Loto Rojo, era como llamaban a aquel par de hermanas que acababan con cualquier banda de delincuentes que estuviese en su camino. Dos chicas que debieron dependerse de ellas mismas si querían sobrevivir en las frías calles de Yokohama. No eran amant...
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Pov Normal
Diciembre había pasado como un huracán por sus vidas, todos recordaran aquella inmensa pelea parada por solo cuatro miembros de la Tokyo Manji, además que el nombre El fénix de Loto Rojo vagaría como una leyenda urbana por las calles de Japón, aquella chica que era tan fuerte para darle palizas a todos, pero en la mente de los protagonistas fue el paso más firme para avanzar en lo que ellos creían como sus relaciones de amistad y demás. Era inesperado ver a Mikey cariñoso con una sonrisa de oreja a oreja mientras contemplaba aquella chica de ojos azules o la sorpresa de que Draken era incluso el doble de duro con su novia aquellos pequeños cambios que ocurrieron en la Tokyo Manji fue una evolución para ella.
—¡No jodas Emma! ¿De nuevo? —La chica de cabellos rojos estaba que suspiraba por ver como la rubia se acomodaba el pelo una y otra vez, estaban las tres arreglándose para salir por el año nuevo.
—Hana-chan me pone nerviosa. —Se dijo tapándose los oídos, la mayor de las hermanas solo empezó a reírse por la interacción de ambas amigas se podía decir que cuál de las dos era peor con los temas de la paciencia—. Vamos Haru-chan mira a Hana-chan y dile que no me apresuré soy mala trabajando bajo tensión.
Harumi se rió por la cara que ponía su hermana y la sonrisa juguetona que Emma poseía en sus labios, era extraña la manera como disfrutaba de ver a ellas dos así de unidas. Llevó sus manos a los cabellos rojo azules de Hanami mirando a su hermana despeinada, la capitana de la tercera división solo resopló por la acción de la mayor haciendo reír a Emma.
—Ahora no solo yo tengo que peinarme. —Hanami rodó los ojos, no soportaba que aquellas dos conspiraran en su contra.
—Si si lo que sea....porque ustedes las mujeres demoran tanto. —La amargada chica de ojos miel solo le quedó la opción de resignarse a dejar que su hermana lo peinara los cabellos, ella era la única de las tres que no iba a ir con una yukata.
—Siempre la sencilla y violenta Hanami tiene que ser ella, esta vez no conseguimos que se pusiera la Yukata —habló Emma terminando de hacer el peinado en su cabello observando como su cuñada acababa de arreglar el pelo de la menor.
—Ya sabes Emma como es Hanami, no sé como fue que consiguieron arreglarla la última vez —mencionó la mayor dejando los cabellos de su hermana en paz.
—Bueno nosotras tampoco, pero al menos se veía muy bonita esta vez no quiso ni siquiera arreglarse. —La menor de los Sano solo soltó un suspiro al recordar el look que habían conseguido aquel día del festival en agosto.
—Gracias a aquella estúpida ropa no pude ni pelear bien. —Le dijo poniendo una mano en su mejilla y suspirando—. Además no me hace falta esa ropa tan incómoda así estoy bien. —Les dijo y ambas suspiraron, solo les quedaba sacar el As de su manga para poder hacer que aquella chica se vistiese de una manera bonita.
—Pobre Draken no va a poder ver a su hermosa novia con una Yukata, además de que no podrá ir en ropa de pareja con nadie. —Hanami miró alzando una ceja a Emma quien había llamado a la curiosidad y sentido del arrepentimiento en la chica.
