Chapter 13: Lee Jeongsin

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– Hola, Jinyoung – saludó Mina entrando a su departamento – Pensé que estarías dormido

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– Hola, Jinyoung – saludó Mina entrando a su departamento – Pensé que estarías dormido.

– Intentaba quedarme dormido – comentó – Pero me llamaron de la empresa, surgió un problema, así que tengo que partir para allá – se excusó mientras se ponía su chaqueta.

– ¿A esta hora? – preguntó con incredulidad – Cariño, son más de las 1:30 am.

– Lo sé, amor – suspiró – Pero debo resolver aquel problema, es urgente.

– Entonces... – Mina estaba dudando – Si vas a la empresa, ¿por qué vistes casual? A ti nunca te ha gustado ir informal.

– Amor, por Dios, ¿qué son esas preguntas? – rió – Estaba acostado y me llamaron con urgencia, no iba a darme el tiempo de ponerme un traje sólo para ir a resolver un problema, ¿no crees?

– Sí, supongo que tienes razón – murmuró la pelinegra, aún con dudas.

– Como sea, tú vete a dormir – le dijo – Es tarde y debes estar cansada, yo volveré dentro de poco.

– Sí, hoy fue un día ajetreado – comentó – Nos vemos más tarde.

– Claro – sonrió tomando las llaves de su auto – Te amo.

– También yo – correspondió Mina.

Jinyoung dejó un pequeño beso en la frente y le sonrió a su novia antes de salir del departamento. Al momento de cerrar, su sonrisa se borró y una expresión sería se apoderó de su rostro mientras se subía a su auto, echándolo a andar para partir a toda marcha hacia el lugar que le había truncado el sueño.

The Mystical Night Club.

Al llegar, aparcó su Audi deportivo negro y salió del auto con los puños apretados. La fila en la entrada era gigantesca y en otra ocasión, los murmullos y halados de las chicas lo habrían hecho sonreír, pero en este momento estaba enojado.

Saltándose la fila, llegó hasta el guardia de la entrada, quien lo saludó con una reverencia.

– Buenas noches, señor Lee.

– ¿Dónde está, Carl? – preguntó groseramente sin saludar.

– La vi entrar por la puerta trasera – informó – Debe estar en los camarines en este momento.

– Maldita mocosa – murmuró entre dientes – No quiero que nadie pida una hora con ella, ¿me escuchaste? No quiero que nadie nos interrumpa.

– Pero señor, eso significaría...

– ¡Ya te hablé! – gritó – ¡Acata!

PROSTITUTE || MiChaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora