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𝓦𝓮𝓮𝓹𝓲𝓷𝓰 𝓦𝓸𝓵𝓯

Los ojos rojo sangre miraban con confusión al viejo. El hombre, aquel viejo descarado, lloraba por que por accidente mató una mariposa.

— Deja de llorar, viejo.

El hombre de cabellos verdes ni se inmutó ante sus palabras. Tan concentrado llorando estaba que apenas si se percató que el rubio tenía piedra en mano.

— Si no dejas de llorar, voy a tirar esta piedra en tu fea cabeza — nuevamente, fue ignorado. Soltando la piedra y dando un suspiro cansado, se acercó al viejo que estaba de cuclillas con la mariposa muerta entre sus manos.

— Vamos, vamos lobo Llorón. Una mariposa muerta no es la gran cosa — palmeo la espalda del mayor, con una mueca simulando ser una sonrisa.

— Eres malo dando consuelo, pero no importa cuantas palabras de consuelo me des, solo un beso de amor verdadero calmara mi dolor — decir que recibió un golpe de piedra en su cabeza basta para saber lo furioso que se puso el joven príncipe.

— ¡Ya ya, lo siento princesa! — dejo la pequeña mariposa muerta en la nieve, y con prisa corrió detrás del príncipe — Princesa, no te enojes, arruinaras ese lindo rostro.

— Silencio, viejo descarado. — formó un mohín en sus labios, molesto por la actitud del hombre. — No entiendo en qué momento tu y yo terminamos juntos... Deberías simplemente desaparecer y dejarme en paz, no te soporto...

El sonido de los pasos en la nieve se detuvo y, como si todo hubiera sido ilusión, el peliverde desapareció. No había rastro alguno de él, sus huellas fueron cubiertas por la nieve, dejando sólo un extraño objeto tirado justo donde desapareció.

— ¿Qué?... ¿Viejo? — El príncipe camino entre algunos árboles, buscando al hombre. Su respiración empezó a ser irregular, realmente se había quedado solo, en medio de la nada con la luz comenzado a desaparecer y la nieve cayendo con más intensidad.

Cabizbajo, volvió al punto donde el mayor había desaparecido. Pudo visualizar aquel extraño objeto, casi cubierto por la nieve. Se arrodilló y lo recogió. El príncipe abrió en grande sus ojos al reconocer que era aquella peculiar cosa, un tipo de muñeco, algo improvisado, pero tierno.

Un muñeco de trapo, extrañamente parecido a él. Solo faltaba que tuviera una mini capucha roja para ser su copia. Guardo el muñeco en su canasta, saco su mapa y trato de ubicar el camino cubierto por la nieve.

— Otra vez estoy perdido... — el frío heló sus huesos. Tenía que encontrar alguna cueva para refugiarse antes de que la nevada aumentará.

El príncipe empezó a caminar sin rumbo, sus dedos helados y rojizos por el frío, su vista cada vez más borrosa y su respiración entrecortada, hicieron que perdiera el equilibrio y cayera en una trampa.

Gimió de dolor al sentir algo incrustarse en su pie derecho, doloroso, y una sustancia caliente empezando a brotar y deslizarse por su piel.

Su cuerpo adolorido y cansado cayó rendido a la nieve. La nieve golpeó su piel haciéndolo temblar. Mordió su labio en un intento de callar sus quejidos de dolor, con las inmensas ganas de llorar.

— Izuku...

Sus ojos, perdidos entre toda la nieve y follaje verdoso, visualizaron una gran silueta borrosa. Sin importarle poco o nada, cerró sus cansados y llorosos ojos.

Izuku jugandole al vergas skdhs.
Me mama hacer a Izuku tan impulsivo, aunque no taaaaanto.

No hay mucho que decir, solo que no revise el cap asiq cualquier error me lo pueden hacer saber, ya saben que yo aprecio eso akdh.

No se olviden de votar si les gustó el cap, y que tengan un lindo día✨.

Sin mas que decir, Bye Bye~°°°