Corría a paso apresurado en las calles de la gran Londres donde se podía apreciar como el cielo azul celeste se cubría por un manto gris advirtiendo a los ciudadanos que llovería y lo último que quería la pobre chica era llegar a su hogar para no pescar un resfriado, no se perdonaría enfermarse y no poder ir a trabajar;tenía la obligación (según ella) de hacerlo si quería ver a su padre con buena salud.
Su nombre es (T/N) Evans, una joven de 16 años, cabellos rojos oscuros, ojos negros como el carbón, trabaja de mesera en un bar, ya llevaba trabajando en ese local desde sus 14 años por algunos problemas económicos y por la mala salud de su papá tuvo que recurrir a buscar un empleo a esa edad si quería que todo saliera bien.
Volviendo a lo suyo, esperaba pacientemente que avanzaran las carrozas para seguir su camino sintiendo unas pequeñas gotas de agua caer en su rostro maldiciendo en voz baja por no traer un paragua consigo.
Siguió su camino corriendo y tropezando una que otra veces pidiendo perdón a las personas que estaba apunto de choca siguiendo su recorrido hasta que se acordó que tenía que reunirse con el joven Aleister Chamber, no le caía para nada bien pero era su única salvación en esos tiempos de crisis para ella.
Llegando a su destino que era una mansión no podía faltar en encontrar muchos carruajes de personas nobles sabiendo que de nuevo ese Vizconde hizo de las suyas formando una fiesta por su título de medicina que no ha puesto en marcha a pesar de ya tener un buen tiempo de su graduación. Solamente con ella se hacía el médico pero mayormente le hacía halagos como a todas las mujeres que se le aparecía al frente.
Uno de los sirvientes la hizo esperar ofreciéndole un bocadillo que con gusto aceptó por la larga jornada de trabajo, no se había dado un descanso por el exceso de multitud que había llegado al bar dejando algo agotados a los trabajadores incluido ella que era una chica algo energética cuando anda de buenas. Cuando acabó de ingerir el postre escuchó los pasos de un joven de cabellos rubios y ojos violeta, admitía que era guapo pero no era su tipo por su conducta.
-Mi hermosa Cardenal me alegra verla por aquí, su magnífica presencia hace que mis mejillas se calienten imaginando como sería estar en mis aposentos sintiendo el calor de nuestros cuerpos me--
-Ya entendí el punto de esto pero joven Chamber sabe muy bien para lo que vengo con usted.
-Tú actitud es algo difícil de ver en el resto de las damas y eso me encanta de ti mi Cardenal, pero antes de pasar a lo nuestro ¿tienes el dinero?
-Claro que lo tengo.
De su bolsa cruzada que traía siempre con ella sacó una más pequeña pero hecha de cuero dentro de esta tenía unas 1,000 libras para pagar la medicina de su padre.
-Esto fue el acuerdo incluso estoy dando de más por si llega a faltar algo.
-Un trato es un trato hermosa joven y aquí lo tienes - de su traje agarró un botecito de cristal proporcionando a la femenina - Espero pueda funcionar.
Ella lo tomó pero desde hace un tiempo sospechaba que el Vizconde la engañaba así que decidida lo abrió y bebió del líquido confirmando sus sospechas, la "medicina" era agua con colorante.
-Todo este tiempo me ha engañado, he servido justamente¡¿y usted así me paga?!
-Cariño debes saber con quienes haces tratos.
-Algún día alguien le hará pagar por todas sus arrogancias.
-Lo que usted diga cariño, ahora le invito a salir de mi fiesta o al menos que quiera mojarse por la lluvia.
No se esperaba recibir una pisada en su pie por parte de la chica sacándole un grito en lo que ella se retiraba echando humo que cualquiera que estaba en su camino se quitaba por el enojo que emitía.
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Cheri Cheri Lady |Sebastian Michaelis X Lectora|
FanfictionSebastian Michaelis | Fanfic Querida señorita, como si no hubiera un mañana toma mi corazón, no lo pierdas. Escucha tu corazón. Querida señorita, conocerte es amarte y si me llamas "baby" siempre seré tuyo. °Basado en el manga y anime (spoiler) °La...