Cheri Cheri Lady |Sebastian Michaelis X Lectora|

Capítulo 7

Ha pasado un año desde ese trágico día y una nueva mañana pasaba en la Mansión Phantomhive, y el chillido de dolor por parte de un Ciel de 11 años era algo que abundaba en su baño ¿razón? Su diente se tambaleaba en señal de que se caería.

-Cielito, ¿estas seguro que no quieres que te lo quite? - preguntó preocupada la ama de llaves quien guardaba el cepillo del niño en un lugar más especial.

-Estoy seguro, creo que podré comer sin ningún problema - contestó mientras con su lengüita jugaba con ese mismo diente que lo incomodaba.

-Bueno, de una vez ve bajando para que desayunes. Sebastian lo tiene todo preparado y no quiere que nada se te enfríe - dijo en lo que guardaba unas toallas en las cajas del baño, a lo que solo escuchó una afirmación del menor para salir del cuarto - este niño, de verdad que es muy orgulloso como su padre.

Terminó de guardar todo lo que correspondía para el baño no sin antes revisar que de nuevo todo su uniforme estuviera impecable. Todo este tiempo a tenido que ser una chica "perfeccionista", se aseguraba que todo estuviera en orden y tuvo que aprender clases de otros idiomas con Sebastian si quería ser una gran ama de llaves. Aprendió más rápido el lenguaje que el uso del arma, hablado de eso, se volvió una profesional en esa parte, cada que algún mercenario llegaba a la mansión hacerle algún daño a su amo, ella lo impedía junto con su compañero.

Al principio le costó, incluso dudó muchas veces si jalar del gatillo de su revólver y si no fuera por el mayordomo... tal vez ella ya estaría en una caja de madera durmiendo hasta la eternidad.

Su amistad con su compañero se volvió tan grande que empezó a tener ciertos sentimientos por él, si, él era todo un caballero con las personas, pero con ella lo era el doble e incluso juguetón y eso la flecho, pero nunca puso sus sentimientos arriba de su trabajo pues quería cumplir siempre con su parte.

Ahora estaba entrando al comedor en silencio para no molestar a su amo en lo que se dirigía hasta su lugar a lado de Sebastian quien mantenía su sonrisa relajada, algo que solamente ella y Ciel tenían la oportunidad de ver. Hubo algo que los dejó con duda y es que el menor no avanzaba con la comida, más bien se la pensaba si comerla o no, así estuvo un rato hasta decidirse en dejarlo. (T/N) dio un largo suspiro sabiendo de lo que trata en lo que recogía los traste que se utilizó.

-Que extraño de usted el dejar su comida favorita ¿le sucede algo? - preguntó Sebastian hacia Ciel.

-... Mi diente se siente tambaleante - contestó haciendo una mueca de desagrado pareciendo más tierno de lo que era -

-Yo le dije que si quería que se lo sacara para que pudiera comer bien pero él no quiso - dijo divertida Evans en lo que se retiraba a la cocina a limpiar los platos.

-Cómo siempre, usted preocupándose por el joven amo - susurró el azabache en lo que se acerca al último mencionado - ¿Cuál es el diente?

-Es este - señaló un poco al fondo de su boquita.

-Oh vaya, ya veo, esta bastante alejado no es así ¿puedo sentirlo? - pidió permiso en lo que quitaba su guante el mayor pero antes de que pudiera contestar metió un dedo a la boca en el diente.

-Ah.. De hecho está tambaleante... Argh - sip, no le era fácil hablar con la boca abierta.

-Esto debe hacer difícil el comer. Se lo quitaré por usted por ahora - y sin importarle la cara de alerta de Ciel empezó con lo dicho intentado sacar el diente siendo las respuestas palabras sin sentido.

-Uh-ugh... Eshpega... Gño eshtoy... lishto.. cogavia gno... GASHTA - eso era lo único que podía decir pero su mayordomo no se inmutó para nada.

-Es difícil conseguir un buen agarre debido a que es muy pequeño - dijo concentrado en el diete, incluso achiquito sus ojos.