15. Aclaratorias.

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LIAM

<<¿Soy un repugnante para ti? Si, así como yo lo soy para ti también.>>

<<Si realmente me tuviste aprecio antes, dejame en paz Liam. No me busques, ni te me acerques, que yo ya no lo hare, ni preguntare nada de ti. Querer acercarme a ti fue lo peor que hice>>.

Sus palabras resonaban sin cesar en mi cabeza y aunque quisiera alejarlas no podía.
La adrelalina que me invadía era tan grande que no paraba de golpear una y otra vez el saco de Box.

Ira

El estado de enojo, enfado; una reacción emocional que se produce cuando una persona considera que existe o se va a producir un resultado negativo para sus intereses, que se podría haber evitado si alguien los hubiera tenido en cuenta y hubiera actuado de otra forma.

Eso era lo que sentía y me jode, porque a mi nadie me va a cambiar los planes.

¿Se pudo haber evitado todo?
Si.

¿Qué paso?
Ella es una terca prejuiciosa que no quiso oír nada.

Y yo no iba a estar detrás de las faldas de nadie para que me escuche cuando no hice absolutamente nada. El saco de arena era la mejor opción cuando sus palabras venían a mi mente

<<Eres repugnante>>
Primer golpe.

<<Eres la peor persona que he conocido>>
Segundo golpe.

<<Fingir que te importo es mucho peor>>
Tercer golpe.

Gruño y suspiro contra el saco. Eran palabras que ya había escuchado una y otra vez en mi vida.

Todo, absolutamente todo me valía. De la vida aprendí que no debía importarme más nada que no sea mi propio bienestar. Que si te joden solo te tienes a ti mismo para recomponerte. Pero entonces vino ella y se inmiscuyo en mi vida a revolver todo el pasado y a sacarme de quicio con sus tontas preguntas. No pense que me importaría tanto.

Lucho contra el impulso de ir por ella, empotrarla contra la pared y hacerla que me escuche, pero no voy a hacer eso; ella me había juzgado e inculpado de algo en lo que no tuve absolutamente nada que ver, y no pienso perseguir a nadie por eso.

Me paso los dedos por el pelo y hago una mueca cuando siento el dolor en los nudillos. A este paso los cortes se estaban volviendo más profundos; sin embargo esto era lo que disipaba mi furia.

Choco mis puños contra el saco sin parar.

¿Me jodía ella si? Si, porque estaba totalmente bien antes de que regresara. Tenía mi vida echa y sin ninguna interrupción, pero luego vino ella a sacarme recuerdos que ya había dejado atrás y a revolver todo. Sus preguntas, Dios, hacia demasiadas preguntas.

Le pego tantos puñetazos al saco que no siento los nudillos. La rabia puede todo.

—¿Se puede saber que diablos estás haciendo?— oigo una voz y me encuentro a Dylan de pie al otro lado del salón, ruedo los ojos e ignoro su presencia y sigo con lo mío, pero esta vez se interpone ante el saco antes que pueda darle un golpe.

—¿Qué diablos estas haciendo Liam?

—Quítate— demande.

—¿Por qué? ¿Me vas a dejar como Adrien?— pregunta, arqueando una ceja y me choca que se ande con sus pendejadas.

—Si.

—Eres imbécil Liam, no puedes seguir así, te equivocaste con Adrien y le diste una paliza que no se merecía— intenta apartarme del saco pero tomó su muñeca con fuerza y la aparto de mi.

5 Años más [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora