EN ESTA NO [J.JK+K.TH] [TAEKOOK, KOOKTAE]

COMIENZO

¿Qué es la felicidad? Bueno…la felicidad es algo relativo realmente como todo, lo que hace feliz a unas personas a otras tal vez no, y definitivamente a Taehyung y a Jungkook los hacía felices la misma cosa; estar juntos. Se encontraban sentados abrazados en el sillón, el mayor acariciaba el cabello del castaño mientras este disfrutaba de su toque.

—Tengo curiosidad de algo.—Hablo el menor haciendo que Jungkook dejara de acariciarlo para centrar su atención en el—¿Desde cuándo sientes esto por mi?

—Desde siempre ¿No leíste la carta?— El pelinegro no dejaba de ver los labios de Tae.— Pero supongo que me di cuenta aquella vez que saliste con Jihoon, ese día sentí demasiados celos y comprendí que no era algo “normal” y lo entendí. Estaba enamorado de ti.

—Oh…si yo salí con el para tratar de olvidarme de ti, pero como verás no sirvió. —Jungkook delineó su labio inferior con su dedo pulgar, Tae suspiro — Te amo.— Dijo en un suspiro, y el pelinegro acortó el espacio para comenzar un delicado beso, delicado pero urgente beso.

—Vamos… a tu recamara…—Dijo entre besos Jungkook. Tae se descolocó un poco, pero aún así lo guio hacia ella, sin separarse el uno del otro, cuando toparon con la cama poco a poco se recostaron sobre ella, el castaño quedando debajo y el mayor encima suyo besándole cada pedazo de piel, mordiendo, lamiendo y llenándose de el.

—Espera… ¿Estás…seguro?— La voz jadeante de Taehyung rompía el silencio que solamente era acompañada por los sonidos propios de sus besos. Sabía que Jungkook no tenía experiencia en este tipo de encuentros.

—Yo…esto es nuevo para mi, pero quiero intentarlo, solo guíame ¿Si? — Tae asintió para atraerlo a el, giraron en la cama y ahora el castaño estaba arriba. El guiaba ahora las caricias, el pelinegro echo la cabeza para atrás recibiendo la lengua caliente de Tae en su cuello y clavículas mientras su mano viajaba hacia su pecho, el pelinegro se dejó hacer, todo eso era nuevo para el pero se sentía tan bien. Porque era experimentado con Taehyung y todo era tan correcto.

Pronto las entrepiernas de ambos estaban duras, Tae comenzó un Vaivén de caderas para sentirse el uno al otro, arrancándoles gemidos a ambos. Las manos de Jungkook se aventuraron hacia las castañas hebras de Tae metiendo sus dedos y jalando solo un poco de el, lo cual le provocó un gemido a Taehyung.

—Demonios, amor, eres tan hermoso— La voz profunda y hermosa del castaño resonó en su oído. Haciendo que este se excitara aún más. — Ahora… yo voy a tocarte…ya sabes… allá abajo— Jungkook estaba furiosamente sonrojado, era la primera vez que algo así escuchaba.

Y que le hacían algo así.

Abrió sus piernas para recibir las caricias de Taehyung, quien lo tocaba de la manera más delicada, tranquila y dulce. Lo tocaba con devoción.

—¡por dios, Tae!— Gimió el no pelinegro muy alto cuando uno de sus dedos irrumpió en el.

—Aun puedo detenerme si quieres.— Susurro el castaño cuando Jungkook cerro los ojos al sentirlo dentro de el.

—N…no, no, continúa. Solo…deja que me acostumbre.— Taehyung asintió y continuo besándolo.

Poco a poco las caricias, los besos y palabras de amor se fueron intensificando.  Ambos se entregaron en cuerpo y alma por primera vez, aunque no fue una sola vez. Ya que ambos se perdieron el en cuerpo del otro. Experimentando por primera vez aquello que le llaman hacer el amor.

A la mañana siguiente Jungkook pudo sentir la felicidad plena al despertar con el castaño abrazado a su cintura. Tae era la visión más erótica y hermosa que Kook había visto.

—¿Hace cuánto que estás despierto?— Tae se despertó al sentir la mano de Jungkook pasear por su espalda.

—Hace poco, pero no quería despertarte— dejo un cálido besito en su coronilla.— amor, tengo que volver a Corea el lunes, voy a arreglar asuntos de la empresa y…a hablar con mis padres acerca de todo esto.

—Oh… vaya, ¿Estás seguro?

—Claro, ¿Acaso tú ya no?

—Si…es solo… sé cómo son las cosas y… si quieres tomarlo con más calma.

—No voy a perder más tiempo ni a ocultar esto que estamos viviendo, no voy a tenerte como mi amante escondido, ya no más, Tae.

—Será como tú digas, kookie, yo también quisiera ir, pediré unos días, tengo ganas de ver a mi madre y… ¿Decirle de nosotros?

—Me encanta la idea, entonces así lo haremos, ahora ¿Qué te parece repetir lo de anoche?— el mayor paseó su mano por las nalgas del menor haciendo que Tae soltará una risita. El pelinegro comenzó a besar todo su cuerpo y volvieron a fundirse el uno con el otro.

Si, ellos eran felices