Capítulo 7 🌹

2.3K 275 196
                                    

Beatrice

¿Él dijo qué? Había escuchado bien, así que sí, dijo que me iría a vivir con él a su casa. ¡A su casa! No lo entendía, ¿tan peligroso era estar aquí? Pensaba que el club era seguro pero ahora dudaba que lo fuera si el mismo Vitale me dio a entender que no era así. André podría entrar y sacarme de aquí de eso estaba segura.

Tuve que parpadear y mirar hacia abajo de nuevo, mi respiración se volvió irregular y me costaba respirar bien, pero hice lo que pude para no entrar en una especie de crisis y controlé bien mi respiración.

—¿Estás bien? —puso una mano en mi hombro pero su toque me hizo apartarme un poco. Estaba reticente a cualquier contacto humano, cuando una persona me tocaba era para hacerme daño y estaba asustada de todo y de todos.

—Sí, yo...No me quiero ir de aquí —le confesé —. No creo que sea tan peligroso quedarme aquí, ¿o sí? —Vitale iba a hablar pero la misma mujer del otro día se acercó y lo llamó.

—Vitale —interrumpió y a mí me ignoró por completo —. Han salido a vigilar y ese hombre está rodando el lugar.

La mirada que me echó Vitale fue de "te lo dije". Regresó la mirada hacia la mujer.

—¿Sigue afuera? —ella negó.

—Se ha ido, pero no dudo que regrese.

—Búsquenlo y cuando lo encuentren lo llevan a mí. Lo quiero vivo, Chiara —ordenó. Se escuchó demandante y molesto —. Si es necesario pides una recompensa por él —zanjó.

—Entendido —dijo Chiara y se alejó por las escaleras.

—¿Lo ves? Ese imbécil no te dejará ir tan fácil, Beatrice —se giró por completo hacia mí.

Dios. Era tan imponente. Alto, atractivo, con esa barba bien tupida y desarreglada. Además ese traje de color azul hacia juego con el añil de sus grandes ojos, su cabello era largo pero se veía bien y todo junto lo hacían parecer que había salido de un sueño. No podía ser real, alguien cómo él era solo eso, un sueño.

—Pero no quiero ser una carga para ti. No tienes que cuidar de mí, Vitale —con un paso terminó con la poca distancia que había entre los dos. Estaba a solo centímetros de mi cuerpo y temía que pudiera escuchar los latidos desbocados de mi corazón. El olor de su colonia penetró mis fosas nasales y amé cómo olía.

—No lo eres. Permíteme ayudarte, Beatrice —con delicadeza cogió mi mano y esta vez no me aparté, subió lentamente a sus labios y dejó un beso en mi dorso.

—¿Por qué lo harías? —mi pregunta salió trémula.

—Conocí a tu padre y me siento culpable por no hacer nada para que cayeras en ese mundo, ahora que estás aquí haré todo para que no regreses ahí. Nadie merece vivir por lo que tú has pasado —mis ojos se llenaron de lágrimas que querían salir pero esta vez no iba a llorar.

—Vitale...—su nombre ser pronunciado por mí envió miles de electrificaciones por todo mi sistema nervioso.

—Beatrice —una de sus comisuras se elevó y aquí me sentía segura.

¿Cómo podía pasar eso? ¿Cómo es que este hombre me hacía sentir así? ¿Que veía en mí que le hacía portarse así conmigo?

—Está bien, iré contigo pero deja que esta noche me quede con madame Ricci, ella se ha portado tan bien conmigo, las chicas han sido tan lindas y quiero estar aquí aunque sea una noche más —asintió sin pensarlo ni un segundo.

—Está bien. Beatrice, pero nada más esta noche. No sabemos lo que André tiene pensado hacer así que no hay que arriesgarnos —soltó mi mano y regresamos al barandal para mirar hacia abajo.

Anhelo (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora