☾︎ 𝒪𝓈𝒸𝓊𝓇𝒾𝒹𝒶𝒹 ☽︎

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Los oídos del príncipe palpitan, siente su cuerpo arder y a momentos le cuesta respirar.

Su vista es borrosa y la nieve golpea su rostro, dejando sus mejillas y nariz rojas.

No entiende que sucede. Hace un momento estaba en su cama, esperando a que Izuku vuelva. Pero, de un momento a otro, un hombre azabache lo tenía en brazos, sacándolo de la cabaña a pasos apresurados junto con dos personas más.

Cazadores, supuso, con lo poco de conciencia que aún conservaba.

No pudo resistirse debido a lo débil que su cuerpo se encontraba, mucho menos pudo gritar para que Izuku puediera oírlo en medio de esa tormenta.

Sus esperanzas iban desapareciendo.

Hasta que un fuerte aullido resonó por el nevado bosque.

Si es fuerte, si espera un poco más, Izuku podrá llegar para salvarlo. Si mantiene su mente tranquila, sus ojos abiertos, sin caer inconsciente de nuevo, podrá ver a Izuku rescatarlo.

Si tan solo pudiera mantenerse despierto un poco más.

Los cazadores pueden sentir como algo los asecha, persiguiendolos, observándolos desde los arbustos, preparado para atacarlos en cualquier momento

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Los cazadores pueden sentir como algo los asecha, persiguiendolos, observándolos desde los arbustos, preparado para atacarlos en cualquier momento.

— Carajo, estamos siendo amenazados...

— Silencio, no sabemos que es...

— Por Dios, hombre, es una bestia, un lobo... No debimos venir...

— Tonterías, tenemos al príncipe, si llegamos vivos todo saldrá bien y-

Sus palabras mueren cuando una mata de pelo negro y verde oscuro salta sobre ella. Las garras se clavan en sus hombros, el gritó de la mujer resuena por el bosque.

Sus pupilas dilatadas demuestran el terror y pánico que siente, temblando cuando filosos colmillos rozan su rostro.

— ¡Mina! — el rubio agarra de su espalda una ballesta, amenazando a la bestia que al escucharlo fija su mirada en el — ¡Atrás, vamos, retrocede!

La bestia no hace caso, clavando sus garras más profundo. La mujer morocha grita de dolor, con lágrimas bajando por sus mejillas.

— ¡Mierda, alejate!

Sin pensarlo dos veces, el rubio dispara una flecha, la cual se clava en el hombro de la bestia. Esta no se inmuta, gruñe y con una de sus patas deja una herida en el abdomen de la mujer.

El azabache, que veía horrorizado como su amiga era lastimada por una bestia, siendo inmune a las flechas simples que usan, trata de proteger el cuerpo del príncipe.

— Mierda, mierda, ¡Mierda! — grita aterrado el rubio, buscando una flecha más dura y resistente.

La bestia salta sobre el antes de que pueda hacer algo más, usando nuevamente sus garras para dejarle una gran herida en su rostro.

El azabache sin poder decir o hacer algo, trata de correr con el príncipe aún en brazos. Debido a la nieve sus pasos son más lentos y torpes.

¡Aagh! — su gritó ensordecedor logra hacer parpadear al joven príncipe, quién aún se veía perdido.

El azabache al tener la pierna herida cae en seco en la nieve, tirando al príncipe en el acto. Katsuki suelta un quejido adolorido al caer y golpear su cabeza contra el tronco de un árbol.

El hombre busca con desespero en el bolsillo de su pantalón, temblando al ver como la bestia se acerca a él a pasos lentos, con una mirada más furiosa que antes.

De nuevo, la bestia salta sobre el hombre, con su hocico a escasos centímetros del rostro del azabache. Su aliento golpea las fosas nasales, el olor metálico de la sangre las inunda y hace picar. Sus colmillos brillan e hilillos de saliva mezclada con sangre escurre por los lados.

Va a morir, esa bestia va a devorarlo vivo.

— ¿Izuku?... — llama, abrumado y con sus ojos picando debido al dolor que nace en su nuca.

La bestia sale de su trance al oír la voz lastimera, voltea y, antes de poder ir con el rubio, siente como algo se incrusta en su abdomen.

Duele, punza, quema.

Por inercia retrocede y cae de lado, la nieve debajo suyo se tiñe de rojo, y sus quejidos alarman al príncipe.

Antes de poder siquiera acercarse, el azabache envuelve en una capucha negra al joven.

Lo último que la bestia ve antes de caer en una profunda oscuridad son los ojos rojizos brillando del dolor y miedo.

Y fin.

Bromita, falta un cap.

Ansjmans no esperen mucho de mi, ustedes saben cómo soy con los finales, me maman los finales mal hechos.

Es mi don, mi maldición.

Perdonen chiques😩

𝔈𝔩 𝔓𝔯𝔦𝔫𝔠𝔦𝔭𝔢 𝔜 𝔈𝔩 𝔏𝔬𝔟𝔬 𝔏𝔩𝔬𝔯𝔬́𝔫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora