Uzui-san y yo nos besamos por largo tiempo, habíamos deseado sentirnos el uno al otro y ahora que estábamos al fin juntos nada nos detendría.
Nos habíamos alejado de la casa lo suficiente para no despertar a Izumi por si hacíamos ruido.
Mi amado Tengen había encontrado un sitio perfecto en el jardín, donde podíamos contemplar las estrellas mientras la brisa de los árboles refrescaba el ambiente.
Estábamos tumbados en la hierba, yo me sentía algo nerviosa, pues mi cuerpo había cambiado bastante desde la última vez en que él me había tocado. Aunque a él no parecía importarle en absoluto, seguía amándome sin importar nada.
Él buscó mis labios nuevamente y enseguida le di lo que pedía. Lo colmé de besos por todo el cuerpo y no pude evitar sentirme satisfecha al escuchar sus sexys gemidos.
El de mirada granate suspiró hondo y me siguió besando con pasión y ternura, deleitándose en cada beso y caricia. Tengen se sentía feliz de estar conmigo y de poder disfrutar del momento juntos.
Después de un rato, Tengen se detuvo y me miró a los ojos.
—No tienes que estar nerviosa, mi amor. Eres hermosa y perfecta tal y como eres. Yo te amo más allá de cualquier cosa y de cualquier época —agregó, depositando un beso sobre mi frente.
Sonreí y lo besé nuevamente.
—Yo también te amo, Tengen. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida, a pesar de que haya tenido que pasar por tanto sufrimiento para poder estar contigo —dije casi en un susurro.
Sin más palabras por decir, nos sumergimos en el placer y la pasión. Esa noche nos entregamos el uno al otro con mucho amor y deseo. El jardín se llenó de nuestros gemidos y suspiros, mientras el cielo estrellado contemplaba la desnudez de nosotros.
Tengen me había hecho el amor de tantas maneras que ya había perdido la cuenta de cuántas posiciones diferentes habíamos hecho. Nunca en la vida habíamos intimado así intensamente. Podía sentir en sus caricias el inmenso deseo de querer fundirse conmigo, como si no fuera suficiente estar dentro mío. ¿Acaso él necesitaba algo más? Probablemente se había quedado deseoso de follarme junto con Tomioka-san.
—¿En qué estás pensando? —me preguntó mi sexy playboy en cuanto notó que tenía la mirada hacia el infinito —¿Debería ponerme celoso? —bromeó, mientras seguía penetrándome duramente, estando encima de mí.
—No, no es nada. Sólo contemplaba las estrellas —mentí y él me dio una fuerte embestida no tan convencido de mi respuesta.
Finalmente, exhaustos y satisfechos, nos acurrucamos juntos en la hierba, abrazándonos y contemplando el cielo nocturno, disfrutando del calor de nuestros cuerpos después de haber tenido intimidad.
—Eres todo para mí, T/N. Siempre te amaré ——susurró Tengen, acercando sus labios a mi oreja, mordisqueándola suavemente.
No pude evitar sonreír por las cosquillas que eso me provocaba, así que lo besó de nuevo mientras me abalanzaba a él para abrazarlo fuertemente.
—Y yo siempre te amaré a ti, Tengen. Eres mi vida entera y siempre lo serás. Los amo tanto a ti y a Izumi.
Tengen sonrío ampliamente y agregó:
—¿También sigues enamorada de Tomioka?
Aquella pregunta hizo que mi corazón se acelerara y dudara sobre qué responder.
—¿Debería ser sincera o debo mentir? —dije en voz alta sin pensar y Uzui me miró con extrañeza.
—Bueno, no es obligatorio si no quieres responder —dijo algo desanimado dando un suspiro pesado.
¿A qué se debía esa actitud? ¿Acaso él quería que siguiéramos con aquella relación poliamorosa o ya no? Me sentía confundida, pero no quería preguntárselo directamente, me sentía algo incómoda por hablar sobre ello ya que ahora teníamos a Izumi y no quería que él se confundiera si me veía tan cercana a Tomioka-san... Me sentía abrumada. El ambiente romántico de esa noche se había ido al carajo por mi culpa.
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Vidas Pasadas (Uzui Tengen x Lectora)
FantasyHas viajado al pasado gracias a las espadas del pilar del sonido que tu bisabuelo adquirió en uno de sus viajes a Japón hace cien años. En tu llegada a aquel lugar notas enseguida que estás perdida y poco después te encuentras con Tengen Uzui quien...