-¡Ey!, ¡Thebe!,- Escuché la voz de la persona que menos me apetecía ver en este momento.
-Que quieres,- Le Espeté girándome abruptamente en la mitad del pasillo
Casi se cayó encima de mi cuando me giré ya que venía corriendo tras de mí y no le dió tiempo a frenar.
-Uy, tranquila fiera.-Me dijo Ryan con su estúpida sonrisa.
-Ryan que quieres.- Le dije pasándome las manos por la cara exasperada.
-¿Te recojo mañana a las seis entonces?.-Dijo el analizándome.
-¿En que momento te he dicho que sí?.-Le dije rodando los ojos para seguir mi camino.
-¿Irás al menos a la fiesta no?.- Gritó en voz alta mientras me alejaba.
-¡Que sí pesado!.- Le grité rodando los ojos bajo las miradas de todo el mundo, pero estaba notando la mirada de una persona en especial en mi nuca mientras sacaba los libros de mi taquilla.
Me giré para mirarlo a los ojos y no supe descifrar muy bien su mirada, estaba como perdida. Cerró su taquilla y se dirigió a su clase evitando mi mirada.
-¿Vamos?- Dijo Maya a mi lado, yo en cambio tenía la mirada perdida por donde se había ido él.
-¿Ha pasado algo?.-Volvió a preguntar cuando vió hasta donde se dirigía mi mirada.
Yo negué con la cabeza sin decir ni una palabra, y fuimos camino hasta el gimnasio donde nos esperaba la entrenadora del equipo de Volley de la escuela al cual todas pertenecíamos.
-¡Rápido chicas llegan tarde!,- Gritó la señorita Abby.
Corriendo fuimos al vestuario de chicas donde se encontraban las demás colocándose las rodilleras.
Dejé mi mochila encima del banco para ponerme las zapatillas y las rodilleras igual que todas.Se acercaba el primer partido de la temporada y como capitana me encontraba un poco más nerviosa de lo normal, ya que el año pasado lo hicimos realmente bien y este año no podía ser menos.
-Chicas como bien sabéis el primer partido se acerca, pues estamos a dos semanas exactas, y confío plenamente en vosotras, así que venga a jugar.
El entrenamiento fue duro y cansado, salí del gimnasio sudada mientras me ponía la chaqueta.
Me despedí de las chicas y empecé a caminar hasta casa mientras escuchaba musica a través de mis cascos.
-¡Niña!, ¿Como tu sola por aquí?,--Dijo una voz que reconocí e hizo que se me erizara la piel.
-los pantalones del pijama no te hacían justicia.- Dijo uno de los tipos que nos acosaron el otro día cuando iba con Jane.
-¿Q...Que quieres?.- Le dije tartamudeando nerviosa y muerta de miedo cuando me cogió por la muñeca.
-Tranquila... nos lo vamos a pasar muy bien-Me dijo tirando de mi muñeca fuerte, haciendo que mi cara de arrugara de dolor.
-¡Socorro!,-Grité en busca de ayuda, pero creo que lo único que conseguí fue que se enfadara.
Ya que sé giró con una expresión que me hizo helar la sangre y vi como en un segundo su puño cruzó mi mandíbula.
Un pinchazo de dolor horrible cubrió mi cara, y el sabor metálico en mi boca me hizo deducir que aquel Imbécil me había partido el labio.Me arrastró hasta un callejón, tenía la esperanza de que alguien apareciera o escuchara algo ya que estábamos a pocos metros del instituto.
Las ganas de llorar eran inmensas y un el nudo que sentía en la garganta se hacía cada vez más grande cuándo comenzó a pasar sus manos por todo mi cuerpo, besó mi cuello cuando me inundaron las ganas de vomitar.Me tenía retenida por las manos y estaba literalmente encima de mí así que me tenía completamente inmovilizada, la desesperación en mi se comenzó a hacer presente cuando mi llanto de desesperación resonó en aquel lugar.
De repente fue separado abruptamente de mí mientras temblaba. Y pude ver como Khai le propinaba un puñetazo tas otro, hasta dejarlo inconsciente.
Se acercó hasta mí sin decir una sola palabra y me estrechó entre sus brazos cargándome para salir de allí, mientras yo seguía llorando nerviosa.
(...)
Me llevó hasta su casa la cual resultó estar a unos minutos de la mía.
-¿Quieres darte una ducha?.-Dijo metiendo un mechón de pelo detrás de mi oreja, mientras que yo seguía aún entre sus brazos.
Asentí lentamente con la cabeza, así que me guió hasta el baño de su habitación, él fue a buscarme algo de ropa para que pudiera cambiarme.
Estuve un rato debajo de la ducha y cuando salí me miré en el espejo, en mis muñecas y mi mandíbula se empezaron a formar moratones, tenía el labio partido y dolía, ardía mucho.
Vi que había dejado unos pantalones grises de algodón junto con una sudadera negra, deslicé la sudadera por mi cabeza cuando su olor inundó mis fosas nasales.
Salí una vez ya vestida y lo ví mientras rebuscaba en una caja en su cama.
-Ven siéntate.
Le hice caso y me senté junto a él, y pude ver que la caja que tenía entre sus piernas era un botiquín.
-Gracias, si tu no...-Le dije con la mirada perdida en mis manos.
-No es nada, soy tu especie de guardaespaldas,- Me dijo con una sonrisa curando mi labio.
-Hijo de puta.-Dijo pasando los dedos por el moratón de la barbilla.
-Estoy hecha un cuadro,- Le dije riendo por no llorar.
-Y cuando no lo has sido.-Me dijo en voz baja mientras acariciaba mi mandíbula.
-¿Quieres ver una peli?.- Me dijo con una cálida sonrisa.
Asentí tímidamente, y esa fue señal suficiente para que saliera a de su habitación en busca de algo, miré alrededor, se habitación era muy el, era oscura pero cálida, y acogedora.
De algo que me había dado cuenta había sido que Khai parecía tan oscuro, malo, daba la sensación de peligro, pero tenía un no sé qué, que me hacía no querer alejarme de el.
-Te dejo elegir la que quieras, la suerte de tener una hermana pequeña es que tienes todas las pelis de Disney en casa- Dijo dejando una pila de DVD's en la cama.
-Esta, es mi favorita.-Le dije dándole la película.
-Menos mal, estoy un poco a un paso de odiar la cenicienta para siempre, creo que me sé los diálogos completos por culpa de esa pequeñaja.- Dijo mientras ponía la película de Rapunzel en la televisión.
-Yo también tengo una ratilla que está completamente obsesionado con Cars y Mulán, te entiendo.
Me sonrió cuando por fin terminó de poner la peli y se acostó en la cama atrayéndome a sus brazos.
Durante la película pude notar sus ojos sobre mí de vez en cuando, mientras acariciaba mi pelo.Mis párpados empezaron a pesar cuando me quedé profundamente dormida.
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Hola!! Nuevoo capítulo.No sé a vosotros pero me encantan este par 🥰
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Cuando la lluvia dejó de arder
RomanceNo pasa nada, ¿estás bien?,- Dijo Scott con la voz ronca. Llevaba una sudadera negra con capucha por la cual unos mechones sobresalían. -Ehh... Sí, no ha sido nada,- le dije extrañada por el hecho de que se estaba comunicando conmigo. - No me refier...