🗼|Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ Sᴇɪs

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Pov Hanami

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Pov Hanami

Me levanté con los rayos del sol en mi cara y un enorme peso sosteniendo mi cintura, abrí mis ojos lentamente aun somnolienta para encontrarme con el pecho de un chico entonces recordé todo mi día anterior. Me sonrojé mirando como él tenía mi cintura entre sus brazos, su cama era muy pequeña para ambos y aún así tuvo la decencia de compartir cama con alguien como yo, creo que me siento un poco avergonzada, sin embargo ¿cómo quedamos así? Por favor que se levante él primero, cerré mis ojos y lo sentí removerse levemente esperaba que se despertara era todo lo que quería.

—Ah —habló al parecer se había despertado por suerte—. Verdad la había invitado a dormir conmigo, —Se removió apartando el brazo de mi cintura por suerte, sentí como el colchón se acoplaba a la falta de su presencia en la cama y tenía miedo a que se diera cuenta que estaba despierta.

Algo me cubrió el cuerpo como si fuera una manta, él parecía no querer levantarme... No podía creer que ese chico con aspecto de ser una mierda de delincuente fuera tan amable y atento. En estos momentos no podía abrir los ojos o dar señal de que estaba despierta, me iba a mirar raro si era así. Me tomé el tiempo de pensar en que hacer conmigo mientras él seguía en el cuarto, ahora era el momento menos adecuado para perder el tiempo en estas niñerías, debía ponerme en mi misión de encontrar una casa nueva.

—Hana-chan. —Me llamó moviéndome un poco—, me sabe mal despertarte pero creo que deberíamos hablar temprano. —No podía con la amabilidad de este chico lo había juzgado completamente mal el día anterior—. Hana-chan —Su voz llamándome era suave, no podía creerme la dulzura que este hombre me trataba.

—¿Eh? —abrí lentamente los ojos y pude como estaba parado delante de mi con sus cabellos sueltos aún— ¿Ya amaneció? —pregunté fingiendo y me estruje los ojos—. ¿Qué hora es? —Le pregunté suavemente con la garganta seca.

—Las ocho de la mañana. —Me respondió y me senté en la cama—. Vamos a desayunar, será molesto pero no podemos ir a casa de Mikey así. —Él me veía con una sonrisa, solamente asentí sin decir nada— ¿No quieres darte una ducha primero? Sé que es incómodo pero es la única ropa que te puedo prestar. —Me dijo tendiéndome otra camisa de él, era demasiado amable—. No te preocupes puedes bajar así, los únicos hombre somos el gerente y yo además de que las mujeres siempre andan por ahí casi sin ropa. —Él creció en este tipo de ambiente, por eso siempre me pareció más edad de la que aparentaba, Draken es tan maduro.

—Vale... —Le dije levantándome e encaminándome al baño que me había indicado el día anterior por suerte no me topé a nadie en los pasillos no hubiera sabido que responder.

Después de darme una ducha rápida y ponerme la ropa de él simplemente salí por la puerta topándome con su mirada, era extraño y yo me sentía extraña... ¿Qué he de decir? Jamás me había acercado tanto a un chico o quedado en otro lugar, simplemente no sabía como actuar. Puede que en las peleas sea la persona que no piensa en las consecuencias de sus actos, pero cuando no detecto amenaza de nadie no sé como actuar.

Tokyo in Red «Draken»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora