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"Chaeyoung, hay algo que tú no sabes, algo que aunque no lo creas, las conecta a ambas y tú, puedes ser la heroína de la historia."
– No, no es cierto – susurró con la respiración pesada.
– ¿Chaeng? ¿Te encuentras bien? – Mina comenzaba a preocuparse por el rostro de la rubia.
"Lo vas a descubrir por ti misma, pero necesito que te quedes. Te prometo que las cosas van a salir bien, pero por favor, no renuncies a Mina."
Todas las cosas dichas por Sana comenzaron a resonar en su cabeza ecos aislados, todo estaba conectado.
– ¿Cómo pude ser tan ciega? – llevó sus manos a su cabello y lo jaló con fuerza, sentía que se estaba volviendo loca.
– Chaeng, amor – la japonesa puso su mano en su hombro – ¿Qué pasa?
– M-Mina... – la menor la miró con los ojos llenos de lágrimas – Lo siento...
"Chaeyoung. Te lo ruego, no la dejes sola."
– No, no – repitió cerrando los ojos – Basta, basta – sollozó.
– Me estas asustando – la pelinegra se empezó a poner nerviosa, no estaba entendiendo absolutamente nada – Dime que pasa.
"Sólo abre los ojos. Y rompe las reglas, ya es hora... De que el antifaz caiga."
– Es él... – susurró de una vez por todas – Mina, es él.
– ¿De qué estás hablando?
– Jeongsin – nombró con disgusto – J-Jeongsin es... Es Jinyoung.
– ¿Qué? – la mayor estaba completamente estupefacta – No es momento para bromas, Chaeyoung.
– ¡Todo tiene sentido! – exclamó caminando de un lado a otro – E-Esa noche... Cuando me confesaste que eres Sharon, é-él te quería a ti y ahora... – hizo una pausa para detenerse y mirar a la contraria con pánico – Llamó a tu celular, él sabe... Sabe que eres tú.
– C-Chaeng, eso es imposible – murmuró sintiendo cómo el aire comenzaba a faltarle – ¿Cómo puede haberlo sabido?
– ¿Alguien del Mystical Night Club tiene tu número?
– Yo...
– ¡Responde! – gritó desesperada, esto no era una buena señal.
– S-Sally... – respondió entre tartamudeos.
– Mierda... ¡Mierda! – corrió hacia su armario y se cambió lo más rápido que puso, terminando su conjunto con su ya típico antifaz blanco.
Tomó su celular y marcó un número bajo la mirada expectante de Mina, quien se encontraba nerviosa ante el desespero de la menor. No estaba entendiendo nada, pero parecía que nada iba bien.
