Capítulo 29 - Dolor

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Estaba absorto en estas cavilaciones, cuando el sonido de las llaves en la puerta del apartamento heló la sangre de Baji y la mía.

Mierda, tu mamá! - exclamó Baji exaltado, poniéndose torpemente su buzo deportivo, con apenas un calcetín y palpando la cama en búsqueda de sus bóxers que habían quedado perdidos en medio del desastre.


Métete dentro del closet! - ordené, sin pensarlo demasiado, mientras me lanzaba al televisor para apagarlo de golpe.


Que me meta al closet?! - preguntó como asegurándose de haber escuchado bien. 


Solo hazlo, rápido! - insistí, lanzándole sus bóxers y su playera que acababa de encontrar mientras buscaba mi propia ropa.


Sin hacer otra pregunta, Baji-san pescó sus prendas y de forma rápida y ágil se incorporó en el closet como si de un ladrón se tratase y lo cerró. 

Hijooo, llegué. Estás en casa? - se escuchaban sus pasos en el comedor. 


Yo, por mi parte, estiré rápido la cama, me puse la playera (que fue lo único que encontré) y me cubrí por completo buscando ocultar mi cuerpo desnudo. Cerrar los ojos e intentar fingir que dormía me pareció lo más ventajoso. Hasta que de pronto se abrió la puerta y un monstruo con forma de mujer encedió la luz. 

Chifuyu, qué es todo este desastre en el comedor? No te hagas el dormido! - mamá se acercó a la cama y comenzó a tironear de las sábanas buscando "despertarme". 


Como un acto reflejo, me incorporé y comencé a jalar de las sábanas en la dirección contrario temeroso de que descubriera mi cuerpo desnudo (y evidentemente mancillado). Estábamos forcejeando hasta que de pronto mamá se detuvo de golpe y pareció comenzar a olfatear la habitación. 

Vino Baji-kun? - preguntó sin dar ningún contexto 


Dios mío, acaso sintió olor a sexo? Y descubrió como una revelación lo que he estado haciendo con Baji? Acaso está viendo algo que yo no? Por qué me siento tan paranoico? definitivamente no tiene forma de deducir algo como eso. 

Eh sí - carraspeé - vino un rato durante la tarde pero ya se fue - miré al suelo avergonzado, me costaba demasiado mentir sabiendo que Baji-san estaba dentro del closet. 

Y se fue sin sus zapatos? - volvió a olfatear - huele muy fuerte al perfume que usa siempre, como si estuviese aquí todavía - agregó confundida. 

Qué? Acaso conoces su perfume? - pregunté extrañado, buscando desviar la atención. 

Por qué te sorprende tanto? Vives trayendo a ese chico a casa y luego siento ese olor por todos lados, hasta en tu ropa. Por suerte no es malo, camufla un poco el horrible olor a encierro de esta pieza. Acaso abriste las ventanas algún día? - pareció recordar su enojo nuevamente y continuó regañándome por largo rato, olvidando totalmente sobre los zapatos que Baji había dejado en la entrada. 


Qué vergüenza, Baji-san está escuchando todo - pensé lapidado por mi vergüenza y mi sentimiento de culpa. 


Párate, ven a ayudar a ordenar a mamá! Llego cansada de hacer los quehaceres de una casa y encima tengo que llegar a ocuparme de otra! - refunfuñó, plantada frente a mí con insistencia. 


Eh - no sabía cómo decirlo - ya voy, es solo que… - titubeé unos segundos - es algo vergonzoso para un adolescente que su mamá lo vea en ropa interior -apenas pude mencionar estas últimas palabras. 

Está bien, solo apresúrate - me lanzó una mirada sospechosa y dejó, por fin, la habitación. 


Desde el clóset escuchaba la risa bajita de Baji-san. Definitivamente había quedado como un idiota. Me aseguré de que la puerta estuviese bien cerrada y luego de corroborarlo, procedí a abrir el clóset. 

Toma, ponte esto - Baji-san saltó del closet y me pasó ropa interior y unos pantalones. 


Los recibí avergonzado y antes de que pudiera agregar algo, abrió la ventana y saltó del segundo piso. 

Siento no haber podido ayudarte a ordenar - agregó antes de saltar. Y eso fue absolutamente todo. 


Cuando me acerqué para mirar por la ventana, Baji-san ya se había perdido en la oscuridad. Y por alguna razón, esa desabrida y breve despedida, pese a ser necesaria y bastante práctica dada la complicada situación en la que estábamos, me había sabido muy mal. Mi corazón se sentía sombrío y adolorido. Acaso esperaba que se despidiese con un beso? Porque, de ser así (y así era), podía decir de mí mismo que era un perfecto idiota. Baji-san enamorado de mí? Solo pensarlo se me hacía una locura. Era lógico: solo era un juego de amigos y ya. No debía pensarlo demasiado. 

Caminé hacia el comedor cabizbajo y para evitar conflictos con mamá (que tenía razón en sus quejas), ordené rápidamente el desastre que habíamos dejado, delantal en la cintura, y luego me senté con mamá a por un té. 

Disculpa, no pensé que llegarías hoy. Pensaba ordenar todo mañana por la mañana - inicié angustiado. 

Está bien, hijo. No saludé de la mejor manera - respondió, mirándome a los ojos con esa dulzura algo tenebrosa que distinguía a mamá. 

Por qué llegaste tan tarde? - pregunté curioso. 

Hoy estuvimos celebrando en casa de tus tíos y de pronto recordé que mañana debo hacer un trámite importante, así que tu tío me trajo en auto a casa - sacó la lengüita en un gesto torpe. 

Ya veo… - respondí algo desanimado. 

Chifuyu, estás bien? Peleaste con Baji-kun y por eso se fue sin sus zapatos? Noté que tienes unos moretones y rasguños en el cuerpo, se agarraron a golpes otra vez? - preguntó preocupada.


Me sonrojé instantáneamente. Me aliviaba que mamá lo interpretara de forma tan inocente pero, por otra parte, no me había dado cuenta de que Baji-san había dejado tantas marcas en mi cuerpo. En qué momento había pasado? Qué debía responder? 

Solo me caí jugando fútbol en la escuela, no hay de qué preocuparse. Vive tan cerca, que de seguro se olvidó y se fue con pantuflas - odiaba mentir, pero no tenía alternativa. - Me voy a dormir, mañana debo ir a la escuela. Que duermas bien - acaricié su hombro de forma cariñosa para mitigar sus preocupaciones y me encerré en mi habitación nuevamente. 

Por suerte, todo había salido mejor de lo que esperaba con mamá, mucho mejor de lo que esperaba. Me pregunto qué hubiese pasado si nos hubiesen descubierto. De seguro hubiese terminado de patitas en la calle, ya que mamá no soportaría saber que su hijo hace ese tipo de cosas con otro hombre… Y obvio, la mamá de Baji-san también se hubiese enterado, y de seguro me guardaría rencor por siempre. Baji-san, siendo una persona tan respetada, perdería totalmente su honra por culpa de una persona como yo. Y de paso… haría llorar a su mamá, cosa que tanto odia. Si tan solo me hubiese enamorado de una chica, no tendría que cargar con esta culpa. Y todo hubiese sido más fácil. Pero, por desgracia, no fue así. Y ahora cargo con todos estos sentimientos confusos en mi pecho. 

Y pese a todo lo adverso, todas mis intuiciones y alarmas de que esto no está bien, que esto no puedo terminar bien, aún así… quisiera tener a Baji-san en mi cama en estos momentos. Poder abrazarlo, besar sus labios y dormir toda la noche refugiado en su pecho. Pero eso no era posible y quizás no lo sería nunca. Con un nudo en la garganta y el corazón desbaratado, cerré los ojos y lo imaginé recostado junto a mí, con esa hermosa sonrisa que me hacía suspirar, con sus manos rodeando mi espalda con dulzura y contando los latidos de su imaginario corazón, caí en un profundo y dulce sueño de hermosas pesadillas. 




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⏰ Última actualización: Jul 27, 2022 ⏰

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