19

4K 475 715
                                    

Xingqiu

Aquella semana me estaba resultando más difícil que nunca, tenía prohibido asistir a clases, por lo que habían contratado a alguien igual o aún más estricto que mi padre para darme clases en casa, y a decir verdad, era demasiado cansador.

No solo las clases en casa, si no que mi padre me arreglaba citas con Hu Tao y siempre había alguien vigilándome para no escaparme. Detestaba tener que salir a obligadas con Tao, y ella al principio parecía disfrutar mi sufrimiento, pero poco a poco comencé a notar como a ella también comenzaba a molestarle la actitud de mi padre.

Pero lo que creo llegó a molestarla muchísimo más fue cuando mi padre nos obligó a besarnos. Creo que nunca había visto una cara de disgusto peor que la de ella hasta ese momento, y si no fuera porque aquella situación era seria y mi padre estaba en frente nuestro hubiese estallado en risas.

Luego de aquel totalmente incomodo y asqueroso beso Hu Tao no volvió a mencionar palabra por el resto de la noche, ni siquiera para burlarse de mi, lo cual agradecí pero aún así me pareció extraño.

Jamás pensé que diría que extraño la escuela, pero realmente lo hago, allí al menos podía ser un poquito más libre de lo que soy acá en mi casa, la cual se asemeja más a una prisión que a un cálido hogar.

Pero sobre todo, a la persona que más extraño en el mundo es a Chongyun, extraño ver su rostro, su sonrisa, sus ojos, escuchar alguna de sus anécdotas o su tierna risa.

Cada noche antes de irme a dormir enciendo mi celular, el cual sorpresivamente mi padre no me quitó, y observo nuestras fotos y releo nuestras viejas conversaciones tentado a enviarle un mensaje expresando cuanto lo extraño.

Pero no debo hacerlo.

Las cosas deben quedarse así por el bien de ambos.

Una tarde, en la que mi padre se encontraba acompañándonos a Hu Tao y a mi en una de nuestras "citas", caminabamos tranquilamente mientras charlábamos de algo totalmente random y con los ánimos algo decaídos, no, más bien, estabamos aburridos, al menos hasta que Hu Tao me susurró algo.

-Mira hacía atrás.-Me llamó la atención su comentario y disimuladamente me giré terminando por encontrarme con la mirada de Chongyun quien iba en compañía de su padre, al verlo lo único que quise hacer fue llorar y correr hacía él.

Pero no podía hacer eso, estaba encadenado a seguir las ordenes de mi progenitor, por lo que acabé regresando la mirada encontrándome con la de mi padre quien parecía incitarme a que me acercara a Hu Tao y sin más no me quedó de otra que abrazarla, sabiendo de sobra cuanto le dolería aquello a mi querido mejor amigo y dueño de mi corazón.

Cuando volví a casa ese día me encerré en mi cuarto a llorar, ya no aguantaba nada de eso, ya no quería estar lejos de mi mejor amigo, ni quería estar con Hu Tao. Quería volver asistir a la escuela como una persona normal y no tener que estar siguiendo las reglas de mi padre.

...

Los días seguían pasando pero la situación no hacía más que empeorar, las ordenes de mi progenitor eran cada vez más estrictas que la anterior y podía sentir cada musculo de mi cuerpo arder, llevaba días sin lograr conciliar el sueño y no podía dejar de pensar en Chongyun y en lo mucho que necesitaba un abrazo de su parte.

Una noche no aguanté más mi estúpido insomnio y acabé bajando sigilosamente las escaleras hasta la primera planta para tomar un abrigo y abandonar mi casa, necesitaba aire fresco, cada día que pasaba me sentía más ahogado que nunca y no estaba seguro si era por las ordenes de mi padre o por todo lo que estaba evitando que saliera de mi boca cada vez que lo escuchaba.

Xingyun au | Quiet Boy❄️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora