Chapter 14: No One Can Touch You

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3:00 am

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3:00 am

El molesto sonido de un celular hizo que Mina abriera los ojos con frustración, ¿quién mierda podría estar llamándola a estas horas? Gruñó por lo bajo y tomó el aparato, sintiendo el ardor en sus ojos a causa del brillo. Parpadeó un par de veces y frunció el ceño al ver un número desconocido.

– ¿Hola?

¡Sharon, qué bueno que contestas!

– Disculpa, ¿con quién hablo? – preguntó aturdida, no lograba reconocer la voz.

Soy Tzu... Sally, del Mystical Nigh Club – respondió y las neuronas de Mina al fin hicieron click.

– Ah, Sally, hola – saludó – ¿Pasa algo? ¿Me llamas para confirmar la hora con Katharina?

No, nada de eso – apuntó – Lo que pasa es que pasó algo y...

– ¿Y qué tengo que ver yo? Sally, son las 3:00 de la mañana y debo trabajar, ¿no puedes llamarme en otro momento?

Sharon, se trata de Katharina – informó y Mina rápidamente se sentó en su cama – Necesito que vengas.

¿Qué ocurrió con Katharina? – cuestionó preocupada – ¿Ella está bien? ¿Le pasó algo?

Sharon, ella... Por favor, ven, no sabía a quién más llamar – la voz de la taiwanesa se cortó – Sé que tú puedes ser la única persona capaz de contenerla.

– Pero yo... ¿Realmente lo crees? Soy una clienta más – murmuró.

Para ella no eres una clienta más – objetó – Sólo ven, ella necesita a alguien.

De acuerdo, en 10 minutos estoy allá – dijo y cortó la llamada.

La japonesa respiró profundamente y miró hacia un lado, viendo como Jinyoung dormía plácidamente. Mordió su labio y con suma delicadeza se puso de pie. Fue al armario, se puso algo cómodo y una vez lista, tomó su celular y salió de la habitación sin decir absolutamente nada.

Luego tendría tiempo para darle una excusa a su novio, ahora su prioridad era llegar al Mystical Night Club y saber qué había pasado con Katharina.

En la sala, agarró su bolso junto a las llaves de su BMW y salió hecha un rayo del departamento, se subió al auto y partió. No quería demorarse, por la voz de Sally, al parecer algo muy grave había ocurrido y la japonesa no quería ser negativa, pero el nerviosismo y el miedo de que algo malo le haya sucedido a Katharina la alteraba de una manera que ni ella misma podía controlar.

Al llegar al club, miró la fila gigantesca de la entrada y maldijo por lo bajo. Si esperaba para entrar, se demoraría demasiado. La ansiedad la estaba carcomiendo, así que no tuvo otra opción que marcarle a Sally.

PROSTITUTE || MiChaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora