Capítulo 7

2.3K 261 122
                                    

Abrí los ojos lentamente, deseando encontrarme en casa de mi abuela y bueno, así fue. Mi corazón latió presuroso, una emoción muy fuerte había inundado mi interior en cuanto vi que estaba en la sala, justo donde había comenzado todo.

Las espadas gigantes estaban justo a un lado mío, las sostuve entre mis manos con algo de dificultad y recordé todo lo que había pasado. ¿Habría sido un sueño? Quise pensar que fue así, pues yo aún conservaba la misma ropa que traía puesta cuando viajé en el tiempo. 

Coloqué las espadas sobre la pared con ayuda de la misma silla que me hizo caer y me dirigí a buscar a mi abuela. 

Entré a cada habitación de la casa, pero no había rastros de ella. Probablemente habría salido un momento, así que guardé la calma y busqué mi móvil para llamarla. Cuando lo hice vi que no tenía crédito, ni siquiera había señal y por si fuera poco mi teléfono iba a apagarse en cualquier momento, pues apenas y tenía 5% de batería. 

—¡Mierda, menuda suerte que me cargo! —vociferé, aventando mi móvil en el sofá. 

Estaba a punto de salir de la casa cuando de pronto escuché unos pasos en el segundo piso. El crujir de las baldosas de madera me hizo saber que no estaba sola y me alegré muchísimo. 

Subí las escaleras corriendo, con la intención de encontrar a mi abuela para decirle que había vuelto, pero cuando estaba por llegar al último escalón, resbalé y caí de espaldas. Definitivamente las caídas eran lo mío.

<<¿Acaso mi vida es tan absurda y exagerada? >>pensé en cuanto rodé escaleras abajo como las actrices de telenovela.

Para mi mala suerte, fui despertada por un enorme balde de agua helada, menos mal que no hacía frío, sino habría estado tiritando demasiado. 

Cuando abrí los ojos caí en cuenta de que estaba en un lugar diferente, uno bastante elegante y llamativo. Me entristeció bastante darme cuenta que lo anterior había sido un sueño producido por el fuerte golpe que Daki me había proporcionado. 

Miré a mi alrededor escudriñando cada rincón de la habitación y vi que unas niñas alistaban varios artículos cerca de mí. 

—Aseénla y pónganle la ropa que escogí —ordenó Daki, quien apareció de repente, ella ahora lucía bastante diferente.

—¿Asearme? Yo puedo hacerlo sola —me aparté de ellas unos pasos, pero la mujer demonio me tomó del brazo con fuerza.

—Si no haces lo que digo, ya sabes lo que pasará —amenazó.

—De todas formas ni siquiera sé que diablos planeas hacer conmigo —espeté.

Ella me miró con una sonrisa maliciosa. 

—Ofrecerás tus servicios a alguien —respondió sin dar detalles. 

—¿Disculpa? Por servicios te refieres a… 

—Sí, vas a prostituirte. 

Mi mundo se vino abajo enseguida y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. 

—¿Estás bromeando, verdad? 

Ella negó. 

—Estoy hablando muy en serio. Así que procura verte bella para tu primer cliente. Él es alguien muy sofisticado, parece bastante amigable y carismático, pero por dentro tiene tendencias psicópatas y hábitos enfermizos. Sé buena chica y te irá bien —dijo la mujer demonio antes de salir de la habitación. 

… 

Miré con asombro mi reflejo frente a un enorme espejo que estaba situado en la habitación. Lucía totalmente diferente y de algún modo eso me gustaba. Los colores de las telas de aquel kimono eran realmente bellos e impresionantes, me hubiese encantado tomarme algunas fotos de recuerdo, pero mi móvil se había quedado en casa de mi abuela. 

—Luce muy hermosa —me dijo una de las kamuro (ayudantes de la oiran, en este caso de Daki) que me ayudaban a adornarme el cabello con distintos ornamentos llamativos. 

—Gracias —dije sonriente, olvidando por un momento la verdadera razón por la cual estaba así vestida. 

Las niñas me llevaron en procesión por un largo pasillo, donde al final estaba una shōji (puerta corrediza tradicional de la arquitectura japonesa). En cuanto la puerta se abrió, una voz masculina me ordenó que pasara. Mi piel se erizó al escuchar aquella voz seductora y caminé directamente hacia él, quien se encontraba de espaldas sobre un asiento esponjoso. 

—Bienvenida, pequeña mariposa —me susurró al oído repentinamente.

¿Cómo fue que llegó tan rápido detrás mío? Ni siquiera me percaté de ello. 

—No te asustes, no te voy a hacer daño —susurró —Sólo quiero pasarla bien esta noche. Tu compañía alegrará mi vacío corazón —afirmó, mientras sus manos se posaba sobre mis hombros —No pediré demasiado, lo juro… Después de todo, seré tu cliente frecuente y tú serás mi pequeña y frágil mariposa. 

Aquel hombre parecía ser bastante amable en verdad, pero las palabras de Daki hicieron eco en mi mente y recordé que debía ser precavida si no quería meterme en problemas. 

—Estoy a sus servicios, mi señor —le dije y una lágrima resbaló por mi mejilla izquierda. 

<<Uzui-san, si vas a salvarme, que sea ahora por favor>> pensé, mientras ese hombre comenzaba a deslizar mi kimono, dejando al descubierto mis hombros.

♠️♠️♠️

Agradezco a AnaliVazquezFlores y a Amanda_0412 por sus aportes en la caja de comentarios💛

Espero que les guste el rumbo que va tomando esta historia.

Recuerden que acepto aportes/ideas para seguir escribiendo.
Díganme si quieren limonada con t/n x el hombre misterioso 7v7

An Airad

Vidas Pasadas (Uzui Tengen x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora