Papá, ¿Estas Enamorado?

17. La verdad

—Nosotros quisiéramos que el señor Park Serim pasará al estrado— Allen  volteó a ver a su abogado y después a su pareja.

Serim se levantó de su lugar y camino hacia donde fue llamado, al estar ahí, juro decir la verdad.

—Señor Park, ¿Podría decirnos cuál es su profesión?

—Soy maestro de primaria— El abogado de los Seo asintió.

—¿Es el maestro de la menor?— Serim asintió— La menor ¿Ha tenido alguna extraña conducta desde que la conoció?— Serim miro a Allen, estaba un poco dudoso de decir que si hubo un tiempo, en el que su conducta no fue la mejor pero porque quería que él y su papá fueran pareja— Señor Park.

—Hubo un par de cosas— Comentó, notó la sonrisa de los Seo, el abogado le pidió que dijera las razones, pues antes le pregunto si las conocía— Jinha quería unir a su papá conmigo— Comentó un poco avergonzado— Pero fuera de eso, Jinha a tenido una muy buena conducta y tiene las mejores notas de su clase.

—¿Qué tan pendiente está su padre de ella?

—Demasiado pendiente de ella, se preocupa por ella y es quien la gran mayoría de las veces va a la escuela— El abogado asintió.

—Una pregunta más— Serim sólo lo miro— ¿Es cierto que usted tuvo un hijo a los dieciséis?— Su vista de nuevo se enfocó en Allen.

—Esto no tiene nada que ver con mi cliente...

—Si lo tiene su señoría— Aquel hombre asintió y Serim no tuvo de otra más que responder.

—Sí— Murmuró.

—Esta claro que ustedes mantiene una relación con el padre de la menor— Serim asintió— ¿Cómo podemos asegurar que usted no ve a la menor como un reemplazo para su hijo?

Todo quedó en silencio después de eso.

Woobin volteó a ver a Seongmin, el cual se estaba yendo del lugar, bajo la cabeza sintiendo las ganas de llorar.

—Y-yo no veo a Jinha como un reemplazo— Respondió— ¿Es todo?— El abogado de los Seo asintió.

Después de aquello el fiscal mando a traer a Jinha pues le quería hacer unas cuantas.

—Hola pequeña— Jinha le sonrió después de saludarlo— Te haré de nuevo unas preguntas ¿Si?— Jinha asintió—¿Cómo es tu papá contigo?

—¿Mi papá Allen?— El fiscal asintió— Él es muy bueno, es el mejor papá del mundo, me cuida, me ama, y es el mejor.

—¿Alguna vez te hizo daño?— Jinha no comprendió eso, ¿Por qué su papá le haría daño?

—No, mi papi Allen, nunca me haría algo, él me ama— Allen se preocupó al verla asustada y por llorar.

—¿Estás segura?

—S-sí, papi dice que soy lo más preciado que tiene y debe cuidarme mucho— Talló sus ojitos y Allen quiso correr hasta ella para calmarla.

El fiscal al ver el estado de la menor y al no saber que hacer, dio un pequeño descanso que Allen agradeció, apenas terminó de hablar y corrió por su pequeña.

—No pasa nada, aquí estoy— Besó la mejilla húmeda de su hija.

—Ya no quiero estar aquí, papi— Balbuceó.

—Yo tampoco mi niña, pero es necesario, para que después no volvamos a estar aquí— Se acercó hasta Serim.

—Vamos a casa papi— Allen la consoló sin decirle nada más.