Lesedi & Amalia. Luchando contra el destino

Extra 1.

La visión de Anaís

Narra Amalia

- Hace tiempo que se que todas las visiones de Anais se cumplen, excepto una que aún no se ha cumplido, qué es lo que pasa? Por qué no queréis hablar de ello? Es tan malo? Pregunta Lesedi ansioso.

- Si que es mala, es algo que a Anaís le aterra y bueno a mí tampoco es que me agrade demasiado... Que te cuenten cómo vas a morir no es muy agradable. Respondo con cierta indiferencia, no quiero darle importancia, es algo que me da miedo y me causa dolor. No quiero dejar solos a mis pequeños, qué harían sin mi? Crecer sin una madre no debe de ser nada fácil y a mi no me gustaría que mis hijos tuvieran que pasar por ello.

Lesedi me mira, puedo ver el miedo y la sorpresa en sus ojos, creo que nunca se pudo ni si quiera llegar a imaginar que la visión de Anaís trataría sobre mí y sobre mi muerte. Pero ya que el ha preguntado me veía en el deber y en el derecho de responderle, no quiero tener secretos con el, sé que esas cosas al final pasan factura los mejor es afrontarlas e ir de frente en la vida.

Tras unos minutos, unos largos minutos de silencio al fin se anima a hablar, creo que mis palabras lo han dejado en estado de shock. Bueno no es que yo me quedará mucho mejor cuando Anaís me lo contó.

- Cuándo va a pasar? Cómo? Podemos cambiarlo... Yo te protegeré. Dice ligeramente afectado.

- No te preocupes, las visiones de Anaís no son muy precisas por lo menos la mayoría de ellas, se cómo voy a morir, pero no cuando. También se que ocasionará mi muerte...
Anaís no me ve claramente en la visión, por lo que desconozco la edad qué debo tener.

- Entonces qué puedo hacer para qué, para que no te mueras? Dice trabandose, está tan lindo mi chico grandote cuando se preocupa. Es tan bonito tener a una persona que te ama y se preocupa tanto por ti.

- Mi amor, no puedes hacer nada, tarde o temprano todos tenemos que morir nadie sabemos cuándo ni donde ocurrirá, la única diferencia es que yo se cómo va a pasar. Le digo intentando tranquilizarlo.

- No debí haberte preguntado, ahora no podré dejarte sola ni un momento, no dejaré que nadie se acerque a ti, me pegare a ti como una lapa.

- Jajajaja... Eso ni lo pienses. Digo riendo. Lo que me faltaba tenerlo todo el día pegado a mi espalda en modo sobre protector. Por eso no voy a pasar yo necesito mi espacio y el suyo. Esa actitud lo único que qué conseguiría sería separarnos y eso es algo que no entra en mis planes.

Su semblante ha cambiado, escucho como está refunfuñando. Yo, sin embargo no puedo evitar sino sonreír, esta tan gracioso, se que no se puede jugar con fuego y menos si juegas tus cartas con un Alfa, pero en esto no voy a ceder.

- Vamos a ver grandullón, te voy a contar paso a paso la visión de Anaís, así podrás ver qué no hay nada que puedas hacer, ni siquiera la abuela con toda su magia podría hacer nada, bueno algo si..
Pero ni ella ni yo estamos dispuestas a pagar ningún precio, ella ya pagó el suyo. Algún día las sombras vendrán a cobrarse su pago, una vez las burló consiguiendo tiempo para ella y para el abuelo Robert, no creo que ellas olviden el pasado! Esta vez el precio a pagar sería más alto y yo no voy a perder a nadie por salvarme a mí.

- Me explicarás que es eso de las sombras algún día? O también te guardarás el secreto ...

- No es un secreto y no tengo inconveniente en contártelo, Cuando la abuela era joven y Robert todavía vivía fueron atacados por unos vampiros, uno de ellos les lanzo una daga o un puñal, mientras estaban atravesando un portal. Cuando el portal se cerró se dieron cuenta de que el puñal había atravesado el corazón de Robert, la abuela en ese momento enloqueció volvió al pueblo y acabo ella sola con todos los vampiros. Desgraciadamente la abuela se lleno de oscuridad y entre las bajas también hubo civiles. No se veía capaz de superar la perdida de Robert. Así que hizo lo que prometió que nunca volvería a hacer cogió el grimorio de la reina oscura y llamo a las sombras. Pidió devolver la vida a Robert, las sombras le devolvieron la vida Robert pero a cambio pidieron el alma y el poder de la abuela. En un momento de lucidez la abuela pidió ayuda a su abuelita  Margaret como ella la llamaba, está la ayudo a burlar a las sombras.. alegando algo así como que su alma no era suya que era de Robert y qué su poder lo tendrían cuando ella estuviera en su lecho de muerte. Las sombras se fueron muy enfadadas aún así respetaron el trato, le permitieron vivir con Robert cincuenta años más. La abuela prometió ese día que no volvería a utilizar el grimorio nunca más.

- Vaya, la abuela ha sufrido mucho pero que tiene eso que ver con tu muerte.

- Pues mucho grandullón, aveces las cosas no pueden cambiarse, solo puedes sortearlas o adaptarte a ellas, en mi caso se que voy a morir por una enfermedad, en la visión de Anaís estoy postrada en una cama, tengo goteros y un doctor dice que mi sufrimiento casi ha llegado a su fin, después de una larga enfermedad es momento de descansar, le pide a Anaís y a alguien más que me hablen que me ayuden a marcharme en paz. Que deje de aferrarme a la vida y me marché en paz, en busca de una luz cálida. Entiendes por que no se puede cambiar? Nadie va a matarme ni nada por el estilo. Sera algo natural.

- Entiendo, pero no estoy de acuerdo contigo! Nosotros no nos enfermamos, nuestro sistema inmunológico es muy fuerte no contraemos las enfermedades de los humanos, si tú fueras medio humana lo comprendería pero este no es el caso. Dice preocupado.

Vaya, tanto tiempo de saber de esta visión y nunca lo había pensado, simplemente lo había aceptado. Si enfermo sera porque alguien me envenena o soy víctima de un hechizo..

Por lo tanto aún tengo enemigos que quieren verme muerta.

Queda un capítulo más..

Pd: se que esto se quedó interesante pero.. sabéis que me gusta dejar los finales abiertos. Jajajaja...
Si lo sé! Soy un poco mala pero no mucho si hay otra historia esto se resolverá en la siguiente.

Un besito 😘