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Cuando cayó por suerte estaba consciente, por eso comenzó a correr por la isla, escalando árboles y usando su haki hasta el límite para vigilar que nadie se acercara a él.

Corrió hasta que llegó a la cima de una gran pared con casas que daba a un puerto y una villa.

No distinguía muy bien el lugar, pero lo ignoró y siguió el agua hasta ver el mar, entonces vio las serpientes de piedra.

--Amazon Lily --distinguió entonces dónde estaba.

Una vez situado prendió fuego la mitad inferior de su cuerpo y se elevó en el aire, comenzando a alejarse volando con gran velocidad en una dirección en concreto que ya sabía de antemano.

Comenzaron a pasar los días y las noches para él, su estómago gruñendo y sus colmillos hormigueando con hambre.

--Falta poco para poder darme el mayor festín desde aquel día --pensó intentando tomar paciencia.

Habían pasado cuatro días cuando llegó a Marineford.

Se detuvo en la Puerta de la Justicia y se agachó para que nadie lo viera, notando como estaban evacuando a todos los civiles.

Sonrió con malicia y hambre, faltaba poco.

Se acurrucó hecho un ovillo y así esperaría los siguientes días.

(...)

Era ya el día. Luffy se había divertido al ver como marines llegaban en barcos solo para morir.

Su estómago gruñía con anticipación.

Lo vio de lejos. El cómo subían a Sabo al patíbulo y lo querían obligar a arrodillarse, pero él se negó y al final se sentó con las piernas cruzadas.

--Sengoku, estáis cometiendo un error --habló Sabo.

--¿Qué quieres decir? --inquirió.

--Dragon-san no va a venir --no le decía "padre" delante de los marines por orden de Dragon.

--¿No vendrá a rescatar a su mejor hombre? --se burló.

--No, no vendrá, y no, no soy su mejor hombre --sonrió divertido mirándolo. --Enviará al que realmente es su mejor hombre, espero que todos tus marines hayan dejado testamento.

Sengoku gruñó con ira.

--¡Algo se acerca! --gritó un marine.

--¿Qué es! --devolvió el grito.

--¡Es Mugiwara no Luffy envuelto en fuego! --informó.

Todos vieron con los ojos abiertos como el famoso supernova que había alterado tanto al Gobierno Mundial llegaba volando propulsado por fuego y se detenía frente a todo Marineford aún sin parar de volar.

--¿Qué hace aquí? --los marines comenzaron a teorizar.

Luffy analizó la situación, pero su estómago gruñó al ver tantas presas.

Todos los marines vieron con sorpresa como el pirata se convertía en una leona con una hermosa melena, el fuego en sus patas impidiendo que caiga.

Pero el sudor comenzó a bajar frío por sus espaldas cuando vieron a la leona adquirir un tamaño titánico.

El animal rugió con fuerza, declarando la guerra, y saltó, cayendo en medio de Marineford y prendiendo fuego conforme caminaba y comiéndose a todos los marines que se cruzaban en sus camino, el suelo llenándose de rojo y negro por la sangre y el fuego.

--Es bueno ver que se alimenta bien --suspiró feliz Sabo.

Sengoku estaba blanco viendo como ni los vicealmirante ni los gigantes eran capaces de enfrentar al animal, solo siendo víctimas de su hambre insaciable.

No soy un omega perfecto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora