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Garp los visitó un par de veces, dándoles entrenamientos infernales, pero los resistieron sin ningún tipo de problema.

Fue por defender a Luffy de Garp que Ace despertó su haoshoku haki. Lo malo de esto es que Garp quiso acelerar las cosas y llevárselo antes para que fuera marine, teniendo que salir corriendo como si su vida dependiera de ello y esconderse en lo más recóndito del bosque.

Ahora estaban riendo de un mal chiste hecho por Luffy cuando este mismo comenzó a jadear.

--Luffy, ¿estás...? --se quedó a media frase cuando un dulce olor a canela llegó hasta su nariz, el cual comenzaba a volverse más fuerte conforme pasaban los segundos. --En celo --sentenció en un jadeo.

--Ace... --gimió y se aferró a la camisa del alfa.

--¿Ahora? ¿Con 13 años le tenía que venir? --pensó con la poca claridad mental que le quedaba.

--Alfa... --gimió y ronroneó, pasando las manos por el pecho del mayor y luego por su cuello.

--Quiero... De verdad que quiero... --sus manos temblaban queriendo acariciar al omega en celo. --Pero no puedo, aún no.

Con todo el autocontrol que pudo reunir besó los labios del menor, quien correspondió entre ronroneos, gemidos y jadeos, tironeando del cabello de Ace.

El alfa se separó y tomó al estilo nupcial al menor, quien aferró los brazos a su cuello y la nariz a su cuello, inhalando hondo.

Caminó con paso firme hacia la cabaña del Monkey, entrando y dejando al necesitado omega sobre el colchón tras quitar la manta para evitar que se manchara con el lubricante natural que desprendía.

--Ace... --ronroneó cuando sintió la suave superficie bajo él.

Sin responder Portgas volvió a besarlo, introduciendo su lengua y tumbándolo, dejándolo contra el colchón.

--Lo siento, Lu --volvió a besarlo. --Pero todavía no es tiempo.

Movió la gargantilla de su cuello y lamió la zona de marca, Luffy gimiendo de manera prolongada y exponiendo el cuello en sumisión, quedándose quieto.

Una vez vio que el Monkey se detuvo se levantó y corrió fuera de la cabaña no sin antes tomar el caracol que había en la cabecera, cerrando la puerta y trabándola desde fuera.

--¡Ace! --escuchó el grito desde dentro.

Por suerte las ventanas estaban cerradas, las cerraron a tiempo esa mañana por temor a que lloviera a sabiendas de que estaban en época de lluvia.

--¡Ace! ¡Alfa! --su corazón y orgullo se rompieron ante los sollozos y reclamos del omega en celo, y no cualquier omega, su pareja.

Se recargó en un árbol cercano y echó su cabello hacia atrás con una mano, dejándose caer hasta sentarse en el suelo, escuchando a Luffy intentar abrir la puerta.

Agradecía a la genética que el celo le nublara tanto la memoria que olvidara que tenía garras y una fuerza monstruosa, ya se lo recordaría para otro momento, ahora lo agradecería.

Miró el caracol azul en su otra mano y lo apretó un poco.

Cruzó las piernas, respiró hondo y marcó el único número registrado.

Espero un poco mientras alternaba la mirada entre el animal y la casa, los lloriqueos y reclamos no habiéndose detenido.

--*Catcha* ¿Qué ocurre? --sonó la voz extrañada del otro lado.

--Dragon, es Luffy, entró en celo --habló con un poco de pánico, el olor de Luffy era demasiado fuerte para él.

--¡Ace! --se escuchó el sollozo a la distancia.

No soy un omega perfecto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora