TAE

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Siempre me he considerado una persona que cumple sus promesas. Hace algún tiempo ya te prometí estar contigo en las buenas y las malas. Y juro por dios que justo hoy lo estoy cumpliendo. Mirándote tan apuesto con ese traje que resalta mucho más tus hermosos ojos, ese corbatín te lo he acomodado ya unas mil veces y tú te lo has desacomodado otras mil veces. Estoy con mi mejor sonrisa y mi traje ridículamente caro en el cual me siento sumamente ridículo, pero me has asegurado que luzco muy bien, aun cuando sé que no deberías verme todavía, pero me he colado hasta tu habitación para asegurarme que no huyas y entonces no haya boda.

Hace tantos años que estoy enamorado de ti que me he olvidado la vida antes de ello. Aún recuerdo el día que te conocí, llevabas una playera de Iron man como dos tallas más grandes que la tuya, recuerdo haberme reído tan fuerte que me miraste tan feo como jamás lo había hecho nadie, obligándome prácticamente a largarme del patio de juegos del vecindario sabiendo que seguramente me odiarías por siempre, pero no me importaba un carajo ya que para mí no eras nada ni nadie significativo. Hasta que al día siguiente que tus padres y tú se aparecieron en la puerta de mi casa, al principio me alarme creyendo que tal vez hubieras ido de boca floja con tus padres y ahora ellos venían directo a decirles a los míos lo que ocurrió y seguramente me reprenderían por mis acciones. Pero no, resulta que ellos solo iban a tomar el té con mis padres y tú sin más remedio tuviste que ir con ellos, porque aparentemente no podías quedarte solo en casa, aunque tú argumentaste que ya eras muy mayor para poder hacerlo. Durante unos minutos ambos tratamos fuerte de no mirarnos, desviábamos la mirada sin más remedio. Pero mi madre me obligo a invitarte a jugar con mi consola de vídeo juegos, subimos pesadamente a mi habitación. Aún oigo tu voz preguntando "¿jugaremos alguna cosa de bebés?", ya que tú eres dos años mayor que yo y supongo eso te hacía sentir que yo era un bebé. Te fruncí el ceño para sacar mi vídeo juego de Resident Evil y Mario kart, levantaste una ceja sorprendido, pero no dijiste nada. Al principio estabas muy callado, pero te podía ver sonriendo cuando gritaba porque algún zombie me mordía o me mataban. Al cabo de unas dos horas de juego al fin hablaste, aunque tal vez hubiera preferido que no lo hicieras por lo que dijiste, aún hoy lo siento demasiado.

<<La playera era de mi hermano, murió hace dos años de leucemia.>>

Boquee un par de veces antes de comenzar a llorar muy ruidosamente, tú te levantaste de tu lugar para consolarme, aun cuando había sido yo el que te había herido, aquello me basto para perderme en ti. pero no lo sabría hasta mucho tiempo después.

A partir de ese día poco a poco nos fuimos acercando más y más, salíamos a jugar a diario, hacíamos los deberes de la escuela juntos, hacíamos todo juntos. El día que descubrí que me gustabas más que solo como mi amigo sentí un miedo aterrador, no es como que yo satanizara a los homosexuales, pero jamás pensé que yo sería uno, aunque descubrirlo contigo fue lo mejor que me pudo haber pasado. Teníamos diecisiete años y fue el baile de primavera del último año de la preparatoria, tu estabas a punto de irte a la universidad, habíamos acordado ir sin pareja y tontear con varios compañeros y compañeras o simplemente con nadie. Ese día pedí ser yo quien fuera por ti, ya que al ser tu mayor siempre me recogidas en tu auto, pero esta vez le suplique a mi papá que me prestará el auto, ya que quería ser yo por una vez quien te llevará a ti. El accedió ya que fui muy suplicante. Aún recuerdo como el corazón me latio a mil por hora cuando te vi con tu traje, era la primera vez que te ponías algo tan formal. Solo podía sentir ese cálido fuego recorrerme desde la coronilla de la cabeza hasta la punta del dedo gordo del pie.

<< ¿Listo? >>

Sonreiste con esa hermosa sonrisa conejil y tus arrugitas en los ojos cuando me quedé sin habla al verte. 

Asentí sonriendo después de salir de mi asombro, tu mamá nos tomó unas fotos clásicas de los padres cuando sus hijos van a los bailes. Recuerdo como me dieron ganas de abrazarte y besarte, esos impulsos no hicieron más que solo intensificarse con el paso del tiempo. 

Salimos al baile, te abrí la puerta de manera galante y tú te echaste a reír y me batiste las pestañas en clara señal de coqueteo. Esa fue la segunda vez que quise besarte.

Ahí mismo supe que me gustabas y no de manera amistosa.

Yo sabía que te quería, pero supongo que descubrí el modo y la magnitud aquella vez que te rompiste la pierna saltando en bicicleta aún cuando te rogué que no lo hicieras. Recuerdo haber llorado al verte tirado y tú no reaccionabas. Cumpliste veintiún años, tu estabas histérico debido a que ya eras mayor, yo en plan de molestarte te dije que eras demasiado viejo para saltar en bicicleta la barda de la escuela primaria como solíamos hacerlo en la adolescencia. Supongo que con eso piqué tu ego y entonces aceleraste en la bicicleta hacía ese lugar, fui detrás de ti lo más rápido que pude, suplicándote que pararas, que aquello solamente había sido una broma, pero tú te adelantaste y para cuando llegué ya era tarde, ya estabas cayendo. Reaccionaste minutos después, y una vez más eras tú quien me consolaba, asegurándome que te encontrabas bien. Pero no podía decirte que no era por tu bienestar solamente por lo que lloraba, sino porque en algún momento de tu caída me imaginé una vida sin ti y aquello me resulto insoportable. Fue entonces cuando entendí que te amaba y te necesitaba más que a nada ni nadie en esta vida.

Y aunque yo ya sabía que te amaba más que como una amigo a su amigo, que una hermano a su hermano, aún después de eso jamás dije nada. Aún cuando te confesé mi orientación sexual, tal vez estúpidamente esperaba que me dijeras que también tú eras gay, pero no lo hiciste, porque claramente no lo eres. Alguna vez quise intentar dar el paso de amigos a pareja, por eso fui contigo a contarte acerca de una chica de mi clase de álgebra, y su amigo de toda la vida querer ser más que amigos. Tú inmediatamente respondiste que eso era un completo error, que solamente arruinarían su amistad. Entonces lo supe; tú y yo siempre amigos, nunca otra cosa. ¿Recuerdas?, esa chica no era nadie más que yo, o al menos eso hubiera querido y ese chico ojalá hubieras sido tú, pero no lo fuiste, no lo eres y nunca lo serás.

Ahora estoy escribiendo esta carta mientras tu estas en el baño, esta carta que jamás recibirás, por el simple hecho que has decidido llamarme mejor amigo. En pocos minutos dirás tus votos a una mujer, los cuales te ayude a escribir, porque soy tu "padrino de bodas". Sé que serás feliz porque tu futura esposa es increíble y si no la amara te juro que la odiaría, muy a mi pesar sé que te ama demasiado, solo debo aclarar que nadie jamás te amara como yo. Muchas veces me pregunte ¿Qué te pudo haber dado ella que yo no tuve? Cuántas veces llore y pedí haber sido mujer para que tú me amarás de la manera en la que tanto añoraba, aún lo añoro, jamás te dije de mis sentimientos porque me siento incapaz de soportar tu rechazo, nadie sabe lo que siento por ti, aunque tal vez jimin si... bueno el es el único que sabe todo de mi aparte de ti. Y creo que es mejor que este sentimiento se quede por siempre en mi corazón. 

Tengo que dejarte ir ahora mismo, porque si no lo hago creo que el corazón se me partirá más de lo que ya está, sé que necesitaré de mi mejor esfuerzo para verte en brazos de alguien más, prometiéndose una vida juntos y dándole tu amor incondicional, y está bien, soy feliz por ti, es solo que no olvido que te amo para siempre, tú fuiste el primer amor real que he tenido, lamentablemente en esta vida no nos tocó estar juntos.
 

 Mejor amigo ve y se feliz con la persona de tus sueños, aunque esa persona no sea yo

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EN ESTA NO [J.JK+K.TH] [TAEKOOK, KOOKTAE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora