– ¡Tendrías que haberme preguntado! – gritó Mina enojada hacia el teléfono.
– Amor, pensé que te alegraría que las invitaciones hayan sido enviadas – contestó Jinyoung.
– ¡Se supone que yo sería la encargada de enviar las invitaciones! – siguió con los gritos – ¡Ni siquiera sabes a quién quería invitar!
– Tu madre me mandó la lista de invitados, así que las mandamos a los que aparecían allí – comentó sin mucho interés – ¿Por qué te preocupa tanto? Sólo adelantamos un trámite.
– No era sólo un trámite, Jinyoung – suspiró – Lo que pasa es que...
– ¡Señorita Myoui!
– ¿Yoohyeon? – la pelinegra frunció el ceño al ver a la rubia entrar a su oficina de manera tan repentina.
– Lamento interrumpir de la nada – tragó saliva – Pero necesito que venga al estudio de música.
– ¿Mina? ¿Sigues ahí? – interrogó el chico y Mina recordó que estaba conversando con él.
– Te llamo luego, Jinyoung – dijo y cortó la llamada – ¿Qué ocurre, Yoohyeon?
– Chaeyoung está aquí y no se ve nada bien – informó y el corazón de la japonesa se detuvo por medio segundo – Por favor, venga rápido.
Mina no alcanzó a siquiera pensar cuando sus piernas ya se habían movido rápidamente detrás de Yoohyeon. Llegó hasta el estudio de música y lo que vió, fue lo más impactante y desgarrador de su vida.
– ¿C-Chaeyoung? – balbuceó y la rubia alzó la vista.
Su rostro estaba cubierto de moretones, al igual que sus brazos. Estaba vestida con ropa informal, pero esta estaba rota y llena de manchas de sangre. ¿Qué demonios había pasado?
– Mina – habló, pero su voz sonó fría, rígida, sin emoción alguna – Qué bueno verte.
– ¿Q-Qué te pasó? – murmuró acercando, pero la menor alzó una mano para que se detuviera.
– Te agradecería que mantuvieras tu distancia – soltó toscamente – Chicos, ¿podrían dejarnos solas? – preguntó mirando a sus compañeros de trabajo.
Estos asintieron lentamente y luego de darle una mirada de preocupación, salieron del estudio dejando a ambas chicas solas.
– ¿Me vas a explicar? – interrogó Mina sentándose en una de la sillas.
– Antes que nada quisiera preguntarte, ¿por qué? – respondió con otra pregunta, la japonesa frunció el ceño confundida – ¿Por qué volviste con él?
– ¿Qué?
– ¿Por qué volviste con Jinyoung? – volvió a preguntar y Mina se quedó en silencio – Después de todo lo que te hizo, ¿cómo pudiste ser tan imbécil, Mina?
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PROSTITUTE || MiChaeng
FanfictionUna aventura alocada entre antifaces y sábanas blancas.