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Me encontraba sacando montones de conjuntos para la fiesta que tenía en una hora mientras Leo me ayudaba a escoger.

—¿Este?—Le dije con un conjunto de pantalón negro y un top, y el me miró con la cabeza de lado, mientras se concentraba en su chupete.

—Leo no ayudas.—El se tiró de espaldas en mi cama ignorándome mientras jugaba con las lentejuelas de una falda.

Al final me decante por ese conjunto  que me encantaba y me maquillé sutilmente pero me decidí por un pintalabios rojo, si tenía suerte a Ryan no le apetecería besarme y parecer un payaso.

Terminé de plancharme el pelo justo cuando llamaron al timbre, corriendo me puse los tacones negros sabiendo que me arrepentiría en media hora como mucho y bajé las escaleras rápidamente, despidiéndome de mis padres mientras que ellos decían esas cosas típicas de padres como que tuviera cuidado, y entendía perfectamente que lo dijeran cuando se trataba de Ryan la persona con la que estaría.

Salí al porche de casa viendo el jeep negro de Ryan, el se encontraba apoyado sobre este con los brazos en jarra desesperado por la espera.

—Por lo menos ha merecido la pena.—Dijo con una sonrisa que me provocó mucho asco mientras me repasaba de arriba a abajo.

Lo ignoré rodando los ojos y subí al coche, me abroché el cinturón y arrancó el coche mientras fijaba la mirada frustrado en mi perfil.

El camino a pesar de durar apenas unos siete minutos se me hizo eterno, Ryan no dejo den parlotear durante todo el viaje yo lo ignoraba en silencio mientras veía cada calle pasar.

Aparcó en la calle de enfrente de la casa de uno de sus amigos, a pesar de llegar relativamente pronto la fiesta estaba a reventar, no me quiero imaginar la gente que faltaría por llegar. Ryan empezó a hablar con unos y con otros, mientras me retenía disimuladamente por el brazo fuertemente. Intenté escabullirme un par de veces pero fue inútil, clavó sus uñas en mi brazo con fuerza provocándome un gritito que pude controlar. Tenía muchas ganas de llorar, me estaba haciendo mucho daño, sentía como mis ojos picaban.

-Thebe, ¿Estás bien?.- Dijo el chico con el que estaba hablando Ryan cuando se fijjó en mis ojos rojos apunto de llorar.

-La verdad es que me pican un poco los ojos por la alergia, debería ir a echarme un poco de agua.-Dije justo para que Ryan me soltara y poder escabullirme entonces al baño.

Entré en el como alma que cargaba el diablo y cerré la puerta con pestillo. en el espejo me vi las heridas que me había provocado Ryan con sus uñas. unas feas marcas rojas de las que salía un poco de sangre. Intenté limpiarlas con un poco de agua hasta que la sangre cesara, quedando tan solo las heridas.

tan pronto como salí del baño visualicé a Kay, estaba en una esquina del gran salón escuchando a una morena que no paraba de parlotearle mientras de tocaba en pelo. Él bebía de su vaso mientras asentía mirando por e salón hasta acabar con su mirada sobre mí, la sostuve durante unos segundos y giré sobre mi misma para entrar a la cocina, necesitaba algo de alcohol en el cuerpo. Me senté sobre la isla de la cocina observando al chico que preparaba las bebidas.

-¿Que te pongo preciosa?-Me preguntó cogiendo un vaso rojo con hielo.

-Sorpréndeme.

El se tomó al pie de la letra lo de sorprenderme, porque empezó a mezclar distintos tipos del alcohol en el vaso y me lo tendió con una sonrisa, lo tomé entre mis manos y lo probé, estaba muy fuerte pero en ese momento me pareció perfecto.

Con el vaso en una de las manos subí las escaleras hasta el balcón que ya conocía de antes, allí sentí el aire en mi  cara, empecé a a notar como la mezcla me iba afectando un poco, sentí como unas manos me abrazaban por la espalda, a la vez que su olor me inundaba y el corazón se me disparaba, apoyé mi cabeza hacia atrás sobre su pecho mientras cerraba los ojos sintiéndome unos segundos en paz, ante el caos que me rodeaba.

-No me lo pongas más difícil.- Dije aún con los ojos cerrados.

-Nunca podré mirarte y no sentir nada Bambi.- Susurró escondiendo su cara en el hueco de mi cuello.- Te lo ha hecho el, ¿verdad?, lo del brazo.-Dijo con un suspiro, yo solo pude asentir.

-¿Por qué lo haces Bambi?, no lo entiendo. dijo con un tono de frustración.

-Porque te quiero.- Dije con una pequeña sonrisa  triste entre los labios mientras que una débil lágrima cruzaba mi mejilla.

-No se con qué te habrá amenazado ese imbécil, ni de qué me quieres proteger, pero no me importa, no lo hagas, no quiero que te ahogues por intentar salvarme a mí.

-No puedo, y no quiero hacerte eso.-Le dije girándome para mirarlo a los ojos.

-Bambi no me hagas secuestrarte en mi casa- Me dijo con una pequeña sonrisa mientras que sostenía mi cara entre sus manos.

-Te pediría que lo hicieras.

Estábamos muy cerca, sus ojos recorrían cada parte de mi cara como si quisiera memorizar cada peca y detalla de esta. 

-Mis estrellas.-Dijo pasando sus pulgares por mis pecas, sentía el corazón acelerada, y el alma en los pies. Sus ojos bajaron a mis labios con incertidumbre, parecía estar meditándolo, pero no le di más tiempo para pensar y estampé mis labios en los suyos, el se quedó sorprendido y me correspondió casi al segundo, nos unimos en un profundo y suave beso cargado de energías que habían sido reprimidas por mucho tiempo. Cuando nuestros labios se separaron sus ojos subieron a los míos, sin darme cuenta las lagrimas habían empezado a escaparse de mis ojos, y me encontraba siendo arropada por sus brazos. El todavía no lo sabía pero en sus brazos lograba sentirme en paz.

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Hola!!!

Espero que lo disfrutéis tanto como yo!

Comentad lo que pensáis, me apetece escucharos!

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⏰ Última actualización: Apr 06, 2023 ⏰

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Cuando la lluvia dejó de arderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora