Capítulo 28 🌹

1.5K 172 35
                                    

Bea

La incertidumbre crecía más y más dentro de mi pecho mientras más pasaba el tiempo. Me estrujaba los dedos a la vez que miraba el reloj, las manecillas seguían caminando y el dolor no aminoraba, todo lo contrario, aumentaba un poco más. Me sobaba el brazo con cuidado y de vez en cuando sentía algunas punzadas o un poco de dolor pero ya era menos que el día que todo pasó.

Todavía no podía creer que André estaba ahí abajo, siendo torturado o lo que sea que le hagan a los hombres como él, lo que se merecía por todo lo que me hizo todos los años que pasé a su lado, que me retuvo a su lado mejor dicho, ya que de ser por mí me hubiera escapado desde hace cuánto, dejarlo era uno de mis sueños más grandes y ahora se estaba cumpliendo que seguía sin creer fuera real.

—Hija —Fran se acercó a mí para poner una mano sobre mi hombro con mucho cuidado de no lastimarme. Le sonreí a medias y puso una taza de chocolate caliente frente a mis ojos —. Toma. No has dormido nada y no te ves bien —cogí la taza con una mano y le sonreí agradecida —. Vitale va a estar bien, va a regresar con bien —quería creer en sus palabras, ella más que nadie conocía a su hijo, sabía como era este mundo pero yo no podía evitar tener miedo y sentir una opresión en medio del pecho que por más que quisiera no se iba, no me quería dejar en paz.

—No puedo dormir, no dejo de pensar en que algo malo le ha pasado —apretó mi mano con suma delicadeza —. Sé que debo ser más positiva pero...Lo amo, Fran, amo tanto a Vitale que no quiero que nada malo le pase —una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios.

—Y él te ama a ti, por eso estoy segura que va a regresar, lo hará por ti y Bella —miramos a Fio y Samuele que dormían en uno de los sofás. Él la abrazaba y apretaba a su pecho, mientras que ella apoyaba su cabeza contra este.

Fran sonrió al ver a su hijo dormir plácidamente con la chica que tanto amaba.

—Se ven tan bonitos juntos —empezó a hablar sin soltar mi mano —. Nunca había visto a mi hijo así de feliz. Sé que es muy joven y que apenas empieza su vida pero creo fehacientemente que Fio es el amor de su vida. Se van a ir a Italia, Fio va a terminar sus estudios y tal vez Samy también lo haga —giró la cabeza para verme, tenía los ojos cristalinos —. Y tú te vas a casar con mi Vitale —palmeó mi mano —. Sé que serán muy felices.

—¿No te molesta que tu hijo se haya enamorado de una mujer...como yo?

—¿Una mujer cómo tú? —frunció el ceño —. ¿Qué quieres decir con eso?

—No soy una mujer como Alessia o las otras chicas con las que Vitale llegó a salir —apreté los labios —. Tuve una vida difícil, me vendieron por dinero, tantos años en la calle y...

—Y nada de eso importa, cariño —puso su mano en mi pecho —. Tu alma pura es lo que importa, que mi niño te ame y nada más. Lo que yo piense o piensen los demás no importa, solo lo que ustedes sienten —mantenía esa sonrisa en los labios —. Vitale te ama y te ama mucho.

—Lo sé, yo también lo amo y mucho —su sonrisa se hizo más grande —. No sé que sería de mí sin él —se formó un nudo en mi garganta.

—Estoy segura de que hubieras salido adelante, sin o con Vitale hubieses escapado de André —tragué grueso cuando dijo ese nombre.

—¿Eso crees?

—Estoy segura —apretó mi mano —. Ahora que todo esto termine puedes cumplir todos tus sueños, Bea, eres joven, bonita e inteligente, ahora tienes la solvencia económica para poder realizarte como mujer, así como tanto lo anhelas.

—¿No es demasiado tarde para mí?

—Nunca es tarde para empezar de nuevo —dejó un beso en mi mejilla —. Puedes conseguir todo lo que tú quieras, lograr todos tus sueños, tienes veinte años, cariño y toda una vida por delante —no pude evitar derramar un par de lágrimas.

Anhelo (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora