Capitulo 13. Ellas matan mejor

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Narra Amalia.

Una semana ha pasado desde la visita al cementerio, una semana en la que no le he dirigido la palabra a Lesedi. Creo que está vez me he pasado, es verdad que sus palabras me dolieron, no fueron las más acertadas. Pero lo estoy castigando demasiado el problema es que mi orgullo no me permite reconocer mi error.

Me duele el corazón, el pobre me ha traído flores, me ha tocado canciones, se ha encargado de los niños ha hecho las tareas de casa, aún las que no le correspondían, tengo que pensar algo...

Mi nariz parece estar mejor, al menos ya no me molesta el olor de West y puedo tolerar casi todos los demás. Todavía los niños no saben de la próxima llegada del bebé. Los quiero sorprender la semana que viene mamá traerá un ecógrafo y podremos ver al bebé. Ese será el momento perfecto para que conozcan a su nuevo hermanito/ta.

He estado todo el día trabajando en el despacho, se que estoy cerca de algo, tengo que ser paciente y no acelerar las cosas. Pero es tan fácil decirlo y tan difícil hacerlo...

Voy a mí habitación me meto en la cama, no está Lesedi. De repente recuerdo que desde hace una semana el no duerme conmigo.

Decidido, no quiero seguir así por una tontería, lo echo de menos, ya da igual mi orgullo. Voy a su habitación. Abro la puerta me quedo parada, no se mueve debe de estar dormido, me quito la ropa y me introduzco dentro de la cama, lo abrazo suavemente y beso su cuello...

El se voltea sorprendido, va a hablar pero yo soy más rápida cierro sus labios con los míos, ahora no necesitamos palabras, nuestros cuerpos serán nuestra voz.

Sus manos acarician mi cuerpo convirtiéndolo en un volcán apunto de erupcionar, en nuestras bocas se desata una batalla, la lujuria y el deseo llenan la habitación.

Mis manos acarician su miembro, consiguiendo robar algún gemido de su boca, retira mi mano de su plenitud. Se situa sobre mi pero sin dejar caer su peso.

Comienza a lamer mi cuello, bajando poco a poco. Centrándose en mis pechos, deleitándose con cada uno de ellos y produciendome  a mi un placer inimaginable.

Baja una de sus manos hasta mi intimidad, la acaricia una y otra vez llenándose de mi humedad.

- Ahora ya estás preparada lobita. Tendré que ser suave no quiero dañar al cachorro. Dice para después llenarme de una sola embestida.

Una embestida tras otra, hacen que alcance la cima del placer, llenando la habitación con mis jadeos para poco después alcanzar él, el climax del placer.

Se retira de mi suavemente, me abraza y besa mi cabello. Me quedo dormida al escuchar el sonido de su respiración.

" Estoy en una vieja habitación, las paredes parecen caerse a trozos, la humedad se instala en mis huesos, escucho hablar a una mujer pero desde mi posición soy incapaz de verla. Escucho con atención, no entiendo lo que dice, parece como si hablara en alemán. Veo como se mueve ha cogido un pequeño bote de una mesita auxiliar.

Ahora estoy en una cocina, esta también es antigua pero está bien cuidada. La señora vierte el contenido del frasco dentro de una gran jarra.

Hay mucha gente sentada en la mesa, uno por uno sirve sus copas, es un líquido rojo. Creo que es sangre, termina de servir la última copa y se retira de nuevo a la cocina.

Creo que debe de ser el ama de llaves, intento acercarme y ver su cara, no lo consigo está distorsionada.
Todos cogen sus copas brindan y miran a un bebé.

Todos beben a excepción de la mujer que porta a el bebé. Grito para que no beban, pero nadie me escucha soy un fantasma? Uno a uno van cayendo sobre la mesa. La mujer que porta el bebé grita desesperada, pero ninguno parece reaccionar.

De nuevo aparece esa señora, ríe tan fuerte que las paredes parecen temblar. Se dirige hacia la chica del bebé.

- Sie werden die folgenden sein. Alles wird mir endlich gehören..

La chica agarra fuete a su bebé y lo esconde debajo de su chaqueta, para un momento después atravesar uno de los ventanales.

La señora parece enfadada, saca una estaca de madera y uno a uno la clava en el corazón de los comensales.

Se marcha de la habitación, esta vez no me puedo mover veo como llena el suelo de plástico, no se muy bien lo que es pero parece ese que se usa para tapar los muebles cuando se pinta.

Lo que veo después me horroriza y me paraliza a partes iguales, estamos en un patio una gran pila de restos humanos está ardiendo, el calor es insoportable.

Un hombre está al lado de esa señora la abraza mientras ve arder a toda esa gente."

Me despierto gritando y empapada en sudor. Qué ha sido esto una pesadilla o he visto el pasado? Y si esto fue lo que le ocurrió a la familia de West. O quizás estoy sugestionada y he creado ese sueño en mi mente.

- Ya está a mi amor, solo ha sido una pesadilla.

- Parecía tan real, ellos no me podían ver a mí, no podía interactuar solo mirar. Intenté advertirles pero no me escuchaban, tanta muerte, tanto horror, fue horrible Lesedi. Digo llorando.

- ya pasó mi amor, todo está bien, estás en casa aquí nadie podrá dañarte.

- No es a mi a quien quieren dañar.. no termino de hablar cuando salgo corriendo hacia la habitación de los niños.

El pasillo de apenas unos metros parece interminable, abro la puerta de golpe, puedo ver como los niños duermen plácidamente. Beso sus cabecitas y salgo de la habitación.

Mañana llamaré a la abuela, necesito que le haga un hechizo de ocultación y protección. También hablaré con los padres de él ser. Necesito saber si la familia de West era de ascendencia alemana. Si es así todo estará claro.

Vuelvo a la cama y a duras penas consigo conciliar el sueño. Me despiertan los besos de Lesedi.

- Despierta dormilona, es casi medio día, necesitas comer algo.

- Porqué me has dejado dormir tanto? Digo levantandome de golpe.

- Has pasado mala noche, después de la pesadilla. Te has pasado toda la noche hablando en sueños. No dejabas de repetir una y otra vez las mismas palabras.

Si amenazan de muerte a los hijos, aunque sean los padres, hay que ponerse en guardia: son muy capaces de cumplir su amenaza.









Nota: la traducción de el diálogo en Alemán. Es esta: vosotros seréis los siguientes. Todo será mío al fin.

Lesedi & Amalia. Luchando contra el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora