Un amor nada común

Capítulo 16, Y si digo que no

Alai

En la vida pensamos que las cosas son como son, que todo sucede porque así debe ser. Pero si lo miramos de una manera objetiva, cada acción o decisión que tomamos lo hacemos por algún motivo, nosotros no actuamos por instinto. Muchos pueden decir que las personas actúan sin pensar, yo creo que eso no sería del todo cierto.

Si, está comprobado que en ciertas ocasiones actuamos sin pensar, pero muy en el fondo, de nuestros pensamientos algo nos dio el impulso de tomar esa decisión, eso se llamaría un pensamiento pasajero.

Pensamientos pasajeros son esas decisiones que llegan en el instante, de las cuales ni siquiera nosotros mismos nos damos cuenta que tenemos, solo nos dejamos llevar y lo solemos confundir con lo que llamamos instinto, pero no lo es.

En este momento me doy cuenta que con Max, me deje llevar de mis pensamientos pasajeros, pensamientos de los que no me arrepiento, porque arrepentirme de ellos, es arrepentirme de todo lo ocurrido luego de esa decisión y eso no sería del todo cierto. Yo no me arrepiento de la salida, de volver a bailar, aunque fuese por un momento, simplemente me decepciono de lo que pasó, de ese pensamiento de irme con él.

Porque con ellos llegaron situaciones complicadas, puesto que al regresar sola me enferme, pero eso no se compara con el hecho de escucharlo decir que le da pena andar conmigo porque soy una enferma, eso duele más que mil dagas.

No puedo afirmarlo, porque cualquiera que me escuche decir eso dirá que estoy enamorada, y eso no es cierto, yo no sé qué es el amor, nunca he estado enamorada, así que no sabría definirlo. Pero en estos momentos simplemente estoy triste de lo sucedido. Max supo cómo lastimarme.

Ahora hablemos de lo sucedido, bueno más específicamente su forma de pedir perdón, siempre he dicho que la situación no es buscar cómo perdonar sino demostrar que de verdad una persona si se quiere disculpar, y las palabras no tiene ese poder, solo con las acciones podemos demostrar lo que de verdad queremos lograr. Por eso el hecho de que él diga, que buscara mil formas de pedir perdón, no me convence de a mucho. Con lo que él me mostró me dio a entender que Max, no es una persona que muestra lo que dice, es más de esas personas que se adaptan a la situación y dependiendo de eso muestra quien es.

La vida no es así, con mis caídas he aprendido que el peor error de las personas es ser dependiendo del ambiente, puesto que llega un momento en el cual ni siquiera sabes quién eres. Es como estar en un punto blanco.

Mientras más divago entre mis pensamientos, oigo la puerta abrirse. Y tras ella veo a Fede entrar.

—Hola Fede—

—Hola Ali, puedo pasar—

—Claro— digo mientras le hago espacio en la camilla, y él se acuesta

—¿Cómo está mamá? — preguntó mientras él me abraza

—Bien, en lo que cabe— dice para cambiar el tema

— Y ¿Cómo estás tú? que tal las enfermeras— esto último lo dice de manera coqueta

— Ojo Federico D'Angelo. Con las enfermeras no— le digo de manera segura

— Si, mamá— dice de manera de burla

— Búrlate, pero te lo advierto, cuidado escucho tu nombre en boca de las enfermeras— termino de decir y me paro de la camilla para mirar por la ventana

— Sabes, eres peor que mamá—

—¿Por? —

— Mamá solo me dijo, que fuese con cuidado, tú por el contrario me amenazas—