West
Hace un mes de mi cumpleaños número dieciocho, no se muy bien como sentirme, tengo miedo, en unos días tendré que viajar para reclamar mi título y mi fortuna. Eso quiere decir que perderé mi anonimato por primera vez en toda mi vida nadie podrá protegerme, sé que mis padres siempre estarán ahí pero no puedo depender de ellos eternamente.
Realmente no son mis padres, ellos me salvaron de una muerte anunciada, mis padres y casi todo el resto de mi familia murió asesinada..
Mi vida aquí ha sido bastante buena si obviamos que yo soy un vampiro y ellos son lobos. Aún así todo el mundo me aceptado en la Manada.
Hoy es el cumpleaños de Anaís, se podría de decir que ella es algo así como mi hermana, ella no es una simple loba ella también es medio vampiro. Estar cerca de ella y de sus abuelos me ha ayudado mucho para saber de dónde vengo y como son los míos...
Me he despedido de unos amigos y me dirijo hacia la fiesta, hoy es un día especial, no es un cumpleaños normal. Hoy es el día en el que su mitad loba hará presencia. Todos estamos un poco nerviosos no sabemos que es lo que va a pasar realmente, si se podrá convertir o que mitad será más fuerte...
Todos están reunidos, hay un gran pastel, busco con la mirada a la cumpleañera y ella automáticamente viene hacia mi.
- Y mi regalo vampi? Dice sonríendo
- Sabes que no me gusta que me llames así, ya no tenemos ocho años recuerdas?
- Ok, West pero y mi regalo? No lo habrás olvidado.
- Claro que no aquí tienes, digo para después entregarle una cajita.
Ella la abre apresuradamente, saca su contenido y me enseña una cadena con un colgante en forma de luna, está muy feliz se lanza contra mí y me abraza.
**
Es el momento la luna está en su punto más álgido, ella se aleja un poco para que no veamos su desnudez, minutos después vuelve convertida en una loba de color dorado, creo que es la primera vez que veo una así, nadie en toda la Manada tiene ese color, se podría decir que su pelaje emite destellos dorados. Mamá y papá están todavía más sorprendidos si cabe.
Vuelvo hacia casa, creo que este es su momento, total yo no soy un lobo no puedo entender este momento, aunque me gustaría tantas veces le he pedido a su diosa que me convierta en uno pero nunca me ha escuchado, cada noche me queda dormido después de llorar un bien rato, yo solo quería ser como ellos..
No tengo ganas de regresar a casa al menos por un rato, daré un paseo y despejare mi mente, quizás con los míos me sienta un igual y no un marginado. Si mamá oyera mis pensamientos me pegaría un capón y tiene razón, aunque me niegue a verlo aquí soy un igual nadie me ha tratado nunca mal, es más todo el mundo me ha aceptado. Aún así no puedo sentirme más diferente.
Estoy sentado en un banco creo que es demasiado tarde, lo mejor será volver. Una sensación extraña recorre mi cuerpo, es algo que no puedo explicar...
Esto debe de ser lo que me contó el abuelo de Anaís, será que mi tua cantante está cerca?Me levanto y busco con la mirada, pero no veo a nadie, estoy tan nervioso que me sudan las manos, esto no es como si nunca hubiera estado con una mujer, porque en ese sentido creo que he sido bastante mujeriego, pero es que ella es mi compañera eterna, es mi mitad perfecta la que me va a complementar. Veo una figura que se acerca en la oscuridad.
Ni con mi vista de vampiro soy capaz de distinguir de quién se trata, debe de ser alguien de la Manada, siempre pensé que mi tua cantante seria un vampiro como yo, no se simplemente no pensé que pudiera tratarse de una loba o de una humana.
- West..?
- Anaís, que haces aquí?
- Un aroma a chocolate y caramelo me ha traído hasta aquí, creía que encontraría a mi compañero pero aunque su aroma está aquí no lo puedo ver? Tu has visto algún chico por aquí escondido? Dice mirando hacia todos lados.
Cojo su mano y una descarga de energía recorre mi cuerpo, a ella también parece que le ocurre lo mismo porque retira su mano rápidamente. Nos miramos en silencio durante unos segundos que parecen convertirse en horas, nos perdemos en esa mirada que nos desconcierta pero a la vez nos llama.
- Tu y yo... Somos? Dice ella con la voz trabada.
- Creo que si, digo y asiento con la cabeza.
- Pero no está mal? Nosotros somos como hermanos, en fin no sé qué pensar...
- No tienes que pensar nada, haremos como si nada hubiera pasado, tú harás tú vida y yo la mía. Digo e inmediatamente después de decir esas palabras siento como si me partieran el corazón en dos.
Ella se aleja unos pasos, creo que está llorando, me intentó acercar a ella pero está sale corriendo. Corro tan rápido como puedo hasta que le doy alcance la acorraló contra el tronco de un árbol, levanto su cabeza la miro a los ojos y beso sus labios, su sabor me enloquece, mi cuerpo me pide más, no quiere separarse del suyo...
Me separo de ella, cuando siento que el aire no llega a mis pulmones, la miro y puedo ver cómo está avergonzada.
- Lo siento no debi...
No tengo tiempo para continuar mi alegato esta vez son sus labios los que están pegados a los míos. De verdad que vamos a tener un problema, no solo está la edad, ella aún no ha cumplido la mayoría, también están nuestros padres, nosotros éramos como hermanos. Ahora no se lo que va a pasar.
Solo tengo clara una cosa, no puedo alejarme de ella, ella es mi todo y la que me complementa...
Va a ser duro tener que disimular delante de todos, es lo mejor por el momento después se lo comentaré. Lo llevaremos en secreto y cuando llegue el momento adecuado les diremos de nuestra relación. Pero no es eso lo que más me preocupa me preocupa tener que irme y dejarla sola. Tengo que recuperar lo que es mío y ofrecerle un futuro a Anaís.
Siento que mis problemas acaban de comenzar.
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Lesedi & Amalia. Luchando contra el destino
Hombres LoboLesedi es el próximo Alfa de la Manada, lleva fuera muchos años, ahora que ha terminado sus estudios es hora de volver a su hogar. Pronto descubrirá que esa niña con la que jugaba a ser novios, esa niña que lleva años sin ver, es su mate, su alma ge...