💗XIV💗

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Todas nos persignamos antes de comenzar.

Amén.


🌈

–Suéltame, tengo hambre– un gruñido salió llegando a su oreja directamente, el alfa no lo pensaba soltar.

San ya se estaba desesperando, no sabía que hacer, Mingi no reaccionaba y no lo había dejado mover de la cama donde lo había apresado apenas cerraron la puerta.

Se le había subido encima casi ahogándolo cuando se acostó encima de él metiéndose en el hueco de su cuello, esta demás decir que el cuello de la playera de San estaba toda húmeda por la saliva de Mingi, no había dejado de lamer y chupar su cuello sin parar.

–Basta, me ahogas– quiso empujarlo del pecho pero solo lo empeoró.

Llevaban bastante rato en la misma posición y al principio San decidió no hacer nada porque el alfa estaba siendo muy intenso y pensó que se calmaría si estaban así un rato.

Pero ese rato ya iba convertirse en una hora y las tripas de San hacían ruido del hambre que tenía.

El lobo de San le alertaba en su pecho, y cuando comenzó a lubricar supo que seguro entraría en celo gracias a Mingi, el alfa si estaba entrando en su celo, San recordó aquel día que comenzó todo con el pelirrojo prácticamente secuestrándolo de la cocina para encerrarlo en su habitación

Tan posesivo.

El rubio se empezó a preocupar por su bienestar, sabía que podía desmayarse si no salían rápido de su trance y dudaba que la consciencia de Mingi estuviera presente como para preocuparse por alimentarlo, tenía que comer algo y el alfa también.

–Vamos levántate tenemos que comer Mingi por favor– su desesperación ya lo estaba superando volviéndolo aún más sensible por el inicio de su celo, quería llorar de impotencia al no poder moverlo.

No sabia que hacer hasta que su lobo chilló en su pecho haciendo que sintiera al de Mingi, con las orejas levantadas observando atento con preocupación al escucharlo chillar, y entonces recordó aquello que su madre y su hermana hablaban tantas veces cuando la omega comenzó con su cuñado.

Un llamado, así como el arrullo pero en lugar de calma para alertar.

San se esforzó en recordar pero no recordaba como se hacía eso, ni si quiera eso podía hacer y se sintió más inútil, ya estaba llorando y el alfa solo parecía querer arrancarle el cuello a chupetones y lametazos.

El omega saco los brazos del pecho de Mingi y al instante el alfa se hundió aún más en él casi asfixiándolo con todo su peso, San metió sus deditos en el cabello corto del pelirrojo acariciando su nuca y luego jalando fuerte de él haciendo que el alfa gruñera placenteramente.

–Mingi por favor– el otro no se inmutó, lo sintió mordiéndole el hombro para después lamer y bajo olisqueando su clavícula para después chuparla.

La mente de San pareció aclararse un segundo al sentir a su lobo alterado, casi gritándole que lo hiciera, que era correcto.

Alfa

Mingi pareció jalado por un resorte enderezándose un poco para mirar su rostro y luego lo beso tan duro que el rubio se sintió más mareado que por el hambre.

Alfa por favor, Mingi– el otro estaba medio ido pero su lobo estaba desbocado por escuchar su nombre en los labios del omega, lo estaba reconociendo.

♡ Needy ♡ [SAN HAREM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora