La historia de como un joven príncipe se perdió en el bosque debido a que buscaba huir de su asfixiante vida, y en el camino se encuentra con un lobo llorón que quiere comer.
☼︎ Dekukatsu
☼︎ Au sin quirks/ Fantasy Au
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Después de aquella sorpresiva y reveladora visita, se puede decir que Izuku trato de hacer mejor las cosas.
No malentiendan, quiere al príncipe, pero tal vez al principio, solo tal vez, tenia otro tipo de intenciones.
Intenciones mas carnales, por así decirlo. Aunque todo eso cambio cuando convivió con el lindo príncipe.
¿Las razones?.
Su animal interior esta en temporada de celo. Nada sale bien cuando un animal salvaje esta en celo.
Para empezar, el joven príncipe ni siquiera esta al tanto de su extraña condición, lo único que sabe es que ahora pasa sus días con un viejo no tan viejo.
Lo que lleva a la situación que ambos están viviendo. Una situación que el príncipe quiere remediar.
[...]
Katsuki mira desde las escaleras, tapado con una manta sencilla, como Izuku se alista para poder salir de ahí.
El peliverde termina de acomodarse sus botas y sale, soltando jadeos y suspiros cansados. Sus ojos brillan en la oscuridad y lleva su mano a su ropa, jalando de ella como si esta fuera asfixiante.
Antes de poder alejarse mas, unas cálidas manos se posan en su brazo, impidiendo el paso.
— Dulzura... entra a la cabaña, es peligroso aquí afuera...
— ¿A donde vas?... no me dejes...
El mayor mira hacia el oscuro cielo, con sus ojos brillando con mas intensidad al ver la luna llena. Puede sentir como sus uñas se alargan, duele, y mucho.
Contiene la respiración, para que así el menor no oiga los gruñidos que quiere soltar, no quiere asustarlo.
— Dulzura... ve adentro...
Su voz sale mas ronca de lo usual, causando cierto conflicto interno en el príncipe.
— Si tienes algún problema puedes decirme...
El aroma melancólico que Katsuki emana hace que Izuku suspire y seda ante aquel precioso chico. Respira y voltea lentamente, con sus ojos cerrados y la respiración temblorosa.
— Vas a huir de mi si te lo digo.
Puede sentir la mano del rubio deslizarse por su muñeca, su tacto es tan suave que se siente como algodón.
— Si huyes te voy a cazar, no podrás escapar de mi por mas que lo intentes.