La felicidad en manos de un prostituto.

Los Ángeles

Sábado 27

Harry había arribado a la ciudad de las luces hacia cinco largos días.
Realmente estaba ansiando de que llegara el fin de semana para poder descansar un poco.

Tenía ganas de recorrer la ciudad y salir a tomar algo con sus amigos aunque Liam y Zayn ni siquiera habían dado señales de vida aún.

Eran cerca de las 8 de la mañana y decidió salir a correr un poco por el Central Park para aprovechar el buen clima que había.

Volvió al hotel alrededor de las 10, y sus amigos ya estaban allí esperándolo.
Se llevó una gran sorpresa al escuchar que ya tenían la dirección del prostituto que le habían contratado unos meses atrás.

Realmente Harry creyó haber sido claro pero al parecer no.
Él no quería ir allí, no quería ver a ningún prostituto ni pagar por sexo, es que simplemente no quería y tampoco tenía necesidad de hacerlo.

No era que se creyera la gran cosa pero no era ajeno a sus buenos dotes físicos y al buen levante que se traía entre hombre y mujeres.

-Ey Harry... Harry nos estás escuchando?.-

La voz de Liam lo trajo de nuevo a tierra.
Estaba parado frente a la ventana de la habitación viendo la hermosa ciudad que se erguia frente a él.

-Lo siento Liam, qué decías?.- se volteo para verlos.

-Que ya tenemos la dirección. Te la enviamos al teléfono. Si no vas igual nos cobrarán las horas, así que mejor disfrutalas.- explicó Liam simplemente.

-Son dos, tres horas Harry, si el chico es tan bueno como dicen te vendrá bien.- dijo Zayn guiñandole un ojo a su amigo y ofreciéndole una sonrisa de lado a Liam.

-Así que es un chico?.- tal vez su voz delató su intriga.

-Le dicen Noah, tiene 20 o 21 años.- explicó Zayn.

-Pero si es un niño!!!, Dios hagan el favor de cancelar esa maldita reunión.- escupió con desesperación.

-Cálmate, nadie va a cancelar nada. El chico es el mejor, es el más caro, el más joven pero el más experto por lo que dicen.-

-Que no me importa Zayn, tengo 28 años maldición!! Ocho años más que ese niñato. Cómo crees que puedo ir follarlo y listo??.-

-Harry... es un prostituto. Él no espera nada más de ti que no sea una buena follada.- Liam concluyó alzando sus manos al aire rendido.

Aquella conversación se disipó en segundos después de que decidieran irse a almorzar...

La tarde pasó rápido y Harry sin haberse dado cuenta se encontraba frente al hotel que había en la dirección que sus amigos le habían dado.

"Esto está mal."

"Ya cállate, necesitamos algo de contacto físico. Qué mejor que con un experto?."

Él y su animal interno parecían estar en una constante riña en aquel momento.

"Si solo fuera mi maldita conciencia y yo, te aseguro que no tendríamos problemas."

"Si pero tu conciencia y tu, me tienen a mi. Un animal. Uno que necesita a su omega pero tú maldito idiota estás tan traumadito que ni siquiera te molestas en encontrarlo."

"Solo cierra la puta boca. Mira, disfruta esta noche."

"Ja ja ja... Yo la disfrutaré Harry, espero que tú y tu estúpida cabeza no me lo jodan."

Parecía un loco hablando solo pero qué podía hacer? No podía hablar con alguien de lo que sentía o de lo que no sentía y eso simplemente era por el miedo de no ser comprendido o de que lo apuntaran con el dedo.

_______

20:00 p.m.

Harry se encontraba afuera de la habitación, se sentía estúpido con tantas bolsas de comida.
Es decir, iba a follar no a ver películas y tener una charla entre amigos.

Realmente el alfa no sabía cómo actuar, no le agradaba llegar he ir directo al punto.
Esta bien, sí, el chico que lo esperaba al otro lado de la puerta sabía a lo que iban pero realmente Harry no sabía ser esa clase de persona.

Su reputación de macho alfa que se lleva el mundo por delante, con el corazón frío y sin intereses por los demás, era algo que realmente no lo definía como en verdad era pero prefería que lo siguieran viendo de aquella forma.

Sin darse cuenta ya se encontraba dentro de la habitación dejando las bolsas sobre la mesa.

Notó que algo de vapor salía del baño y un exquisito aroma lo había invadido sin siquiera haberse dado cuenta.
Probablemente había entrado a la habitación siendo guiado por aquel persuasivo y dulce aroma.

Con curiosidad se quitó el abrigo negro que traía puesto y lo colocó en el respaldo de una de las sillas con las que se topó.
Le echó un vistazo rápido a toda la habitación, grande y reconfortante a la vez, cómoda y muy alejada de las demás habitaciones, una hermosa vista y una terraza expectacular.

La puerta del baño fue abierta por una de sus enormes manos después de haberse hecho notar y se encontraba de pie frente a un gran jacuzzi de donde provenía todo el vapor que había visto antes.

El aroma a castañas y limón lo golpeó directamente haciendo que su alfa gruñera internamente y se pusiera alerta, su animal se sentía raro, incómodo y muy nervioso, jamás se había sentido así.

"Huele demaciado bien." su alfa estaba más inquieto aún.

"Alfa tranquilo, controlate." Harry advertía internamente.

"Creo que no lo entendies.."

Se acercó un poco pero el vapor no dejaba que pudiera apreciar a la persona dentro del agua.

-Puedes unirte a mi si lo deseas, el agua está deliciosa.-

Esa voz lo cautivó. Lo hundió en un pozo muy profundo del cual ya presentía que no podría salir.
"Qué demonios?!!"

Todo su ser vibró completamente. Se sentía raro, débil e invencible a la vez.
Necesitaba acercarse a ese omega cuanto antes, verle la cara, sus ojos, olerlo de cerca, tocarlo....

"Quiero comermelo entero."
La voz de su alfa era pesada, parecía al asecho de una presa. Estaba preparado para atacar en cualquier momento.

Harry se desvistio y se adentró al agua caliente, tan caliente como él por dentro. Su ansiedad estaba al límite, su fuerza para controlar a su animal estaba al límite, su capacidad de mantenerse cuerdo estaba al límite..

Y todo lo que sucedería desde aquel momento en adelante marcaría un antes y un después en sus vidas.