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Abrí los ojos desorientada y tardé unos segundos en poder ver con claridad, no reconocí aquel sitio hasta que recordé todo lo que había pasado ayer.
Fue ahí cuando me di cuenta de que unos brazos estaban rodeandome por la cintura.Con cuidado me di la vuelta y lo ví dormir tan tranquilamente que parecía un angelito. Se veía tan inocente que parecía otra persona totalmente distinta. Mi mirada se dirigió hasta uno de sus brazos tatuados, en un hueco libre sin tatuajes una mancha oscura empezaba a formarse, mi cara se transformó en una mueca triste. ¿Por que las personas buenas siempre acaban sufriendo sin merecerlo?.

Unos rayos de sol que se colaron por la ventana se reflejaban en su rostro acentuando unas pequeñas marquitas casi diminutas e invisibles sobre sus mejillas, y me di cuenta de que tenía una marca de nacimiento en el cuello.

—¿Quieres una foto?.—Dijo el con la voz ronca, aún con los ojos cerrados y con una sonrisa arrogante.

—Idiota.—Dije escondiendo mi cara en su pecho.

—Umm...—Dijo poniendo una mueca de dolor cuando cogió mi cara entre sus manos para observar mis heridas.— Que feo está esto Bambi.— Esta vez pasó los dedos por encima del moratón, cuyo acto causó una mueca en mi cara.

—¿Si?.— Le dije preocupada. ¿Que le diría a mamá?.

—Ajam.

—Ven, vamos a ponerte hielo.—Dijo el levantándose de la cama y levantándome a mí también en el acto, para dejarme en el suelo. Me guió hasta abajo, y caminamos hasta la cocina donde nos sorprendió una mujer, la cual supuse que sería su madre.

—Hola.—Dijo sorprendida cuando se dió cuenta de mi presencia.

—Mamá esta es Thebe una amiga, Thebe esta es mi madre.— Dijo tan tranquilo mientras buscaba en el congelador.

—Encantada señ...

—Ni se te ocurra tratarme de usted, llamame Kami,-Dijo ella con una sonrisa.—Pero cariño... que te ha pasado.—Dijo esta vez preocupada mirando mi cara y mis muñecas.

—Un gilipollas, pero llegué a tiempo.— Dijo Khai esta vez con hielo en una especie de paño.

—Trae.— Dijo Kami quitándole el invento que había hecho para sacar una bolsa de hielo específicamente para golpes o heridas.

Ella me tendió la bolsa y la puse sobre mi mandíbula rezando para que por lo menos se bajase la inflamación.

—¿Tortitas?.—Dijo Kay levantando una bolsa de harina con una de las manos mientras sonreía como un niño.

Yo asentí con una sonrisa  y me senté en un taburete en la isla de la cocina, mientras que lo observaba hacer la que, según el, es la mejor receta de tortitas que iba a probar jamás.

—¿Has visto como te mira?.—me dijo su madre susurrando con una sonrisa pilla.

—¿Que?, ¿Como?.—Dije abriendo los ojos por el ingenio de su madre.

—Es como si no quisiera apartar la mirada nunca.—Dijo mirándome con una sonrisa.—Gracias Thebe.—Dijo de nuevo dándome un pequeño abrazo antes de irse.

Me quedé ahí sin decir nada y sin entender nada de lo que acababa de pasar, mientras que Khai me examinaba la cara.

—Te duele.— Dijo señalando mi cara apuntándome con la espátula.

—Un poco, pero está bien.

El hizo una mueca y volvió a centrar su atención a las tortitas.

—Oye... ¿sabes algo sobre el tema de... Mike y Lanna?.— Le dije con la intención de indagar un poco sobre el punto de vista del supuesto enamorado Mike ya que no comprendía que había sucedido.

—Es un tema bastante...eh...¿Complicado?.

—Y que lo digas.

—Pues por lo que me contó Mike, en verano cuando tuvieron ese rollo raro que nadie entendió, el empezó a sentir de más, se acojonó y se alejó. Y ahora da bandazos con unas y con otras para poder olvidarla, pero por lo que tengo entendido algo está planeando para volver a acercarse. Eso no va a salir bien.— contestó mientras le daba la vuelta a las tortitas.

—¿Por qué crees que no puede salir bien?, se quieren ¿no?.— Fruncí el ceño al no comprender a que se refería.
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-¿Se quieren?, ¿Cuándo el amor ha hecho milagros Bambi?.—Dijo negando con la cabeza.

—¿No crees en el amor?.— Le dije incrédula.

—Supongo que no.— Y se encogió de hombros.

—¿Y por qué?.—Dije cuando se giró para mirarme de una vez.

—Por que nadie me ha dado nunca razones para hacerlo.— Y pude ver el dolor en sus ojos.

—¿Y si llegara alguien que lo hiciera?.

—Pues la querría entera, no a ratos ni a medias, y la querría bien.— Dijo con un brillo especial en su mirada cuando dejó el desayuno en la isla.

(...)

—¿Este o este?.—Dijo Lanna enseñándonos dos looks para el partido de hoy.

Habíamos quedado todas juntas para prepararnos juntas, justo cuando estaba por irme de la casa de Khai su madre me interceptó para hablarme en secreto y me dijo que tuviera paciencia con su hijo, parecía muy ilusionada pero no entendí muy bien a lo que se refería con eso así que me limité a asentir con una sonrisa sincera y se quedó satisfecha.

—Ese.—Le contestó Maya señalando al segundo conjunto que tenía en sus manos.

Yo había elegido unos vaqueros ajustados con un jersey finito que llevaba justo debajo de la sudadera del instituto, que era de un tono azul oscuro casi eléctrico con letras blancas.

—¿Que es eso de que Ryan va diciendo por ahí que vais a daros otra oportunidad?.— Me preguntó April mientras se maquillaba.

Todas abrieron los ojos de par en par y sus caras no eran muy agradables que se diga.

—¿Como?.—Pregunté sin entender en qué momento algo así había salido de mi boca.

—Ryan va diciendo por ahí que ha hablado contigo y que lo vuestro sigue vivo.

—¿Perdona?, si no hemos hablado nada.—Dije indignada con el. ¿No iba a dejarme vivir nunca?.

—Mas te vale que no, ese tío es lo peor.—Dijo Lanna saliendo del baño ya cambiada, había estado escuchando toda la conversación y sabía perfectamente a que se refería.

—El está fuera de mi vida, y no va a volver a entrar.—Dije yo tajante pero de todo menos convencida.

—Y que hay de Mike...—Comentó Maddie delicadamente, sabía que era un tema delicado así que intentó hacerlo de la forma mas suave posible.

—Lleva detrás de mí varios días para poder hablar, pero siempre lo acabo esquivando.

—¿Por qué?.— Preguntó suavemente Maya sentándose a su lado en la cama.

—Por qué tengo miedo de que me vuelva a hacer daño, si lo hizo una vez, ¿Por qué no iba ha volver ha hacerlo?, simplemente, lo sigo queriendo y siento que le tengo un sentimiento demasiado bonito como para que lo estropee.—Dijo intentando convencerse a sí misma de que es lo mejor.

Lanna tenía tanta fuerza de voluntad que no podía casi comprender cómo lo hacía, yo en cambio no podía hacerlo, era demasiado impulsiva como para pensar las consecuencias que podrían tener las consecuencias de las decisiones que tome... y eso probablemente me cause problemas, pero de los errores se aprende... ¿No?.

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Hola!!!

Por aquí un nuevo capítulo

dadle muucho muchoo amor<3

Cuando la lluvia dejó de arderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora