– ¡Buenos tardes, mariposita! – saludó Sana irrumpiendo en la oficina de su hermana.
– Por Dios, ¿acaso no sabes tocar? – rodó los ojos.
– ¿Acaso no sabes ser amable? – imitó el movimiento de ojos la mayor – En fin, no he venido aquí a amargarme la vida con tu actitud de vieja aburrida, ¿sabes qué día es hoy?
– ¿Martes? – enarcó una ceja.
– ¿Mirtis? – se mofó – ¡Es 4 de noviembre! – chilló con emoción.
– ¿Y eso qué tien..? – iba a seguir pero su celular comenzó a sonar – Dame un segundo, es Jinyoung.
– Oh, alerta varón – hizo una mueca de asco – Atiende al niño o hará un berrinche.
Mina suspiró y tomó el aparato para atender.
– ¿Qué ocurre, Jinyoung?
– Buenos tardes para ti también, amor – dijo el chico desde la otra línea – ¿Te encuentras en la empresa?
– ¿Dónde más estaré? – preguntó con ironía – ¿Dónde estás tú? Se oye mucho ruido.
– Hoy no había mucho trabajo así que decidí salir más temprano, Jackson me invitó a tomar unos tragos a un restaurante cercano a la empresa – informó.
– Ah, Jackson... – murmuró con desconfianza – Espero que realmente sea un restaurante y no uno de esos lugares que suele visitar tu graan amigoo – procuró acentuar su sarcasmo en las últimas dos palabras.
– Mina, no te pongas celosa, sabes que aunque esté en un lugar lleno de putas, mis ojos siempre serán para ti – respondió, aunque todo el mundo sabía que aquello era mentira.
Bueno, todo el mundo, excepto Mina.
– De acuerdo, confío en ti – aceptó.
– Me alegra escuchar eso, hoy me llamó mi padre para preguntarme sobre los preparativos para la boda – anunció y Mina soltó un suspiro.
– Mi madre también me llamó por lo mismo, quiere que esta semana vayamos a comprar el vestido y que enviemos las invitaciones, estoy un poco estresada con ese tema – comentó jugando con un lápiz que se encontraba sobre la mesa.
– No te estreses por eso, sabes que es un trámite rápido, además aún faltan dos meses para nuestra boda – la tranquilizó – Por cierto, los chicos me organizaron una despedida de soltero para este fin de semana, espero no te moleste.
– No me molesta, mientras te portes bien – bromeó, aunque no sonó muy a broma – De hecho, Sana también me ha organizado una despedida de soltera.
Sana alzó la mirada al escuchar e hizo unas señas extrañas que Mina no logró captar. La japonesa mayor bufó ante la idiotez de su hermana y escribió rápidamente algo en un papel, para luego mostrárselo a Mina.
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PROSTITUTE || MiChaeng
أدب الهواةUna aventura alocada entre antifaces y sábanas blancas.