Samuele
Me encontraba en mi habitación, buscaba una chaqueta que ponerme para ir con Carter a esa fiesta quien sabe donde. No era de ir mucho a fiestas mucho menos si eran de pubertos ebrios e idiotas pero Carter prometió que todo saldría bien. No debía creer en él, claramente era un idiota y todo saldría mal pero esta vez intentaría confiar en él, al menos un poco.
—¿A dónde crees que vas? —la puerta se encontraba abierta. Vania se asomó y apoyó el hombro en el marco de esta.
—Vamos a una fiesta —le respondí. Cerré las puertas del closet y me puse la chaqueta —. ¿Qué? —tenía una ceja arriba —. Apúrate, ni creas que voy solo. Vitale te paga para que me cuides.
—Lo que debería hacer es atarte a la cama para que no seas un problema, así me evito regaños por parte de tu hermano —masculló.
—Sí, pero no lo vas a hacer —dije con suficiencia y le sonreí.
—Bien —espetó —. Voy por una chaqueta.
—Gracias —se dio la vuelta y me mostró el dedo medio.
Salí de la habitación y al bajar las escaleras Vitale iba saliendo del pasillo que lleva al sótano, su ropa estaba cubierta de sangre, desde los costosos zapatos hasta la camisa blanca que tenía restos de piel y carne. Su cabello estaba peinado hacia atrás y sus mejillas salpicadas de carmín. Estaba consciente que ahí abajo había un traidor y que mi hermano lo estaba torturando para que hablara pero viendo a Vitale así creo que no habló y lo mató, es lo que Vitale hacía con sus enemigos, él mismo se hacía cargo de ellos aunque tuviera a un ejército de matones a su cargo o a Chiara que al igual que Vania era una profesional.
—Lo mataste —asintió y se acercó.
—Tenía que hacerlo —suspiró —. ¿Te vas? ¿Vania va contigo?
—Ya sabes que sí —miramos hacia las escaleras y Vania venía bajando. Traía el cabello suelto, una chaqueta de cuero cubría la parte de arriba mientras que abajo unos jeans ajustados junto con unos botines que la hacían lucir un poco más alta —. Me pagas para cuidarle el trasero a este tonto —se quedó a mi lado.
—Nada de drogas —me señaló Vitale —. Lo cuidas —se dirigió a Vania que no dudó en asentir.
—Ve a darte un baño, apestas a sangre —me quejé y me giré para salir de la casa.
Carter esperaba afuera del auto con los brazos cruzados, pero al ver a Vania los bajó y se le quedó mirando de arriba abajo.
—No va a pasar, niño —Vania pasó a su lado y subió al auto. Ella iba a conducir esta noche. Abrí la puerta del copiloto dejando a Carter con las ganas de ir él al lado de Vania.
—Te toca atrás —le dije y a regañadientes se sentó atrás.
Vania condujo fuera de la propiedad y se metió en la avenida principal.
—No sé cómo les gustan este tipo de fiestas, solo hay alcohol, drogas y sexo —masculló.
—Por eso nos gustan —Carter se asomó entre los dos asientos.
—Tonto —Vania rodó los ojos —. No cabe duda que son unos pubertos —con una mano sostenía el volante mientras que la otra la apoyó en la ventanilla.
—¿Qué edad tienes, Vania? Porque pareces de treinta —dijo Carter.
—Ya basta los dos —intervine. Había veces que podían llegar a los insultos si es que nadie los detenía. Era mi trabajo meterme y que esto no terminara en golpes, aunque ya sabía quien iba a ganar, Vania, obviamente.
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Anhelo (COMPLETO)
Romance"Una luz en la oscuridad" Gracias a la hermosa portada a @NaniGarces