Capítulo 6 Privacidad

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Después de que la enfermera, la cuál ya me aprendí el nombre "EVE", me sacara de la sala para llevarme a la habitación, me cambie por un pijama, me realizaron unos exámenes, y por recomendación me conectaron diferentes tipos de maquinas, para controlarme.

Como era mi primera noche, mis padres se podían quedar, pero como mi madre no había descansado papá decidió quedarse esta noche, y mañana en la mañana vendría mi madre.

No he podido dormir, ya son caí las 3 de la mañana y no he podido, se siente tan diferente, esta no es mi cama y no me acostumbro, me siento en la camilla y me pongo a pensar en como todo cambio.

Hace 2 días estaba feliz por volver a ver a todos, por hacer mis locuras normales, por esperar al viernes y salir a comer, o de fiesta, ir a la playa con Emma y Angela, y ahora simplemente estoy en un cuarto de hospital, conectada a varias maquinas y con un puto cáncer.

Mientras pienso en todo, unas lagrimas aparecen en mi cara, decido recostarme nuevamente en la camilla y me quedo observando el techo. Me cuestiono una y otra vez el ¿Por qué a mi? ¿Qué hice yo?, y no encuentro respuesta.

— ¿Qué pasó Alai? ¿cómo fue qué tu vida cambio en un abrir y cerrar de ojos? —digo en un suspiro

Yo era de las que creía, que la vida era simple, era realista de que el mundo es cruel. Muchos piensas o me ven como una niña de mami y papi, o una chiquilla que no ha vivido la vida. Pero en realidad no es así. Puede que no lo demuestre pero en mi se que es verdad. He visto a muchos pasar momentos difícil, fui testigo de un caso, pero no me corresponde contarlo. A lo que quiero llegar es que la vida puede dar mil vueltas, algunas rápidas y otras lentas. Pero toca adaptarse, no. 

Es irónico, como puedo pensar de esa forma pero al aplicarlo en mi vida se me hace difícil. 

Mientras sigo mirando el techo y divagando entre mis pensamientos, me acuerdo de esos ojos grises azulados, que vi en la tarde, eran tan misteriosos, profundos, unos ojos con magia, (no puedo evitarlo para mi el color de ojos es mi kriptonita),  la verdad Max no esta nada mal, esta guapo, que digo guapísimo, pero de lejos se le ve que es mujeriego, engreído, es que se cree la ultima coca cola del desierto.

Aunque algo me dio curiosidad y fue cuando lo vi a los ojos, sentí ese aura de chico mujeriego, pero que oculta algo. Más bien es como de un chico simple que aparenta otra cosa. Bueno la verdad no soy quien para juzgar. El allá. Me acuerdo cuando llego se veía lindo pero todo se fue al carajo cuando empezó con su actitud de mira soy hermoso. Lo que no puedo olvidar fue cuando dude en darle la mano, se quedo como procesando, debo admitir que si quería aceptar la dona de mora, pero quien quita y después salga yo debiéndole algo a el, no gracias. Mientras recuerdo me sale una pequeña risa. Y caigo en los brazos de Morfeo.  

Al final no pude dormir mucho, porque llego mi madre y me despertó, esta mañana me realizaron examen para ver como iba y me comunicaron todo lo relacionado con la quimio y todo el proceso, algunas cirugías que me iban a realizar y demás, así que mi día no es que fuese el mejor, aunque no puedo olvidar que tuve una hermosa sorpresa.

Esta mañana me vinieron a ver Evan y Fede, me alegro mucho porque tenia meses de no ver a Evan. Por otro lado Fede me trajo una dona de mora así que lo quise más. Estuvieron un rato conmigo, me distrajeron, peleamos un poco y mamá nos regaño por ser niños chiquitos, pero en un momento nos quedamos callados y pude sentir como me miraban con tanta nostalgia y tristeza, pero lo que más me dolió fue cuando me pidieron perdón, por no protegerme, y ahí me puse a llorar, amo tanto a mis hermanos son los mejores y yo se que me quieren a pesar de todo.

Mientras sigo escuchando una historia de Fede, sobre como una chica lo golpeo, mientras compraba la dona, veo a mi mamá entrar a la habitación y me sorprendió su cara era un poco como agradecida y preocupada, así que me atreví a preguntar que pasaba.

—Mamá que te pasa— le pregunto mientras intento sentarme en la camilla.

—Nada Ali, solo que llamaron del colegio,  preguntando el porque no habías ido a clase o reportado la falta, ya que ni tu papá, ni yo les notificamos lo sucedido de la prolongación de tu falta al instituto. Así que les comente tu situación y dijeron que lo sentían mucho y que no te preocupes que te darán tiempo y buscaran una solución para que no pierdas el año escolar— me dice sentándose en el sillón.

—¿Qué tu hiciste que?— le digo alterada

—Le conté a tus profesores, ¿Qué tiene de malo?— me dice ella

—Mamá no quiero que nadie se entere que soy una PUTA ENFERMA— le grito

—Alai tranquilízate, no te alteres—

—Mamá no quiero que nadie se entere, de lo que me paso porfavor, no quiero hablar hasta que yo no este lista— digo casi llorando y ella se sienta a mi lado.

— Pero hija son tus amigas— repite mi madre.

No mamma, non voglio che nessuno lo scopra e mi veda con pietà, lasciami in pace  digo casi gritando.

(No mamá, no quiero que nadie se entere, y me vea con lastima, déjame en paz)

Alai D'Angelo non sgridarmi —dice mi madre gritando y caminando por la habitación

(Alai D'Angelo no me grites)

Non urlare neanche a me —le digo refutando

(No me grites tú tampoco)

Luego de un tiempo de estar discutiendo con mi madre sobre la privacidad de mi enfermedad, llegamos al acuerdo de no decirle nada a nadie, hasta que yo este lista.

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Nuevo capitulo espero les guste, no se olviden de votar y comentar. 



Un amor nada comúnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora