Mis ojos se sienten tan pesados que no los puedo abrir. Siento como si mi cuerpo estuviese sumergido en el agua y no puedo dejar de percibir un intenso olor a flores, hierro e inciensos. Hago un gran esfuerzo y finalmente logro abrir mis ojos. Estoy flotando en una inmenso charco de sangre y en el horizonte veo miles de flores rojas emergiendo desde la profundidad. Mi corazón se siente inquieto y fatigado. Pero, por algún motivo, no puedo moverme. No puedo recordar qué hago acá, pero tengo un mal presentimiento...
De pronto, comienzo a escuchar el sonido de una multitud, una gran revuelta, pero solo puedo ver esas dramáticas flores por doquier y ningún rastro de vida humana. El sonido se hace cada vez más insoportable y empieza invadir cada espacio de mi mente. Intento buscar inútilmente la fuente del alboroto, pero no logro ver nada.
Hasta que a unos metros se comienza a dibujar la silueta de un objeto que flota sobre el charco. ¿Qué es? La distancia y las flores no me dejan ver bien... El objeto comienza a acercarse guiado por una especie de corriente en el charco, sorteando las flores y haciéndose cada vez más nítido.
-Es... ¿cabello humano? - Mi corazón se aprieta provocándome un inmenso dolor, mis latidos comienzan a acelerarse. Empiezo a nadar frenéticamente hacia la persona del charco. Hasta quedar frente a frente...
-Esto... ¿es una broma? ¿Por-por qué?
Flotando sobre el charco de sangre, yacía mi mejor amigo Baji con su cuerpo desnudo, cubierto de sangre y con una corona de flores roja rodeando su frente y sus negros mechones de cabello que flotaban sobre la superficie. Lucía tan tranquilo, tan... bello? pero su expresión era la de un ser inerte. Palpé su rostro rápidamente pero estaba completamente congelado.
-¿Estás durmiendo? Despierta! ¿Qué haces acá? ¿Por qué tu cuerpo está tan frío!? Baji-san! -
Estrecho su cuerpo fuertemente contra el mío, intentando calentarlo, pero no había caso... estaba rígido. La multitud gritaba cada vez más fuerte, oía llantos, desesperación, furia. De dónde venía el sonido? - me pregunté. Para encontrarme con la respuesta más aterradora.
El charco comenzó a agitarse, la sangre se sacudía y desde sus profundidades, emergieron cientos de manos que comenzaron a jalar el cuerpo de mi mejor amigo. Intenté sostenerlo, lo rodeé con mis manos y piernas, luché y golpeé aquellas manos. Pero era inútil!
-Maldición! Suéltenlo! Baji-san... despierta!! No dejes que te jalen!! Tú eres más fuerte!! Tú... tú... ! No me dejes!
Despierto con un grito ahogado, en medio de la noche. Escucho pasos en el pasillo acercándose rápidamente.
-Hijo, estás bien!? Qué pasó!? - mamá abre la puerta de la habitación, en pijama.
Mis ojos verdes estaban llenos de lágrimas. No sabía cómo explicar lo que había pasado.
-Disculpa, mamá. No te asustes. Solo... fue una pesadilla - intenté sonreír, pero la horrible sensación aún no abandonaba mi cuerpo. Estaba tiritando.
-Seguro que estás bien, hijo? El año pasado... también en estas fechas, comenzaste a tener muchas pesadillas... ¿Está todo bien? - sus ojos tristes expresaban una inmensa preocupación.
Tenía razón. Era 30 de octubre y hace exactamente dos años y un día, en el llamado Halloween sangriento, estuve a punto de perder a la persona más importante en mi vida: mi mejor amigo y líder de la primera división de la Toman, Keisuke Baji.
Aún no sabemos quién fue, pero uno de los presentes de la pelea, ignorando todos nuestros códigos, llamó una ambulancia en la primera oportunidad en que Baji se desplomó. Y gracias a que llegaron a tiempo, luego de que Baji se apuñalara a sí mismo, lograron darle los primeros auxilios. Un minuto más de espera y Baji hubiese muerto.
Luego de eso, estuvo un mes en coma inducido, luchando por su vida. No sabíamos si lograría despertar.
Durante ese tiempo, no pude comer, no pude dormir. Mi corazón estaba hecho pedazos. Dejé de ir a la escuela, solo quería estar cerca de él. Al principio, su condición era tan delicada que no podíamos visitarlo, así que le daba de comer a Peke J y pasaba toda la tarde en la sala de espera del hospital, esperando alguna noticia.
Takemichi y los chicos se sentaban a mi lado en silencio. Las actividades de la Toman estuvieron suspendidas durante todo ese mes y todos caminaban como almas en pena, haciéndose humo en las sombras. Kazutora se había entregado a las autoridades, pero nadie se atrevía a visitarlo mientras no supiésemos el desenlace de la situación de Baji-san.
La madre de Baji también se sentaba en la sala de espera por las tardes, silenciosa, secando sus lágrimas con un pañuelo. La primera noche, quise acercarme a ella, pero temía que me odiase por lo que le había pasado a su hijo. Así que me mantuve lejos.
-Tienes hambre? No has comido nada. - Mientras miraba al suelo, vi los pequeños piecitos de una mujer frente a mí.
Era la madre de Baji, extendiendo sus delicadas manos entre las cuales sostenía un sandwich y dibujando la sonrisa más triste que he visto en mi vida.
-Muchas gracias, pero no puedo comer ahora mismo... - dije con tristeza y volví a dirigir mi mirada sombría al suelo.
-Debes comer y mantenerte sano, ¿si?. Quieres mucho a mi hijo, ¿cierto? Entonces mantengámonos fuertes para mandarle nuestras energías y esperarlo con los brazos abiertos para cuando despierte. - mantuvo su sonrisa, pero sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.
Asentí y para cuando las lágrimas comenzaron a invadirme en un llanto sofocante, la madre de Baji-san me había rodeado con sus brazos, recostando mi cabeza en su cálido hombro, que se encogía en un llanto desgarrador. Esa tarde nos abrazamos durante varios minutos, mientras llorábamos, sabiendo que nosotros más que nadie entendíamos el dolor del otro.
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Bloody Halloween
FanfictionEsta historia se sitúa en una línea temporal donde Baji no muere en el Halloween Sangriento. A dos años del incidente, Chifuyu aún no puede superar el haber estado a punto de perder a su mejor amigo y tiene episodios de pánico. Ad portas del anivers...