Экстра 4

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En el colegio existía siempre lo típico de las novelas románticas y extra cursis. Por un lado, estaba la chica nerd y aunque no era pobre (sin decir que se bañaba en dinero) era bastante inteligente, metiendo las narices en los libros, actuando correctamente, luciendo femenina; y por otro lado, estaba el popular, el típico mariscal de fútbol americano, guapo, sexy, musculoso, con las chicas a sus pies, grosero, badboy, rompecorazones y todo ese rollo, papel en el que encajaría perfectamente Oberón pero al contrario de las novelas románticas, Oberón no se atrevía a mirar a la nerd, sino que aprovechaba al máximo cada chica que se acercara a él con dobles intenciones para terminar en un cuarto de hotel lujoso, así que no le iban las historias de badboy-nerd.

Y no era el único popular, sus hermanos también lo eran, empezando por Alnair, el crush perfecto de las chicas, el típico hombre hermoso, carismático, cariñoso y divertido, a pesar de tener su propio grupo de fans (después de que formaba parte de la academia de danza) Alnair solo tenía ojos para su pequeña hermana Lynx, no es que sintiera alguna clase de amor incestuoso por ella pero para él, su pequeña hermana era una bebé aún, tal y como sus padres la veían. Al ser mayor, se encargaba de proteger a sus hermanos, aunque de vez en cuando aprovechaba sus ratos libres para salir con amigos. Mentiría si dijera que no tenía sus polvos de vez en cuando pero no era a comparación de Oberón, aquél con una obsesión por el sexo. Alnair era como, la parte tierna que encantaba a las chicas.

Por último y no menos importante, estaba Lynx ¿Cómo clasificar a la pequeña pelirroja? Empezando por lo físico, Lynx había heredado la mayor parte de su padre, Draca, sus ojos grise platinos y casi redondos le daban un aire peligroso, el cabello largo y rojo era la parte especial que la hacían ver sexy y su pequeño cuerpo pero proporcionado atraía a los hombres a donde quiera que fuese. En el colegio, su casillero siempre permanecía lleno de rosas, chocolates o peluches, incluso hasta dinero pero todo ello terminaba al bote de basura. Lynx era como una abuela gruñona dentro del cuerpo de una adolescente. De los tres, era Yeri la madura, la que siempre mantenía el orden. El silencio era su compañero y el estudio su aliado, estaba tan interesada en la editorial de su padre que ya comenzaba a estudiar el campo de la literatura y los negocios al igual que Oberón, por eso rechazaba las propuestas de salidas o noviazgos aunque no descartaba la idea de casarse algún día... uno muy lejano.

Y así eran los hijos de los Malfoy-Potter, un trío popular, combinado y sorprendente.

— Oye Lynx ¿Irás al baile de graduación? Sé que aún no terminamos las clases pero este año se decidió que todo el alumnado podría asistir — Dijo Navaeh sentándose a lado de la pelirroja mientras la veía leer un libro de Shakespeare. — Dicen que será el evento del año en el cole ¿Qué dices?

— Prefiero tomar un delicioso café americano que asistir a ese ridículo baile donde seguramente Oberón lo arruinara con sus peleas estando ebrio.

Navaeh sintió un repentino escalofrío no solo por la voz profunda de su amiga sino por recordar a Oberón golpeando a un tipo porque el primero besó a una chica comprometida.

— ¡Vamos! Este año será diferente.

— ¿Cómo la vez en que Alnair provocó una pelea de gatas para ver quién bailaba con él? No, gracias.

Sonaba tan deprimente y cansada que Navaeh tuvo que soltar un suspiro. Solo habían pasado dos años desde que Lynx ingresó al colegio y sus hermanos ya le habían hecho pasar bastante vergüenza.

— ¿Por qué no te vienes a mi casa? Ese día mis padres saldrán a una cena, podemos...

— ¡¿Hacer una fiesta en tu casa?! — Soltó emocionada.

Divorcio - DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora